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“No. No es hora de entrar en pánico. De hecho, nunca es hora de entrar en pánico”

Carlos Montero - Viernes, 28 de Febrero

"No. No es hora de entrar en pánico. De hecho, nunca es hora de entrar en pánico", afirmaban ayer los analistas de Ramp Capital LLC. Afirmación que comparto completamente. El pánico nos nubla, irracionaliza nuestros actos, es un mal consejero. En los mercados, y fuera de ellos. Aquí hay algunos pasajes del libro Deep Survival que ponen el miedo y el estrés en perspectiva: Es fácil demostrar que muchas personas (las estimaciones alcanzan hasta el 90 por ciento), cuando están bajo estrés, no pueden pensar con claridad o resolver problemas simples. Se ponen nerviosos. Entran en pánico. Se congelan. Solo del 10 al 20 por ciento de las personas pueden mantener la calma y pensar en medio de una emergencia de supervivencia. Ellos son los que pueden percibir su situación claramente; pueden planificar y tomar medidas correctas, todos los cuales son elementos clave de la supervivencia. Enfrentados a un entorno cambiante, se adaptan rápidamente.

Aunque las emociones fuertes puede interferir con la capacidad de razonar, las emociones también son necesarias tanto para el razonamiento como para el aprendizaje. La emoción es la fuente tanto del éxito como del fracaso al seleccionar la acción correcta en el momento crucial. Para sobrevivir, debes desarrollar emociones secundarias que funcionen en un equilibrio estratégico con la razón. Una forma de promover ese equilibrio es a través del humor.

Si bien todos estos pasajes describían escenarios reales de vida y muerte (estar atrapado en un río durante una inundación repentina, estar atrapado en una montaña durante una avalancha, etc.), es fácil ver cómo estas lecciones podrían aplicarse a un escenario de inversión: especialmente cuando vemos un rápido descenso del 5-8% en unos pocos días después de haber sido condicionados para que las acciones suban y suban.

El mercado siempre nos enfrenta con un flujo constante de noticias y titulares sobre el miedo. A veces el mercado reacciona a ellos, a veces no. Pero, cuando lo hace, tenemos que adaptarnos o tener un plan establecido. La planificación puede evitar el pánico. Confía en el proceso.

La otra parte que quiero tocar aquí es el aspecto del humor. Los estados de ánimo son contagiosos, y los estados emocionales relacionados con la sonrisa, el humor y la risa se encuentran entre los más contagiosos de todos. La risa no necesita un pensamiento consciente. Es automático, y una persona que ríe o sonríe induce la misma reacción en otras. La risa estimula la corteza prefrontal izquierda, un área en el cerebro que nos ayuda a sentirnos bien y a estar motivados. Esa estimulación alivia la ansiedad y la frustración. Existe evidencia de que la risa puede enviar señales químicas para inhibir activamente la activación de los nervios en la amígdala, lo que amortigua el miedo.

Algunos de ustedes pueden haber comenzado a invertir en los últimos meses o años, tal vez han estado invirtiendo durante toda su vida. Quiero que pienses en una época en que el mercado bajó mucho y sentiste una sensación de miedo. ¿Tomaste decisiones descaradas? Si es así, ¿luego te arrepentiste de esas decisiones?

¿Hubo alguna vez que tomaste una decisión bajo coacción y en realidad resultó ser la decisión correcta? Puedo decirle por mi propia cuenta, que la mayoría de mis peores decisiones de inversión se han producido ante el pánico.

Piense en esto la próxima vez que los mercados caigan un 3% en un día o un 10% en una semana y empiece a sentir miedo. Tal vez esté sobreexpuesto y necesite deshacer algo de posiciones para dormir por la noche. Pon las cosas en perspectiva.

Fuente: Propia/Ramp Capital LLC




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