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¿Nos pueden amargar la fiesta los datos macro? No lo creo, sinceramente

José Luis Martínez Campuzano - Miercoles, 26 de Noviembre

El sábado pasado estuve en un vivero,  con todo preparado ya para la Navidad. Me hizo ilusión, créanlo.  Lamentablemente, la cruda realidad de los deberes y exámenes de mi Jorge me volvieron a poner los pies en el suelo ayer mismo. No recuerdo cuando era pequeño haber sufrido lo mismo (perdón: que mis padres sufrieran). Y creo, sinceramente, que el contenido era inmensamente menor al actual.....bueno, estoy desvariando. Pero, volviendo a la Navidad,  muchos inversores consideran que el año ya está prácticamente cerrado para los mercados. Y si hay sorpresas, sin duda dan por hecho que serán positivas. Es más: algunas de estas sorpresas (o regalos) se han materializado antes de tiempo. Y me refiero al recorte de tipos desde el Banco Central de China, a la ampliación del QE desde el BOJ y la expectativa (siempre esperando) de que el ECB el implemente un programa de compra de deuda soberana en abierto.

Naturalmente, no me olvido del aplazamiento aparente de la decisión de iniciar la normalización monetaria desde la Fed y el BOE. ¿Qué no les parecen regalos? Eso es porque la reciente subida del mercado les ha pillado cortos o con menor posición de la deseada. Yo también pensaba que el escenario de los mercados en las últimas semanas del año sería de volatilidad rompiendo la regla del "Santa Rally". Pero, los mercados siempre tienen razón (o mejor, nunca se tiene suficiente dinero para llevarles la contraria). Con todo, sigo pensando que "el toro lo es hasta el rabo". Y dar por finalizado un ejercicio a más de un mes del cierre natural es un poco arriesgado. Especialmente cuando las primas de riesgo están en mínimos y la bolsa (norteamericana, claro) se mantiene en máximos.


¿Nos pueden amargar la fiesta los datos macro? No lo creo, sinceramente. La debilidad del crecimiento mundial, con la excepción de la economía norteamericana y en menor medida de la británica, no ha sido hasta el momento un obstáculo para que los inversores acumulen más riesgo financiero en sus carteras. Revalorización de activos que ahora podría traducirse en fuertes compras en la campaña de final de año (no, yo no compré nada el sábado...pero no fue por falta de ganas).

¿Inflación? No, no soy tan agresivo. Pero también creo que en los próximos meses veremos una menor preocupación sobre el riesgo de deflación. Y en algunos casos, como serían las economías anglosajonas, la discusión se centrará sobre el riesgo de inflación a medio plazo. De hecho, buena parte de la mayor tranquilidad sobre la evolución de los precios podría comenzar a aflorar ya si finalmente la OPEP decide esta semana recortar la producción de crudo.

Yo, sinceramente, no lo tengo nada claro. Pero el repunte de los precios del crudo en los dos últimos días en casi 3 dólares es sin duda una señal de cautela. Con todo, pase lo que pase durante esta semana tras la reunión del Cártel, sí creo que la caída de los precios del crudo y otros precios de commodities podría revertirse en parte durante 2015. En caso contrario, creo que los bancos centrales tendrán que aumentar su exposición al mercado para seguir apuntalando el optimismo de los inversores. Y  les costará hacerlo si el deterioro económico se profundiza a nivel mundial.

Antes les he comentado que pese a la mejora reciente de los activos de riesgo aún tengo serias dudas sobre su sostenibilidad a muy corto plazo. ¿Las razones? La escasa profundidad del mercado, que le hace susceptible de sobrereaccionar ante los acontecimientos. Bien los favorables y también frente a los adversos. Por ejemplo, la política verbal de los bancos centrales. Quizás un exceso de optimismo sobre una decisión inmediata del ECB en la compra de deuda soberana, incluso antes de final de año.

O un exceso de confianza en que no habrá un cambio de sesgo desde la Fed antes del próximo verano (por cierto, nosotros ya barajamos que incluso se aplace a final de año). Quizás el riesgo de que muchos inversores hayan bajado la guardia frente a los riesgos geopolíticos. Y políticos, que ahora parecen incluso en algunos países especialmente complejos (y ante un año, el 2015, que se presenta evidentemente político ante elecciones en muchos países). Al final, la propia dinámica del mercado con los inversores pasando del optimismo a la cautela o pesimismo con demasiada rapidez. Y como he dicho antes, la liquidez no es sinónimo de profundidad del mercado.

José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España




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