La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“Pasos de cebra, luces rotas en el parque, baches en la acera…son reliquias del pasado

Moisés Romero - Martes, 18 de Junio

ciudad"Encuentro ciertas similitudes de la España de los 70 y la España actual. Llegué a Madrid a mediados de los 70 para estudiar Psicología. Hasta entonces había estudiado en un instituto de una provincia limítrofe. La duración del viaje a la capital del reino en un autobús destartalado era entonces de cuatro horas, en un recorrido que hoy no consume más de 1 hora y 20 minutos. Carreteras que serpenteaban para no invadir dominios y tierras de los más ricos, y llenas de agujeros conducía a lo que muchos considerábamos el Paraíso: todo era bueno con tal de salir de un pueblo pobre sumido en la pobreza de una agricultura de subsistencia. Amanecía Madrid, por aquél entonces, con luces parpadeantes y discontinuas. Pocos días después, descubrí que muchas farolas estaban en los huesos, con las lámparas rotas. Y así continuaron meses y meses, incluso años. Descubrí, al cabo de unos meses, que las aceras estaban llenas de agujeros y el pavimento de las calles muerto de asco. Los parques eran un peligro contrastado a partir del anochecer, porque no había luz ¿Pasos de cebra? No recuerdo que existieran en la cantidad ni en la calidad actual..."

"Esta vivencia de infraestructuras de República bananera duró muchos años en el Reino de España. Hasta que llegó el Gran Milagro y España decidió adelantar al Mundo Mundial por la izquierda y a más de 300 kilómetros por hora. El Gran Milagro de la multiplicación de los panes y de los peces: tenemos aeropuertos, que son pura exposición para visitantes; carreteras por las que circulan un par de coches; autopistas fantasmas; AVES (trenes) que paran en ciudades fantasmas; piscinas en pueblos con menos de 200 habitantes y con sequía pertinaz; grandes frontones en pueblos y ciudades donde nadie juega a la pelota; rutas, de las denominadas del colesterol, en medio de sabanas casi africanas, donde resulta imposible andar conforme avanza la primavera; polideportivos en aldeas, pueblos y ciudades, caminos comunales en medio del páramo bien acomodados; helicópteros que recogen a los enfermos en cualquier lugar por recóndito que sea; asistentes sociales por doquier; medicinas para dar y tomar; subsidios..."

"¿Quién dijo que España iba bien? Se quedó corto. Tanta exuberancia, no obstante, ha provocado un batacazo atroz en el Estado de Bienestar, en el Estado del Despilfarro. Llegó Rajoy con las rebajas, porque en las arcas del Estado sólo hay mugre y polvo. Llegó Alemania y ya nos comenzó a poner deberes en la última etapa de Zapatero..."

"Las deudas hay que pagarlas, aunque países como Grecia no pagarán nunca lo que deben y otros, quizá también suceda con el Reino de España, tengan que acudir a quitas en sus pagos soberanos dentro de un par de año. Las deudas hay que pagarlas, aunque el gentío esté harto del pillaje de banqueros, políticos; harto de nacionalizaciones, que pagamos los de siempre. Y el pago de la deuda faraónica contraída conlleva sangre, sudor y lágrimas. No voy a hablar en esta ocasión del paro ni del reparto de la miseria..."

"En mi calle, una de las mejor posiciones de Madrid, una de las de más glamour, hay baches en las aceras desde hace un año. Los pasos de cebra comienzan a diluirse: tenemos que interpretarlos. Hace dos años, en un viaje a Roma, un ciudadano italiano me dijo que ya no se llevaba en Roma pintar los pasos de cebra, porque se habían convertido en una de las numerosas reliquias ancestrales de la Ciudad. Y se quedó tan pancho. Creo que me lo dijo en serio..."

"Sí, reliquias. La España de los Recuerdos: el aeropuerto de Madrid, uno de los mejores del mundo, se quedará así por los siglos de los siglos; como las luces rotas del parque próximo a mi casa; como los agujeros en las aceras; como los pasos de cebra borrados por el paso del tiempo..."

"Hoy tampoco le voy a hablar de Bolsa ¿Acaso alguien cree que la Bolsa existe como tal? El Gran Casino de la Bolsa dejó hace tiempo de ser termómetro para convertirse en nido de logreros. Muchos, la mayoría, han muestro atrapados en la red de su propia ambición tan ilógica como desmesurada.."

Saludos. Luis C. psicólogo y, otrora, especulador en Bolsa

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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