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Petróleo. Previsiones. Reparto del tiempo de trabajo. Balanza

Santiago Niño Becerra - Jueves, 30 de Octubre

Petróleo. Previsiones. Reparto del tiempo de trabajo. Balanza.

Recibo un mail de una lectora:

“Me pongo en contacto con Vd. para mandarle este artículo ...

Hace poco he entrado en contacto con el concepto de Peak Oil y la verdad es que son muy catastrofistas hablando incluso de colapso de nuestra civilización en medio plazo

 

 

Fue tan claro con la crisis de la deuda, empezando a hablar de ella cuando nadie lo hacía, que me sorprende que no hable del cambio que puede haber en nuestra civilización si el petróleo barato se agota, porque realmente el petróleo está detrás de todo, empezando por la comida y siguiendo por todo lo demás que consumimos, aunque lo hace veladamente, diciendo que tenemos que ser más eficientes y desde luego acostumbrarnos a este decrecimiento porque es lo que hay. Pero como a los del peak oil les veo tan catastrofistas y cuentan que el cambio puede ser en unos pocos años, he pensado en pedirle su opinión”.

Mi respuesta:

“Alguna vez he hablado, pero sí, no hablo mucho del petróleo; tal vez sea porque pienso que no va a ser un problema. ¿Por qué?. Por un lado porque como combustible cada vez hará falta moverse menos, al margen de que, pienso, muchos movimientos se regularán: entidades oficiales, etc. Por otro, porque como energía creo que no está lejos el que aparezca una fuente de energía suficientemente abundante. Eso liberará parte del crudo que ahora se utiliza y compensará también parte del incremento de precio que experimentará, y ello servirá para atender el que será, pienso, el aspecto más complicado de solucionar: el crudo es materia prima de más de 7.000 elementos que se utilizan en la fabricación de materiales y bienes que hoy son esenciales y que no tienen sustitutos baratos a corto plazo: desde plásticos a abonos, pasando por textiles, siguiendo por fluidos hidráulicos y acabando por pinturas, y me dejo un montón. Los dos primeros me preocupan poco: tal vez sea demasiado optimista; pero el tercero … Esperemos que antes de que empiece a escasear el petróleo para fabricar esos elementos se hayan encontrado sustitutos a precios asequibles”.

(Publicado 08.10.2014)

 

Considero las del FMI unas previsiones optimistas y para salir del paso, sobre todo porque mantienen la posibilidad de que España cumpla con el compromiso adquirido con la UE: alcanzar un déficit estructural del 0,5% en el 2020, es decir, son previsiones de 'tira p'alante'. (Y en el paro más p’adelante: el 2X% se está convirtiendo en el imaginario colectivo  estructural).

En cualquier caso, reparen en que excepto en inflación no coinciden absolutamente en nada con las que el Gobierno ha utilizado para elaborar los presupuestos que en su momento ya calificamos de ciencia ficción, de puro trámite. Habrá desviaciones y entonces llegará el aumento del IVA y más tijeras, pero mientras, ¡por favor, que alguien pregunte al Sr. Ministro de Hacienda por estas diferencias!.  (Publicado 08.10.2014)

 

Me escribe un lector:

“Hola, te sigo desde hace años y has comentado varias veces que lo del reparto de trabajo baja la productividad y es negativo, ¿pero, qué es mejor, que haya el desempleo actual o pleno empleo con menos productividad?”

Mi respuesta ha sido:

“No se trata de escoger entre una cosa y otra: en economía casi nunca se puede escoger: en un lugar determinado, en un momento concreto, con las condiciones entonces existentes sólo se puede hacer una cosa, aunque se diga que hay opciones. Cuando los Tudor enterraron el Feudalismo no escogieron: la evolución de la dinámica histórica había llevado a la superación del Sistema Feudal; cuando Mitterrand nacionalizó la banca francesa, las cosas en Francia y en Europa llevaban a tomar aquella decisión. Hoy no es cuestión de escoger entre si es bueno o malo aumentar la productividad: las cosas están en un estado en el que la productividad debe ser aumentada, pero no para producir más, sino para reducir el consumo de factores productivos y reducir costes, y eso se consigue con inversión y con una organización diferente; y claro, de la misma manera que la I Revolución Industrial tuvo como consecuencia la proletarización del artesanado y de gran parte del campesinado, la consecuencia del aumento de la productividad es la formación de una gran bolsa de desempleo estructural y el aumento del subempleo. Es inevitable: lo mismo que lo fue la implementación del modelo de protección social tras la II GM.

Importante: el trabajo no se reparte: si para fabricar la camisa que Ud. lleva puesta ahora se necesitan ‘X’ unidades de factor trabajo, esas ‘X’ unidades no se pueden repartir (se podrían reducir automatizando procesos), en todo caso se intentará repartir el tiempo de trabajo utilizado en confeccionar esa camisa. En algunas tareas en las que, por sus características, sea hoy (muy importante lo de ‘hoy’) imposible aumentar la productividad, tal vez sea posible repartir el tiempo de trabajo con la consiguiente reducción salarial, claro, pero en el resto la tendencia será –está siendo ya– justo la contraria: reducir trabajadores y aumentar la productividad aumentando la tecnología utilizada, o  aumentando el número de horas trabajadas (y desgraciadamente en un cada vez mayor número de casos, no cotizando por ellas ni remunerándolas: consecuencia de que la oferta de trabajo sea muy superior a la demanda).

Existe otro problema: suponiendo que se pudiera de forma masiva repartir el tiempo de trabajo, la remuneración media por trabajador se reduciría, luego lo haría el poder individual de consumo, lo que llevaría a adquirir bienes de valor añadido en descenso, lo que desincentivaría aún más la inversión perdiéndose competitividad: recuerde que hasta la CEOE ha dicho que los salarios ya no es conveniente que sigan bajando en España.

El período 1995 – 2007 ha sido único: repase la Historia: no encontrará otro igual, pero es irrepetible porque se basó en premisas falsas; y no es una crítica: fue así porque las cosas llevaron a que fuesen así. Ahora toca otra cosa; menos amable, ya, pero bastante más lógica: la cantidad de recursos disponible no es ilimitada. Y recuerde: las revoluciones ya no están de moda”.

(Publicado 09.10.2014)

 

En un platillo, tarjetas opacas, dietas de difícil razonamiento, gastos de extraña justificación, y cosas raras relacionadas con los dineros percibidos por algunas personas vinculadas a ciertas entidades financieras en general. En el otro el conjunto de decisiones irresponsables que llevaron a tener que inyectar en bastantes entidades financieras de España 61.000 M de dinero que va a tener que ser devuelto por los españoles. ¿De qué lado creen que debería, en primer lugar, inclinarse la balanza?.

(Publicado 09.10.2014)

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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