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¿Qué falta en Japón?

José Luis Martínez Campuzano - Miercoles, 17 de Septiembre

Dos años atrás el nombramiento del actual Primer Ministro Abe en Japón supuso para muchos un cambio radical con respecto a la política económica mantenida hasta aquel momento con el objetivo de superar el escenario de crecimiento lento y deflación. Abenomics la denominaron, apoyada en tres frentes: una política monetaria expansiva enfocada en la creación de inflación; una política fiscal expansiva a corto plazo para impulsar la demanda (combinando la inversión pública con la privada) y de consolidación a medio plazo; reformas estructurales para aumentar el crecimiento potencial, partiendo del momento alcista generado por la combinación de medidas monetaria y fiscal expansiva.

¿Qué ha ocurrido en estos dos años?

1.      El BOJ ha implementado una política monetaria de tipo cuantitativo enfocada en un objetivo de inflación del 2 % en dos años, alcanzable mediante un aumento del 50 % del tamaño de su balance
2.      Dos paquetes de estímulo fiscal en 2013 y 2014, finalizado en abril con el aumento en 3 puntos en el impuesto sobre el consumo, combinando medidas fiscales expansivas a corto plazo con otras de consolidación fiscal a medio y largo plazo
3.      Apenas perfilar reformas estructurales sobre el sector agrícola, energía, impuesto de sociedades y sobre el mercado de trabajo

¿Impacto económico?

Es cierto que la inflación ha repuntado con fuerza, en niveles ahora del 3.5 % anual. Pero el propio BOJ considera que la inflación, al margen del impacto de la subida del impuesto sobre el consumo, se mantiene por debajo del 2 % objetivo. Aunque siempre complicadas de valorar, las expectativas de inflación a medio plazo han subido hasta niveles del 1.6 %. Ahora es fundamental que se consoliden.
De hecho, los últimos datos de PIB con un descenso anualizado cercano al 2 % cuestionan parte de la mejora del producto observada tras poner en marcha el Plan Abe. Nosotros esperamos que el crecimiento durante este año fiscal sea del 0.2 % frente al 1.0 % que aún mantiene el BOJ. Para el próximo ejercicio esperamos una moderada mejora, pero no lejos del 0.9 % (a medio plazo un crecimiento del 1.2 %). Y con la inflación no lejos de estos niveles.

Pero, donde no hay duda sobre el impacto positivo de las medidas instrumentadas hasta el momento por las autoridades ha sido en los mercados financieros: bolsa un 60 % por encima de niveles de 2012, JPY a la baja más del 20 %, tipos de interés mínimos de la deuda a plazo. Eso sí, bajo expectativas de que el BOJ aumente el carácter expansivo de su política actual. Probablemente, aumentando el tamaño de la compra de papel en los próximos meses. Los mercados viven de expectativas. Y por el momento en Japón es la continuidad de la expansión monetaria y no tanto la mejora en las perspectivas macro lo que impulsa al alza el precio de los activos.

¿Y el futuro? El Gobierno se ha comprometido a seguir reduciendo el déficit primario desde una cifra estimada por encima del 5 % del PIB actual. Incluso eliminarlo en 2020. Pero esto parece muy complicado bajo las perspectivas actuales de crecimiento y con las de inflación en niveles ya comentados. De hecho, algunas fuentes del Gobierno japonés han cuestionado la posibilidad de que se cumpla el previsto nuevo aumento del impuesto de consumo en dos puntos desde el 8 % actual en la primavera de 2015. Y el BOJ ha demandado mayor énfasis en la subida salarial, prioritaria para la recuperación del consumo. Pero, ¿se puede imponer por ley? Sí es cierto que la negociación salarial se ha saldado con subidas por encima del 2 %, aunque la remuneración total salarial apenas crece a ritmos del 0.8 %.
Política monetaria más expansiva; política fiscal, menos restrictiva...¿y las reformas estructurales? .

 

José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España




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