La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

¿Qué puede imitar de Warren Buffett y qué no?

Carlos Montero - Martes, 05 de Mayo

Este fin de semana se celebró la reunión anual de Berkshire Hathaway con sus accionistas, en la que como cada año, acudieron analistas de todo el mundo para ver que tenía Warren Buffet que ofrecerles. Aunque hubo algunas críticas, como por ejemplo la asociación con la firma de inversión 3G Capital, o la gestión de Heinz y de Clayton Homes, en términos generales los comentarios de los accionistas de la compañía fueron muy halagadores. 

Warren Buffet es probablemente el gestor más admirado de toda la historia. Se han escrito sobre él y su operativa cientos de libros, y muchos son los gestores que intentan “imitar” sus modelos de inversión. Pero esto no es nada fácil.

Jason Zweig señala en el Wall Street Journal que hay cosas de Buffet que pueden ser emuladas por casi cualquier persona, y otras por casi nadie. ¿Cómo saber cuál es cuál? Zweig contesta a esta pregunta:

Es una cuestión de comprender qué es exactamente lo que hace. Buffett se ha fijado siempre un único objetivo: Invertir con sensatez, sin tener que dar cuenta a los clientes impacientes u obsesionarse con lo que otros inversores están haciendo.

Buffett ha comentado en varias ocasiones a este respecto “para mí es más fácil hacerlo porque yo controlo la compañía. Así que puedo jugar a mi propio juego, y eso es ciertamente inusual entre las empresas que gestionan dinero”.

Buffett siempre se ha mantenido fiel a los principios que aprendió de su mentor Benjamin Graham, entre ellos el de: Las acciones son participaciones en la propiedad de las empresas, no pedazos de papel o apuntes en un ticket electrónico. Los precios de las acciones son a menudo impulsados por los cambios de humor de los inversores, más que por el valor de los negocios subyacentes. La inversión vale la pena sólo cuando el valor supera el precio de mercado por una cantidad lo suficientemente grande como para crear un margen de seguridad.

Buffett tampoco ha cambiado sus puntos de vista sobre las tres armas más poderosas del arsenal de la inversión: La liquidez, las emociones y la información.

A diferencia de la mayoría de los gestores financieros, que odian el dinero en efectivo durante los mercados alcistas, a Buffett sin embargo le encanta el efectivo. En 2010 escribió en su carta a inversores que el dinero dota a Berkshire “tanto económica como emocionalmente, un gran poder ofensivo para invertir mientras que otros se pelean por la supervivencia”.

Buffet, añade Zweig, no carece de emociones, pero las utiliza como indicador contrario: Se alarma por la codicia del mercado y es codicioso cuando el miedo se extiende.

Howard Marks, co-presidente de Oaktree Capital Management, afirma que “una de las cosas más difíciles para la mayoría de los inversores es sentarse y ver cómo otras personas hacen dinero. Pero eso no le importa a Buffet en absoluto cuando las oportunidades están fuera de su ámbito”.

En cuanto a la información, hace mucho tiempo que Buffet se transformó en un centro de información que puede almacenar en su prodigiosa memoria. “Tiene la capacidad de determinar qué cosas son las más importantes en toda su narrativa y hacer caso omiso de todo lo demás”, afirma Marks. “También es extraordinariamente bueno en saber lo que es importante y lo que no lo es”.

Buffett centra su operativa en tres estrategias: Valores infravalorados o baratos de los que no tiene el control, oportunidades para el arbitraje y situaciones de control en compañías interesantes.

Desde 1957 hasta 1968 estas estrategias combinadas le proporcionaron una rentabilidad anual del 25,3% frente el 10,5% del S&P 500. Pero a medida que Berkshire iba creciendo, la inversión en este tipo de compañías se dificultó cada vez más.

Ahora la gestión de Buffett, influenciado por Charles T. Munger su vicepresidente, ha variado algo. Berkshire se centra ahora en comprar grandes empresas que consideran infravaloradas, o alcanzar acuerdos preferenciales con empresas que están pasando problemas como recientemente Goldman Sachs o General Electric.

Jason Zweig añade que demasiados inversores tratan de imitar a Buffet en la selección de valores, analizando cada sílaba de lo que escribe o dice. Pero sin embargo los árboles no les dejan ver el bosque. Para aprender de Buffet, tienen que concentrar sus energías en averiguar lo que representa la inversión para ellos, lo que eres, lo que sabes y lo que no haces. Sean inflexibles en este análisis. Luego cambie, aprenda y crezca como inversor a medida que los pone en práctica.




[Volver]