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¿Sabemos algo de China?

Redacción - Miercoles, 24 de Agosto

Parace que a los analistas se les ha olvidado el asunto. Cuando está cerca de cumplirse un año desde China protagonizase aquel infausto lunes negro de agosto de 2015, parece que se ha restaurado al menos parte de la confianza en las bolsas del país. En cambio, su ritmo de crecimiento sigue sembrando dudas, al decepcionar al consenso los datos producción industrial, ventas minoristas, inversión y concesión de crédito correspondientes a julio. En respuesta a estos datos, el FMI redujo su previsión de crecimiento para el gigante asiático al 6,6% en 2016 y vaticinó que esta tasa iría reduciéndose hasta alcanzar el 6% en 2020.

Adicionalmente, el Banco Popular de China notificó que la oferta de dinero creció el mes pasado al ritmo más lento desde abril de 2015. Ma Jun, economista jefe de la institución, indicó que las reservas de divisas chinas se habían estabilizado en torno a 3,201 billones de dólares en julio, una señal de que el tipo de cambio del yuan estaba cerca de su equilibrio, según informa Bloomberg.

Para Nick Peters, gestor de fondos de Fidelity, los datos económicos chinos “seguirán siendo cruciales para evaluar cómo están gestionando las autoridades la transición de su economía”. En este sentido, opina que “el aumento de los precios de las materias primas debería reducir la deflación de los precios a la producción y dar un empujón al sector industrial del país”. Su conclusión general es que “China debería estar tranquila por ahora, pero podría reactivar la volatilidad en los mercados, especialmente después de que su divisa se haya depreciado de forma constante frente al dólar durante los últimos meses”.

¿Más estímulos?

Aidan Yao y Shirley Shen, del equipo de análisis y estrategia de AXA IM, opinan que la debilidad de los datos macro se pueden atribuir en parte a que el país ha sufrido recientemente sus peores inundaciones desde 1998, que han causado daños en la mitad del país desde junio: “La ralentización de la inversión en activos inmobiliarios fue particularmente noticiosa, al caer el crecimiento interanual cerca de un 1%, hasta el 8,1%. Es aquí donde las inundaciones podrían haber tenido el impacto más tangible, al detener la producción industrial y retrasar las decisiones de inversión”. Aunque ambos expertos admiten que los indicadores muestran “un ajuste a la baja generalizado y repentino en la economía”, matizan que “teniendo en cuenta que éste ha sido exacerbado por las inundaciones, esperamos que se compense la debilidad, al menos parciamente, con la subsecuente reconstrucción en los próximos meses”.

Teniendo esta tesis en cuenta, Yao y Shen siguen esperando que el crecimiento económico prosiga su desaceleración en el segundo semestre de 2016. “Un motor clave de esta desaceleración es nuestra expectativa de que se enfríe el mercado inmobiliario. De hecho, el crecimiento de las ventas de vivienda ya ha tocado techo en mayo y está empezando a poner presión bajista sobre la construcción”, detallan.

Los expertos añaden a las preocupaciones sobre el modelo de crecimiento actual “la dependencia de la economía sobre los estímulos oficiales y el crédito”. Para ellos, el ejemplo más obvio es la divergencia en la inversión de activos inmobiliarios por parte del sector público (22%) frente al sector privado (2,1%), teniendo en cuenta además que los primeros reciben incentivos fiscales. En este sentido, ha destacado la llamativa reacción de los inversores a esta avalancha de datos: el pasado 15 de agosto los valores chinos batieron máximos de siete meses ante la expectativa de que el Banco Popular de China (BPCh) aprobase un nuevo paquete de estímulos. Después, la agencia de rating Moody’s elevó sus previsiones de crecimiento sobre el país del 6,3% al 6,6% en 2016 y del 6,1% al 6,3% en 2017, al prever el anuncio de un paquete de estímulos fiscales y monetarios significativos, según informa CNBC.

Desde AXA IM también advierten que el crecimiento de la concesión de crédito, aunque se haya ralentizado, sigue encontrándose significativamente por encima del crecimiento del PIB nominal, “lo que sugiere problemas continuos de mala asignación de capital”. “Resolver el problema requerirá que el gobierno emprenda duras reformas, que podrían pesar sobre la economía en el corto plazo”, advierten los expertos. Su expectativa es que el gobierno siga manteniendo su voluntad de mezclar una política fiscal proactiva y una política monetaria prudente para conseguir que el crecimiento alcance el objetivo previsto para este año.

Algunas certezas

En medio de todos estos rumores y expectativas, la única certeza que han tenido los inversores ha sido la aprobación de la fusión entre las bolsas de Shenzen y Hong Kong, cuya ejecución está prevista para finales de año. “La aprobación de este plan refleja que la reforma del mercado de capital va por buen camino en China. Al eliminar la cuota agregada de vínculos comerciales –si no la diaria- de tanto el Shenzhen como el Shanghai con Hong Kong, sospechamos que Pekín tenía en mente la inclusión de los índices MSCI, ya que el acceso restringido era una preocupación clave”, comenta Nicholas Yeo, director de renta variable para China y Hong Kong de Aberdeen.

Yeo afirma, no obstante, que lo más importante no es la inclusión de las acciones chinas clase A en los índices MSCI, sino que “este plan refleja que China está abierta a inversores extranjeros que realizan apuestas más amplias por las compañías que cotizan en la región continental, que a su vez podría ver una reducción de su dependencia de inversores minoristas”.

El experto de Aberdeen no espera una entrada repentina de capital extranjero en las cotizadas del Shenzen por dos motivos: sus valoraciones son más elevadas que las de Hong Kong, y la desaceleración en China actúa como un elemento disuasorio. “Es más probable que los fondos se encaminen en la otra dirección. Los inversores de China continental siguen dispuestos a diversificar sus activos en el extranjero. Una consecuencia de cualquier volatilidad es que podemos entonces explotar la depreciación en Hong Kong con participaciones a largo plazo”, sentencia Yeo.

Cecilia Prieto/Funds People




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