La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“Sacaron al Santo y, en efecto, no llovió. En la Bolsa actual, ni llueve ni brilla el sol…”

Moisés Romero - Martes, 21 de Agosto

"Hay actores tercos como acémilas que se empeñan en ponerle puertas al campo de la Bolsa y decidir arbitrariamente cuando ésta tiene que subir o bajar. En mi experiencia de más de 30 años he aprendido muchas lecciones de la Bolsa, porque es un mercado vivo, lleno de sentimientos e ideas, con frecuencia contradictorias y fuera de la lógica. Tengo grabado, porque lo he sufrido en mi bolsillo, que la Bolsa siempre sobrerreacciona en momentos de máxima agitación, es decir, que sube más de lo que debe de subir, en teoría, cuando la tendencia pinta a favor y baja más de lo que tiene que bajar cuando empeoran las cosas. La eficiencia, no obstante, existe y la Bolsa, siempre, ajusta los procesos. Por eso, lo mejor es dejarse llevar por la tendencia y saber que cuando llegue el varapalo hay que saltar del tren en marcha. Y al revés, subirse lo más rápido posible cuando sople viento de cola. O sea, que nadie se obceque, porque la Bolsa no quiere bajar o subir", me cuenta un viejo lobo de la Bolsa española.

"La clave de este pequeño discurso es la sobrerreacción de los mercados y la innecesaria, como desafortunada, tendencia de muchos participantes a deshacer posiciones a corto plazo presa del contagio. Deja las ganancias correr y asume que las Bolsas olvidan, con mucha frecuencia, la lógica. Incluso desafían al vacío, cuando toca bajar, o a las alturas, cuando toca subir. ¿Qué sucede desde hace meses? Ni una cosa ni otra. No hay otro empeño desde hace meses, porque unas tendencias, siempre cortas, se engarzan con otras y así hasta que la cadena se rompa. Hasta que no salte hecha añicos hay que seguir. No se trata de un pronunciamiento sobre si el mercado está caro o barato. Sencillamente está en ebullición constante..."

"En alguna ocasión les he puesto el ejemplo de Don Amadeo, a la sazón cura párroco de una aldea situada en las estribaciones de la serranía conquense. A principio de los 60 una sequía atroz asoló la zona. Un grupo de mozos del pueblo solicitó a Don Amadeo permiso para sacar al Santo, San Isidro, en procesión, porque los más viejos recordaban que las rogativas habían surtido efecto muchos años atrás. El cura no opuso resistencia pero dejó clara su postura: "si quereis podeis sacar al Santo, pero que sepais que no está de llover....." Sacaron al Santo y, en efecto, no llovió..."

"En la Bolsa actual sucede lo mismo. La gente compra y vende, vende y compra. Hace y deshace, con mucho riesgo, poco premio y gran coste. El público inversor y los denominados expertos pueden sacar al santo de la Bolsa para que abandone esa tierra de nadie, el movimiento lateral, pero la Bolsa no está ni para bajar con fuerza ni para lo contrario. Por ahora...".

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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