La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Ser banquero en Suiza ya no es lo que solía ser

Redacción - Sabado, 10 de Diciembre

En 2008, Mike Baur alcanzó un exclusivo estatus en la banca suiza: un cargo prominente en la firma de gestión de patrimonio Clariden Leu y una oficina en un elegante edificio sobre la avenida Bahnhofstrasse en Zúrich.

“Era una joyita”, dijo recientemente Baur sobre el edificio.

El lugar privilegiado de la banca privada en Suiza había sido beneficioso para Baur. Antes de cumplir los 30 años, asesoraba a algunas de las personas más acaudaladas del país sobre sus alternativas de inversión.

No obstante, durante los agitados años que siguieron a la crisis financiera, Credit Suisse Group AG, la empresa matriz de Clariden Leu, cerró la empresa de 250 años, fusionó sus operaciones con las propias y, en agosto, vendió el edificio como parte de una desinversión destinada a ayudar al banco a atravesar una era nueva e incierta.

Baur, de 41 años y oriundo de Friburgo, siguió otro camino. En 2014, abandonó su carrera en la banca, que había empezado a los 16 años como aprendiz , al estilo tradicional del país, para trabajar con nuevas compañías de tecnología.

El suyo no es un caso aislado. La vida de un típico banquero suizo ya no es la de antes. Eso ha provocado un cambio cultural en un país conocido tanto por la sofisticación de sus banqueros como por sus montañas.

La transformación de la banca debido a las regulaciones más estrictas, escándalos legales y tasas de interés sumamente bajas que han reducido las ganancias ha adoptado un significado especial en Suiza, provocando una amplia autoevaluación en un país que ha dependido de la lucrativa pero formal industria para mantener su cómoda prosperidad


JOHN LETZING/The Wall Street Journal




[Volver]