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Su pensión no le llegará para final de mes. Y mientras espera la subida de tipos, haga algo con su dinero

David Buckle/Fidelity - Viernes, 22 de Septiembre

David Buckle es el responsable del área de diseño de soluciones de inversión de Fidelity. Cuenta con más de 22 años de experiencia como gestor de fondos y analista en las áreas de renta fija, tipos de cambio e inversión multiactivos. Después de doctorarse en Matemáticas (centrándose en la construcción de carteras), Buckle trabajó para varias gestoras de activos, como J.P.Morgan AM, Putnam, Merrill Lynch/BlackRock y UBS, además de gestionar una boutique de inversiones. Actualmente, es vicepresidente del Institute of Quantitative Investment Research. Toda esta experiencia profesional acumulada le da un bagaje muy importante en lo que respecta al conocimiento de la industria, de los mercados y del propio comportamiento de los inversores. Hoy este experto se muestra muy preocupado por la situación que vivimos, lo cual le ha empujado a lanzar dos mensajes clave. El primero de ellos es implorar a los bancos centrales que aborden el impacto de esta política monetaria ultraexpansiva, ya que sospecha que la situación va a deteriorarse pronto“Muchos de los que se han jubilado desde la crisis financiera cuentan con planes de pensiones de prestación definida, por lo que no han tenido que soportar la carga de los bajos tipos de interés. En el futuro, la mayor parte de los nuevos jubilados tendrá planes de aportación definida y sí sentirán las consecuencias: sus fondos de pensiones no habrán crecido lo suficiente para costear su jubilación y las rentas vitalicias, que guardan relación con los tipos de interés, no serán lo bastante altas como para generar rentas de jubilación suficientes. Además, aunque los partícipes de planes de prestación definida no se vean afectados, las empresas y las autoridades que deben pagar sus pensiones cada vez van a tener más dificultades para hacerlo”, augura.

Para hacer visible este problema, Buckle lo traduce a cifras. “Alguien que trabaje para una administración pública en el Reino Unido durante 40 años recibirá una pensión en la modalidad de prestación definida de aproximadamente dos tercios de su último salario, mientras que alguien que realice idénticas aportaciones a un plan de aportación definida recibirá hoy una renta anual en torno a una décima parte de su último salario. Esta segunda cifra no solo es demasiado baja para llevar una jubilación cómoda, sino que la administración pública tendrá que compensar la diferencia entre el nivel de renta que le ha prometido al partícipe del plan de prestación definida y las tasas de rentabilidad que encuentra en el mercado para las inversiones que realiza con el fin de financiar dicho nivel de rentas”, explica.

El segundo mensaje de Buckle es para los inversores. El experto sospecha que, en última instancia, el deterioro continuo del nivel de vida de una población terminará poniendo presión sobre los gobiernos quienes, a su vez, dejarán de tolerar la figura del banco central independiente. “Para evitar una falta de independencia, y también reconociendo que los niveles de emergencia fijados en 2008 para los tipos de interés no estimularán la economía mucho más, los bancos centrales subirán los tipos. Solo entonces, cuando nuestro barco hundido vuelva a flote y los inversores regresen a los activos más seguros, descenderá el incremento del riesgo de los precios de un activo. Hasta entonces, haga algo con su dinero, menos meterlo en un depósito. Invertir en liquidez solo garantiza una rentabilidad que irá perdiendo comba progresivamente con respecto a la inflación. Significa lisa y llanamente abrazar un deterioro del nivel de vida. Es como volver a los camarotes inundados cuando el barco se sumerge bajo las olas”, concluye.




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