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Un dólar fuerte en una economía mundial débil

Carlos Montero - Jueves, 02 de Abril

En los últimos meses, el dólar se ha fortalecido enormemente frente a otras monedas como el euro, la libra y el yen. Esto refleja en gran medida las expectativas de los inversionistas de que la economía estadounidense va a hacerlo mucho mejor que otras grandes economías en los próximos meses. El dólar está ahora en su nivel más alto en una década frente a más de dos docenas de divisas. Un euro se negocia en torno a 1,08 dólares frente a los 1,37 dólares de hace un año; muchos analistas predicen que las dos monedas podrían alcanzar la paridad en los próximos meses por primera vez desde 2003. Al mismo tiempo, el yen ha caído cerca de un 14 por ciento frente al dólar.

 

Como cualquier movimiento importante en los mercados financieros, el fortalecimiento del dólar ha puesto nerviosos a los inversores y responsables políticos, señala el The New York Times en un editorial. “Algunos, como el gobernador del Banco de la Reserva de la India, Raghuram Rajan, se han quejado de que estamos en una "era de devaluación competitiva y una política de empobrecer al vecino". Él y funcionarios de otros países, como los Corea del Sur, están preocupados de que los bancos centrales hayan diseñado una depreciación de las monedas como el euro y el yen mediante la impresión de dinero y la compra agresiva de bonos en un intento para abaratar sus exportaciones.

El Banco Central Europeo y el Banco de Japón están comprando una gran cantidad de bonos para estimular las débiles economías domésticas, pero no necesariamente para dañar a otros países. Si tienen éxito, en última instancia beneficiará a toda la economía mundial, incluyendo los Estados Unidos, que también se ve perjudicada ante una apreciación del dólar, ya que encarece los productos estadounidenses para los compradores extranjeros.

La pregunta más importante es si la política monetaria y una moneda que se deprecia pueden marcar una diferencia significativa. Cada vez hay más pruebas de que el simple aumento de la oferta de dinero puede no ser suficiente para reactivar las economías débiles, especialmente si la demanda en el resto del mundo no está creciendo lo suficientemente rápido. Los países no pueden exportar su camino hacia el crecimiento si otras naciones no están en condiciones de comprar sus productos y servicios.

Eso podría ayudar a explicar por qué la economía de Japón sigue débil dos años después de que su banco central comenzara a comprar bonos, algo que provocó un descenso del yen frente al dólar. Una parte importante del problema es que el gobierno del primer ministro Shinzo Abe no ha hecho lo suficiente para reformar la economía, por ejemplo hacer que las empresas inviertan sus ahorros e incrementen el empleo entre las mujeres.

Hay algunas señales de un renacimiento europeo, aunque no lo suficiente para celebrar un retorno al crecimiento. Varios países, como Grecia, Italia y Francia, todavía están en contracción, estancadas o con un crecimiento anémico. Un euro más débil es bueno para todos los países que lo utilizan, pero beneficiarán principalmente a las grandes naciones exportadoras como Alemania, que ya es una de las economías más fuertes de la eurozona. Incluso si el euro alcanza la paridad con el dólar, esto podría no ayudar significativamente a los países más débiles como Grecia que no son grandes exportadores o naciones como Portugal que exportan principalmente a otros países europeos. Para ayudar a esas naciones, los responsables políticos de la zona euro tienen que alejarse de una austeridad sin sentido e impulsar reformas largamente retrasadas para fomentar la inversión y el crecimiento del empleo.

Para los Estados Unidos, un dólar más fuerte debería frenar el crecimiento, a pesar de lo difícil que es predecir con exactitud esto debido a que los valores relativos de las monedas son difíciles de pronosticar. Algunas compañías industriales estadounidenses han dicho que están perdiendo pedidos o viendo un descenso de sus beneficios, ya que se ven obligados a reducir los precios para competir con los precios más bajos ofrecidos por las empresas europeas y japonesas.

La apreciación del dólar es una buena razón para que la Reserva Federal de mantenga a raya el aumento de las tasas de interés este verano. Pero más que nada, la fortaleza del dólar nos recuerda que el mundo sigue dependiendo demasiado de los Estados Unidos, que a su vez todavía no se ha recuperado de la crisis financiera. Eso no augura nada bueno para un crecimiento global sostenible.”

 

Fuentes: The New York Times




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