La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Utilizar todos los instrumentos existentes…..¿les suena esta propuesta?

José Luis Martínez Campuzano - Viernes, 29 de Julio

Lo cierto es que la repiten con frecuencia los bancos centrales, especialmente aquellos que aún están lejos de iniciar la normalización de las medidas monetarias expansivas extremas. De acuerdo, estos últimos, aquellos que están iniciando el cambio de vuelta, son una minoría. De hecho, no estoy seguro de que realmente lo tengan del todo asumido. El jueves mismo la Fed. Tras admitir que los riesgos hacia el crecimiento se han reducido, tras reconocer la fortaleza del mercado de trabajo y del consumo, considera que se debe seguir vigilando el contexto internacional. Y que sólo ve subidas graduales de tipos. El mercado se ha posicionado ya para que la siguiente subida de tipos sea en diciembre. Pero aún faltan más de cinco meses para que se materialice esta expectativas. Con todo, la frase inicial de esta pequeña nota no se refiere en este caso a un banco central. Fue una de las conclusiones, quizás la más importante, de la reunión del G20 de Ministros de economía y bancos centrales celebrada durante el fin de semana pasado en China. Y se referían a instrumentos monetarios y fiscales para impulsar la demanda. Pero, también, a reformas para ajustar la oferta y aumentar el crecimiento potencial. Naturalmente esto último tiene menos predicamento entre las autoridades económicas mundiales. Especialmente en el ámbito político.

Al final, luchar contra un escenario de débil crecimiento y baja inflación requiere sin duda de la aplicación de todos los instrumentos de política económica. Pero, ¿qué ocurre cuando algunos de ellos se han llevado a niveles extremos sin éxito? Quizás, es una sugerencia, sería más adecuado buscar alternativas en otros que aún no se han aplicado. O su aplicación ha sido marginal. No, no me refiero a la política fiscal para impulsar la demanda a corto plazo. Especialmente cuando la contrapartida es una creciente deuda pública que supone un nuevo riesgo a medio y largo plazo en términos de estabilidad financiera.

El resto son reformas y ajustes estructurales, enfocados en la oferta. Reducir la sobrecapacidad y aumentar la flexibilidad para que mejore tanto la productividad como la inversión empresarial, elevando de esta forma el crecimiento potencial.

Quizás como anticipo de la Reunión del G20, el FMI publicó hace unos días una nota esbozando las “Reformas estructurales” necesarias. No es la primera vez que lo hace y probablemente tampoco será la última.

https://blog-imfdirect.imf.org/2016/07/25/getting-into-higher-gear-why-structural- reforms-are-critical-for-revving-up-global-growth/

¿De qué tipo de reformas estamos hablando? Reformas en el sistema de producción y mercado de trabajo, internacionalización de la empresa, impuestos y también enfocadas en el sector financiero. En algunos casos, como estas últimas, se ha avanzado mucho. Incluso podríamos decir que se ha ido demasiado rápido en algunos temas. Todo lo contrario en el resto.

Dentro de los países del G20, los países desarrollados deben enfocarse en reformas que favorecen la innovación cuando los países emergentes deben hacerlo en aquellas medidas que mejoran el funcionamiento del mercado. También se debe considerar el momento en el ciclo económico, en ambas tipos de economías favoreciendo la

infraestructuras que aumenta el producto a corto y medio plazo. Realmente, el momento concreto del ciclo económico también puede favorecer el énfasis en reformas como la del mercado de trabajo. Y me refiero a matizar el objetivo de una mayor flexibilidad en un momento bajista del ciclo que se traduzca en una mayor deterioro del mercado de trabajo. Se dice que las reformas hay que llevarlas a cabo cuando se puede, aunque lamentablemente es mucho más frecuente que se apliquen cuando no se pueden evitar. Elegir el momento, amplificando el impacto positivo de las reformas, es sin duda mucho mejor que verse obligado a ejecutarlas en un momento social y políticamente costoso.

¿Y las políticas de demanda? No digo que sean inapropiadas, aunque lo cierto es que en el caso de la política monetaria puede tener un protagonismo excesivo. De hecho, como también advierte el FMI en su Nota, muchas de las reformas estructurales pueden aumentar el margen de maniobra de las políticas de demanda. En el caso de la política fiscal ahora es mucho más evidente: un aumento del crecimiento potencial conlleva una mejora en las perspectivas de ingresos públicos y de reducción de deuda dando más margen a corto plazo para reducir los impuestos/aumentar los gastos a corto plazo.

Por último, ayer el BCE publicó las últimas conclusiones de su encuesta a analistas financieros y económicos.
Ligera revisión a la baja en las perspectivas a corto plazo e inflación.
Pero, sin cambios en la proyección de crecimiento e inflación a medio plazo en niveles respectivamente de 1.7 % y 1.8 %.

¿Les parece poco? Pues no confíen sólo en las políticas de demanda, especialmente la monetaria, para cambiarlo. De hecho, ni poco ni mucho. Son las reformas, ajustes, las que pueden propiciar su elevación. 




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