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Wall Street poéticamente sobrevalorado

Carlos Montero - Miercoles, 29 de Julio

Ayer publicábamos un artículo en el que argumentábamos la recomendación que están realizando algunos grandes bancos de inversión a sus clientes principales: Reducir la exposición a la renta variable USA e incrementar la europea.

Hoy ahondaremos en este hecho exponiendo la valoración del mercado estadounidense, que según algunos parámetros está altamente sobrevalorado. Para ello utilizaremos un reciente análisis realizado por Bank of America Merrill Lynch.

Este estudio refleja que en 13 de las 18 medidas históricas utilizadas, Wall Street está sobrevalorado. Aunque algunos de estos ratios muestran una sobrevaloración moderada, otros reflejan niveles cercanos al de burbuja. Veamos algunos:

Las acciones estadounidenses cotizan en promedio a 17,4 veces beneficio por acción de los últimos 12 meses, comparado con una media de 15,3 desde 1960 si excluimos la burbuja tecnológica que distorsionó alguna de estas medidas. Si la incluimos la media es de 16 veces.

Las acciones están valoradas a 12,3 veces flujo de caja operativo frente el 9,6 de media desde 1986.

Si tomamos datos históricos más alejados vemos como según el PER ajustado (PER Shiller), elaborado con datos desde 1881, la sobrevaloración actual de Wall Street es del 61%.

El “indicador Warren Buffet” que relaciona el PIB con la capitalización total del mercado de valores, arroja una sobrevaloración de casi el 100%. Para Warren Buffet este es el mejor indicador fundamental para el mercado de acciones.

Fuente: Haver Analytics, BofA Merrill Lynch US Equity & US Quant Strategy

Brett Arends, columnista de MarketWatch, afirma que parece haber una tendencia actual de burlarse de cualquier ratio que sugiera que el mercado de valores está caro. Pero, añade, los mercados pueden estar sobrevalorados durante mucho tiempo antes de que corrijan. Pone de ejemplo los comentarios despectivos que se hacían a los analistas que afirmaban que el oro a cerca de 2000 dólares onza estaba muy caro.

Arends cree que el estudio de BoA tiene algunas deficiencias que deben también ser consideradas:

En primer lugar, el banco no incluyó la medida conocida como "Q de Tobin", que compara el valor de las acciones con el costo de reposición de los activos de la empresa. Este ratio es uno de los más prestigiosos en la industria, y hace que Wall Street parezca poéticamente sobrevalorado.

En segundo lugar, los indicadores sugieren que las acciones pueden estar atractivamente valoradas según algunos ratios relativos, como el S&P 500 en relación a las acciones de pequeña capitalización o a los bonos.

Y en tercer lugar, los "promedios históricos" en la mayoría de los casos sólo se remontan a décadas. Pueden ser datos enormemente sesgados por el mayor mercado alcista de la historia (1982-1999). En la mayoría de los casos no tienen en cuenta la experiencia de décadas anteriores como la de 1910, la de los 30 o la de los 70.

El peligro, concluye Arends, no es que Wall Street esté a punto de estrellarse, sino que los rendimientos de los próximos 30 años sean sensiblemente inferiores al de los últimos 30. 




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