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¿Y después qué?

Carlos Montero - Viernes, 22 de Mayo

Una historia tradicional China cuenta que desde su oficina un banquero se puso de pie y miró a través de su ventana a un pescador solitario sentado en el borde de un puente que con tranquilidad mantenía entre sus manos un sedal. Unos minutos después cogió una trucha. El banquero volvió al trabajo. Una hora más tarde se dirigió de nuevo hacia la ventana y vio que el pescador se encontraba en el mismo lugar y había capturado más peces. De vez en cuando se levantaba de su escritorio, caminaba hacia la ventana y veía al pescador haciendo exactamente lo mismo.

Desconcertado, cuando salió de su oficina cruzó el puente y se acercó al pescador. Le preguntó si alguna vez había pensado en vender el pescado. Podría capturar los peces, limpiarlos y vendérselos a otros.

El pescador preguntó al banquero, ¿y después qué?

El banquero le contestó que podría contratar a más pescadores que capturasen para él, y podría vender más pescado.

El pescador volvió a preguntar al banquero, ¿y después qué?

El banquero dijo: “Usted podría franquiciar el negocio y hacer un montón de dinero.”

¿Y después qué? Preguntó el pescador.

“Pues después podría irse a pescar”, contestó el banquero.

Interesante historia que nos hace plantearnos las prioridades en nuestras vidas. Om Malik, un brillante analista de origen indio y socio de True Partners, hacía la siguiente reflexión sobre este hecho:

El dinero y el éxito no lo son todo, y es necesario saber cuál es la razón por la que se emprende un proyecto o una actividad antes de comenzar el esfuerzo. A menudo nos quedamos atrapados en una falsa ambición y olvidamos por qué queríamos hacer algo en primer lugar. Ese olvido nos cuesta la alegría que teníamos cuando empezamos.

Especialmente en Silicon Valley, los emprendedores quedan envueltos en la idea del éxito que otros han elaborado e impuesto como una plantilla. ¿Por qué?

Hace aproximadamente un año conocí a un zapatero en Italia. Nos entendimos perfectamente a pesar de la lógica barrera idiomática. Cuando le pregunté si quería que le ayudara para configurar una cuenta de Instagram o una página de Facebook para impulsar su negocio, me miró y dijo: "Yo quiero hacer zapatos para las personas que aman los zapatos. No quiero crear una industria."

Él sabía exactamente cuántos zapatos podría hacer en un mes. Y así sabía cuánto dinero podría hacer en un año y lo que podría gastar haciendo zapatos.

Su historia se quedó conmigo y me embarcó en un proceso de simplificación y limpieza de los excesos de mi vida. Ahora siempre me pregunto cuando voy a emprender una nueva actividad, ¿por qué es tan importante, y por qué debo gastar mi tiempo en esto?

Hoy en día es fácil aprender cómo iniciar un negocio. Puede obtener consejos prácticos con presionar simplemente un botón. Sin embargo, lo que no se puede obtener de los demás es la comprensión de por qué usted está haciendo lo que está haciendo y con qué fin. 




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