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¿Y si lo que esperarámos de la Fed estuviera completamente equivocado?

Carlos Montero - Viernes, 09 de Octubre

Durante los últimos meses, uno de los principales focos de atención en los mercados financieros era intentar contestar a la pregunta de cuándo la Fed hará su primer movimiento al alza en sus tipos. Antes del verano se daba como muy probable que fuera en la reunión de septiembre. Los datos macro que se iban publicando no eran buenos, y se empezó a retrasar esa primera subida hasta la reunión de diciembre y ahora la opinión mayoritaria cree que será en el primer trimestre de 2016.

¿Pero y si todo este escenario estuviera sumamente equivocado? ¿Y si la Fed en vez de subir sus tipos de referencia los recortara por debajo de cero? ¿Y si retomara el programa de compra de bonos?

Por sorprendente que parezca, este escenario es el que están discutiendo algunos de los más importantes clientes de Morgan Stanley según ha declarado la propia casa.

Matthew Hornbach, jefe de estrategia global en tipos de interés en Morgan Stanley, declaraba recientemente a Bloomberg: “Casi inmediatamente después de que el dato de nóminas no agrícolas de septiembre se publicara, los teléfonos comenzaron a sonar preguntándome qué era más probable, una nueva QE o tipos negativos.

“Los inversores están empezando a preguntarse si la economía de EE.UU. va a satisfacer las expectativas de crecimiento de la Fed. El tema de las tasas negativas ha salido con más frecuencia que la QE4, pero los inversores están empezando a considerarlo también. En nuestra opinión, ni la QE4 ni las tasas negativas están en el horizonte, pero por supuesto, son posibilidades”, añade Hornbach.

Ninguno de los miembros de la Reserva Federal ha hecho declaración alguna en este sentido, pero importantes gestores como Hideo Shimomura de Mitsubishi UFJ Kokusai, o Ray Dalio de Bridgewater creen que una QE4 es posible.

Shimomura afirma también en Bloomberg que “si la economía estadounidense se estrangula el próximo año podríamos asistir a una mayor flexibilización cuantitativa o cualitativa. También hay una posibilidad de que recorten los tipos. Es algo a plantearse el próximo año”.

La Fed empezó a comprar deuda respaldada por hipotecas en 2008 y amplió las compras a los bonos del Tesoro en 2009 para apoyar a la economía rebajando los costos de endeudamiento. El año pasado la Fed terminó con la QE. Shimomura cree que este programa puede reavivarse incluyendo los bonos corporativos.

George Goncalves, jefe de estrategia de Nomura Holdings, también ha recibido llamadas de sus clientes abordando el tema de una nueva QE. “Hemos pasado de personas preguntando cuándo será la primera subida de tipos, a personas que preguntan cuándo será la nueva QE”.

Ray Dalio de Bridgewater Associates, afirmó en Agosto que espera que la Fed reanude la flexibilización cuantitativa, incluso si primero eleva los tipos.

“No consideramos que una subida de entre 25-50 puntos básicos sea un gran ajuste. Dudamos que sea mucho más grande antes de que veamos un importante alivio cuantitativo a través de una QE”, afirmó.

La probabilidad de que la Fed suba tipos antes de final de año es menor del 35%, mientras que la probabilidad de que los aumente antes de final de 2016 es del 92%, según los futuros de los fondos de la Fed.

De cualquier forma, toda esta renovada inquietud por nuevas medidas de flexibilización cuantitativa se ha generado simplemente por un mal dato de empleo. ¿Qué sucedería si se repitiera esa tónica en los próximos meses? ¿Qué pensarían los clientes de Morgan Stanley o de Nomura si los indicadores adelantados anticiparan una posible recesión económica en EE.UU. como venimos advirtiendo desde hace unas semanas? Las respuestas parecen obvias, ¿no?




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