La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Yo me pido el Partenón. Aquél, un trozo de isla ¿Y usted? Grecia nunca pagará lo que debe

Moisés Romero - Martes, 07 de Julio

En alguna ocasión les he contado que uno de los muchos directores que he tenido en mi dilatada vida profesional tenía la fea costumbre de señalar con el dedo al redactor que no seguía el guión que el escribía. El director de marras aborrecía el Refranero Español e insultaba a quiénes lo utilizaban. Mi carta de hoy va en desagravio a mis ex compañeros, porque no hay nada más clarificador y comprensible, para grandes y chicos, que el refrán español. Mi carta de hoy enlaza con refranes a propósito de los sucesos en Grecia, porque la clave no es si el Parlamento griego ha ha entregará hoy un nuevo plan, el enésimo, que tampoco cumplirá, sino cómo, cuándo y dónde pagará lo que debe. La clave, digo, es hoy la misma que ayer y mañana: Grecia no ha pagado sus deudas con Plan de Ajuste y el Segundo Plan de Salvación, el Segundo Rescate y tampoco lo pagara si hay un tercer Plan de Salvación o de Rescate. Por eso, algunos ya se pideron entonces el Partenón, como Finlandia. Otros, un trozo de isla. Aquellos, un puñado de barcos ¿Y usted como prestamista que es de Grecia, que se pedirá? Eso sí, tampoco se lo concederán.

Les hablaba del refranero sabio español. Una cita para los sufrido bolsistas: 

De aquí a cien años, todos calvos Formas alternativas: Dentro de cien años, todos calvos.

Tiene un doble matiz bastante dispar. Por un lado puede remarcar la importancia de no fiar las cosas en un futuro sino disfrutar el momento presente, sería una reformulación del tópico del carpe diem, de gozar el momento. Ejemplo: - Decidí gastarme mis ahorros y comprarme el barco que tanto he deseado, al fin y al cabo, dentro de cien años, todos calvos.

También:  - Venga, deja de estudiar por un día y sal a divertirte, que dentro de cien años, todos calvos.
Por otra parte, puede usarse para relativizar la importancia de este mismo momento presente indicando lo inexorable del paso del tiempo.

¿Le suena a los movimientos de Grecia desde hace años? Seguro que sí.

Al encabronado inversor en Bolsa y al ahorrador, en general, quizás también le interese: No hay mal que cien años dure

¿Por qué cien? Porque por ahí irán los tiros de la próxima renovación de los préstamos milmillonarios de la comunidad internacional a Grecia. No otra opción que la de darle un buen trallazo al balón de la deuda para que ruede por el campo de la contabilidad financiera y aquellos créditos que vencen hoy se posterguen cien años más ¿Y después de 100 años? Otros cien año más o los que haga falta.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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