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Cuando llegue Septiembre ? y 2

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 21 de Febrero

Estábamos con que todo iba bien; sigamos.

Estamos en Febrero, las vacaciones de Verano, Julio y Agosto, están a la vuelta de la esquina, todos nos iremos de vacaciones, a esquiar a Chile, a bajar por los rápidos del Colorado o a pasar unos días en una cabaña junto a un lago de Finlandia, pero, imaginen, que toda esa inercia que lleva acumulada el sistema y por la que este se mueve, empieza a desacelerarse justo cuando nos estamos tomando un single malt de treinta años en una de las terrazas del castillo de Glenborrodale, en las Highlands.

El punto de arranque de la desaceleración será una nimiedad -o una suma de nimiedades-, pero amplificada por los tremendos problemas que, desde hace meses, están padeciendo todos los sistemas de comunicación: una orden de compra mal interpretada en Hong Kong, un cambio mal tecleado en Chicago, un broker que piensa que un crédito sindicado no es interesante, unas expectativas sobre las reservas de un yacimiento petrolífero en Sudán que despiertan unas reticencias infundadas,..., el motivo poco importa, el hecho es que esa nimiedad pone en marcha un proceso imparable que va haciendo caer las fichas de un montaje de dominó y que determina que esa inercia vaya autoconsumiéndose a la misma velocidad que un mensaje viaja de París a Río de Janeiro.

Bien, el hecho es que cuando todos, en Septiembre, regresemos de nuestras maravillosas vacaciones nos encontraremos un panorama radicalmente diferente al que dejamos cuando nos fuimos. Como en un castillo de fuegos de artificio, sufriremos carencias de recursos, problemas con los servicios, cierres de empresas, sobre todo de las medianas y pequeñas, e importantes reducciones en los efectivos humanos de las grandes; las absorciones de unas compañías por otras que antes de las vacaciones a todos nos impactaron, se multiplicarán, lo que tendrá efectos inmediatos sobre los mercados, el empleo y  el consumo, amplificando la sensación de que algo gordo está pasando; los Estados, ante ese panorama y acuciados por unos números que intuyen a peor, comienzan a poner trabas y exigencias a y para acceder a las prestaciones sociales; diversos colectivos, entre la espada de la degradación en sus condiciones de vida y la pared de la disminución de la atención social, inician protestas de variada índole lo que contribuye a degradar el entorno económico y social. Ni que decir tiene, que los mercados de valores recogen brutalmente en sus cotizaciones esta situación. A partir de este punto, nada va, ya, a mejor; las expectativas empeoran, el clima económico y social se degrada, la evolución se acelera y, ya en el 2008, empiezan a tomarse unas medidas que, aunque drásticas, no consiguen revertir la situación.

En el film, en Septiembre, al millonario protagonista se le pone la cara a cuadros cuando ve que le han hecho a su villa italiana; ¿se imaginan la cara que se nos podría poner a todos cuando, en Septiembre, viésemos lo que se nos puede estar viniendo encima?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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