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Algunas sociedades de Bolsa contratan fantasmas (bravucones) y la gente sigue picando el anzuelo

Moisés Romero - Martes, 24 de Abril

BolsaLa primera vez que me encontré con este fanfarrón fue hace quince años, en la barra de un bar anexo a su oficina, donde se tomaba unas copas antes de ir a casa. Cada tarde, después del cierre del mercado, el monólogo del bravucón era el mismo: "Hoy le he levantado (ganado) a la sociedad 1 millón de pesetas. Pero es que todos los días le levanto lo mismo" ¡Joder, qué tío! pensé yo en silencio ¿Y qué hace aquí con esas pintas? me pregunté a continuación, porque si es lo que dice que es, debería estar en otro lado y condición, y no en tal pocilga, que así era entonces la firma de Bolsa en que trabajaba. Pero los taxistas, viandantes y buscavidas se arremolinaban a su lado. Y aquí llega la noticia: quince años después me lo he encontrado en Palma de Mallorca con el mismo guión, aunque más viejo y entrado en carnes. De eso les hablo luego. Ahora vamos con el término fantasma, porque tiene mucha miga y porque algunas sociedades de Bolsa los mantienen en nómina, con salario bajo, pero en nómina. Aprovechan el caos que reina en los mercados para atraer, primero, y desplumar, después, a muchos incautos.

Podríamos definir el término “FANTASMA” como la representación visual, acústica o táctil del cuerpo no físico de una persona fallecida que, por diferentes motivos o circunstancias de su transitar como ser humano por el mundo de la vida, se ve aferrado a la misma bajo otra forma de existencia no física, manifestándose de diferentes formas ante seres humanos (familiares o amigos dependiendo del grado de vinculación entre ellos u otras personas y desconocidas para éste ente) y en determinados lugares dependiendo de la carga psíquica existente para ellos y en ellos.


Como pretexto de creación artística o literaria, la creencia en fantasmas es tema goloso que ha suscitado mucho negocio editorial, teatral, cinematográfico, radiofónico, televisivo y periodístico. También supone una atracción turística notable para ciertos lugares históricos.

Eso provoca la aparición de grandes intereses creados en torno a las apariciones de fantasmas y, por tanto, la aparición, también, de distintos grados de fraude y negocio, y consiguientemente del rechazo interesado y del oscurecimiento igualmente perseguido de toda explicación estrictamente racional de este tipo de fenómenos; de ahí la explotación y fomento del miedo y de lo morboso, siempre más económicamente rentables, y el ahogo interesado de todo interés por llegar a la verdad que pueda existir en el fondo del asunto.

Esta se deja siempre en una estricta ignorancia que, además, favorece la estafa, la riqueza, el lucro, el crecimiento económico. Por eso La desconfianza, el método científico, el empirismo y el escepticismo son requisitos imprescindibles para abordar con seriedad un fenómeno como este, rodeado de engaños y la mayor parte de las veces, si no todas, engaño él mismo.

Y del fantasma se deriva fantasmada: Bravuconada, fanfarronada. Sí, 15 años después me lo he encontrado a mi paso por Palma, sin buscarlo, sin quererlo, sin poder evitarlo: me dí de bruces contra su cara. Pero los astros son los astros. Me acerqué a uno de los que le escuchaban y pregunté. “¿quién es ese”

.-“Es fulano de tal, que trabaja de brocker en la Bolsa”

.-”¿Y qué dice” que gana la hostia y más, gracias a la volatilidad”

.-”¿Promete algo”?

.-“No, pero dice que su sociedad de Bolsa (X) es la rehostia”

.-“No le confíe su dinero, lo dejará en pelotas”, le dije


Sí, estas cosas hay que denunciarlas. Con la crisis, el fenómeno se ha disparado. La Oficina de Atención al Inversor (OAI) de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) recibió 2.296 reclamaciones durante 2010, lo que significa un incremento del 6,6% respecto al ejercicio precedente, cuando éstas se duplicaron en comparación con 2008.

 

De hecho, el aumento de las consultas y reclamaciones ha llevado a la CNMV ha reforzar su departamento de atención al inversor. Entre los asuntos que suscitan más controversia está la ejecución de órdenes , que todos los años repite en el primer puesto. Desde BME y la CNMV aseguran en sus informes que son frecuentes las reclamaciones por falta de ejecución de órdenes o el retraso en las mismas. También hay quejas porque no se corresponde la orden del cliente con la operación finalmente ejecutada y por realizar operaciones sin consentimiento del cliente.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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