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A diez años vista

Santiago Niño Becerra - Lunes, 13 de Julio

Una lectora con la que nos intercambiamos comentarios me remitió, hace unos días un link –que, de repente dejó de estar operativo– en el que se reproducía un estudio sobre la sustitución del dinero metálico por electrónico, algo que, según ese estudio estaría en vías de implementarse en breve. Acababa su mail con una pregunta: “El que haya sacado el dinero del banco estará bastante fastidiado si esta medida se aprueba… ¿o no?”.

Le respondí:

“Si, pero se dará un tiempo de gracia para volver a ingresarlo. Es una medida perfecta: las corporaciones, no 'el Gobierno', controlará los gastos de las ciudadanías, pero el objetivo no es ese sino tener la posibilidad de poder 'tomar prestado' lo que se necesite y utilizar los depósitos como aval. Ej. Deuda Pública total de España: 1,5 B€, depósitos totales: alrededor de 1,3 B€”.

Y ella me dijo:

“Entonces habrá personas que prefieran no ingresarlo, de todas formas si eso llega a producirse ¿no crees que el dinero seguiría circulando en algunos sectores ¿???”

Respondiendo yo:

“No. No porque, ¿quién se va a fiar de un papel que oficialmente no existe?. Lo que si podría pasar es que si esa medida solo se implanta en la UE, dos compañías de la UE acuerden hacer una operación en dólares metálicos en relación a un negocio realizado fuera de la UE; dentro de la UE imposible porque no podrían justificar la compra de los materiales y trabajo necesario para elaborar los bienes objeto de negocio; lo que, pienso: en muy poco tiempo en el planeta habrá desaparecido el dinero metálico o quedará reducido a países marginales, y no lo sé.

Con todos los pagos e ingresos en dinero electrónico, es decir, trazable desde el origen, si además se cruzan con esa base de datos las bases de la Seguridad Social, IVA o equivalente, IRPF o equivalente, IRS o equivalente, DNIs o permisos de conducir, Catastro e IBI y nacimientos, defunciones, matrimonios y registro de la propiedad -algo hoy ya perfectamente posible con la tecnología ya existente- lo que se tendría es controlado el 99% de las operaciones que realice el 99% de la población. Pienso que antes de diez años tenemos implementado algo así.

Se venderá como algo necesario por seguridad e imprescindible por eficiencia (y es verdad: se ganará en eficiencia); y si lo administra un sistema experto no humano, más aún”.

Su respuesta:

“A la vista de este panorama me voy a plantear hacerme campera autosuficiente… aunque también estos estarán en el punto de mira en algún momento”.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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