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“ACS, los March ceden los trastos a Florentino ¿seguirá la empresa con la autocartera?...”

Mar Revuelta - Miercoles, 25 de Junio

"¿Líos accionariales? ¿Falta de entendimiento? ¿Necesidades de liquidez? ¿Metedura atroz de pata en el fallido asalto a Iberdrola? No se sabe. Ni unos ni otros destacan, precisamente, por la transparencia y por dejar correr los rumores, salvo cuando afecten al comportamiento bursátil. Sea como fuere, lo cierto es que los March siguen en retirada en la constructora ACS. Corporación Financiera Alba ha vendido un 3,7 por ciento de ACS, tras lo cual mantiene una participación en la constructora del 11,3 por ciento. El holding de participaciones industriales de la familia March indicó ayer que la venta se produjo a 34,17 euros por acción, por un importe total de 397,7 millones de euros y una plusvalía bruta consolidada estimada en 191 millones de euros. De esta forma Corporación Financiera Alba, que ya redujo su participación del 18,3 por ciento al 15 por ciento hace aproximadamente tres meses, baja al segundo puesto en el accionariado de ACS, detrás de Florentino Pérez -presidente de la constructora-, con un 12,5 por ciento del capital. Los otros principales socios son los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, los Albertos, con un 9,05%, y Miguel Fluxá, con otro 5%", dice R. López, analista especializado en el sector de la construcción.

 

"Estamos ante un cambio claro de las fuerzas accionariales y de control, que el mercado ha digerido, sin más. Lo que nos importa ahora es si ACS seguirá con su tradicional política de aumentar la autocartera para revenderla, si es que el mercado lo propicia, dado que en la actualidad, y según los registros de la CNMV, tan sólo tiene un 0,48% de acciones propias en cartera. El hecho que accionistas del peso y la relevancia de los March sigan haciendo las maletas en la compañía no es, precisamente, una buena tarjeta de presentación", añade.

 

En enero del año pasado escribíamos lo siguiente:

"En Bolsa siempre hemos definido a la constructora ACS como la Reina de las Reinas del uso y abuso de la autocartera, una práctica que se ha seguido fielmente desde hace varios años. Con ello ha conseguido, hasta que la Crisis no dejó títere con cabeza, mantener artificialmente la cotización de la compañía en Bolsa y, a la vez, colocarla fácilmente a terceros, con lo que volvía a obtener liquidez para volver a hacer lo mismo. Esto era así, porque las condiciones del mercado lo permitían. Ahora ha vuelto a la carga, pero antes, ha dado dos patinazos sonoros: la venta de acciones de sus mentores del Grupo March y la imposibilidad de colocar a los árabes u a otros, un 5% del capital en autocartera  meses. Sí, ACS paga un duro peaje y vende su autocartera con pérdidas del 50%", dice uno de los asiduos al salón de operaciones de la Bolsa de Madrid.

 

El inversor no debe perder de vista el aumento de la autocartera: el fenómeno le afecta directamente

Andres Cardenal, Sala de Inversión América

Desde hace tiempo, las compañías han cambiado de forma notable la manera en la que distribuyen efectivo a sus accionistas. Y es que cada vez son menos las empresas que optan por pagar altos dividendos y, en cambio, aumentan los ánimos hacia la recompra de acciones propias. ¿Cómo influye la recompra de acciones en el pago de dividendos? Cuando una compañía aumenta autocartera, el tamaño de su "tarta" (su valor) sigue teniendo el mismo, no obstante, la cantidad de porciones (acciones) disminuye, lo que significa que ahora cada título debería tener un precio más alto. Existe claramente una relación positiva entre la cotización de una acción y sus beneficios o su valor patrimonial, por ejemplo. Si la compañía aumenta su autocartera, sus ganancias totales son las mismas, sin embargo la cantidad que se negocia en el mercado disminuye. Al aumentar los beneficios correspondientes a cada acción (EPS), su precio también debería incrementarse. De hecho, establecer un comprador recurrente y estable contribuye a la subida de la cotización de forma directa.

Así, en vez de recibir un dividendo en efectivo, se obtienen aumentos de su valor, o lo que es lo mismo, beneficios de capital. Por regla general, estas acciones resultan más atractivas si se comparan con el reparto de efectivo desde el punto de vista impositivo, por lo que muchas compañías se decantan por la recompra de acciones en lugar de la retribución en dividendos.

En la misma dirección, aumenta además el retorno de la inversión para el accionista. Ello se produce, especialmente, en los casos en los que la empresa considera que la acción está bastante devaluada en el mercado. De alguna forma, esta medida sería como decirle a los inversores: “a estos precios, la mejor opción que podemos hacer es comprar nuestras propias acciones”.

Generalmente, este tipo de medidas son bien recibidas por el mercado ya que intuye que o bien los prospectos de la compañía mejorarán en los próximos años o bien que los directivos están convencidos de que la compañía vale más de lo que indica su cotización en un momento dado.

Conviene tener presente, también, que no son iguales todas las recompras pues hay que prestar mucha atención tanto a los motivos como a las consecuencias que puedan producir estas prácticas. A modo de ejemplo, si cuando una empresa se endeuda para comprar sus propios títulos, lo más probable es que la posición financiera se deteriore, aumentando así el riesgo de la inversión.

Ello tiene por qué significar ser una mala decisión dado que, en bastantes casos, puede mejorar estructura financiera de la compañía así como el retorno de los accionistas. En cambio, esta práctica debe llevarse a cabo con especial cuidado para no elevar de forma pronunciada el nivel de pasivos.

Este tipo de recompras llegan, antes o después, a su fin. Sin embargo, si tal recompra se realiza con recursos propios generados por la operatoria del propio negocio, lo más probable será que puedan sostenerse o, incluso, elevarse de forma indefinida en el tiempo.

Existen otros casos en los que las firmas pueden realizar la recompra de acciones con el fin de paliar los efectos de los títulos concedidos a sus propios empleados. Esto reduce de manera directa el retorno de la inversión ya que, por lo general, se dan las acciones a los empleados a precios inferiores a los de mercado por lo que la empresa en sí acaba emitiendo los títulos baratos y adquiriéndolos más caros.

En cambio, como ocurre en la mayoría de los casos, las recompras son ganancias, al menos en términos generales, para los inversores. Y en este escenario, los inversores tienen que estar atentos, pues a finales del año 2006, la empresa Powershares lanzó el ETF PowerShares Buyback Achievers Portfolio que invierte en compañías de Estados Unidos que hayan hecho esto con al menos 5% de sus acciones en el último año. Algunas de las empresas  que integran la cartera de este ETF son Exxon Mobile, Autozone, Direct TV y Phillip Morris, entre otras.

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