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Al final, trabajaremos 72 horas a la semana

Carlos Montero - Jueves, 03 de Octubre

El mayor enemigo de la conciliación de su vida personal y laboral puede estar en su bolsillo. Un nuevo estudio realizado por el Centro para el Liderazgo Creativo estima que los trabajadores que utilizan un teléfono inteligente para trabajar, están conectados con la oficina un promedio de 13,5 a 18,5 horas por día, mientras que los que no usan un teléfono inteligente para trabajar, están conectados con la oficina un promedio de 8 a 10 horas por día. Es decir, los trabajadores con smartphones interactúan con su oficina la friolera de 72 horas por semana (incluyendo fines de semana).

En las oficinas ha proliferado la tecnología que hace que estemos constantemente conectados al trabajo (teléfonos inteligentes, teleconferencias, etc.). Este hecho también refleja los efectos persistentes de la recesión que ha provocado que menos trabajadores tengan que asumir más trabajo. Estos cambios permiten a las empresas ampliar la productividad y reducir sus gastos, impulsando los beneficios empresariales. La globalización también juega un papel importante, a medida que más trabajadores están interactuando con colegas de todo el mundo en un ciclo de negocios de 24 horas.

Los expertos dicen que los trabajadores suelen aceptar una conectividad 24/7 (es raro encontrar un trabajo bien remunerado, a tiempo completo, que sólo requiere una semana laboral de 40 horas). Sin embargo, las empresas que se aprovechan de estas políticas suelen tener unas menores tasas de satisfacción en el trabajo.

Algunos trabajadores sienten que el día laboral no ha terminado nunca. Además del estrés y el agotamiento en el trabajo, sienten que no tienen tiempo libre con sus amigos o familiares, y empiezan a sentir resentimiento por la empresa.

Un estudio de la Asociación Americana de Psicología, que recoge Beth Braverman en The Fiscal Times, encontró que más de un tercio de los trabajadores dijo que la tecnología de la comunicación aumenta su carga de trabajo, y hace más difícil dejar de pensar en el trabajo o tomar un descanso del trabajo.

Mientras que los teléfonos inteligentes y otras tecnologías están destinados a aumentar nuestra productividad, y los expertos admiten que en muchos aspectos mejoran la conciliación de la vida laboral, pero cuando se usa con regularidad durante todo el día, esta tecnología puede conducir a rendimientos decrecientes en la producción de los trabajadores.

El informe CCL encontró que los trabajadores conectados, por lo general tenían sólo tres horas al día en el que no estaban durmiendo, trabajando, o controlados en la oficina. Y el sueño puede no ofrecer una vía de escape. Más de la mitad de los consumidores dicen que revisan su teléfono mientras están acostados en la cama, antes de ir a dormir, después de levantarse, e incluso en el medio de la noche.

Tensión en el hogar

"Esto no se trata sólo de trabajo", dice el autor del informe. "Se trata de nuestras vidas, y afecta a las personas con las que interactuamos y con la gente que nos importa".

Muchos trabajadores piensan que pueden atender a varios asuntos a la vez, cuando revisan el correo electrónico del trabajo mientras comen o cenan, o están con la familia, pero en realidad no están prestando toda su atención a las dos actividades.

Comprobar constantemente un smartphone produce cambios neurológicos. Una vez que su cerebro está habituado a mirar a una pequeña pantalla que se actualiza cada pocos minutos, cuando no puede hacerlo, comienza a activar los neurotransmisores asociados con la ansiedad y el estrés.

De hecho, un estudio realizado en Gran Bretaña el pasado diciembre, encontró que los niveles de estrés están correlacionados con la frecuencia con la que las personas comprueban sus smartphone.

Es necesario establecer límites y fronteras por su propia salud. Es recomendable reservar un cierto tiempo a revisar su smartphone, después de cenar, tal vez, y desenchufarlo por lo menos una hora antes de ir a la cama.

 

Fuentes: Beth Braverman - The Fiscal Times




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