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Algo se mueve Ѣ€“ 2

Santiago Niño Becerra - Martes, 14 de Julio Esa cosa, cuya existencia ahora tan solo se admite en el subsector del automóvil, el exceso de capacidad productiva, se irá poniendo de manifiesto; en todas partes, pero aquí más, y se irá destruyendo empleo, suavemente al principio, aceleradamente después, es decir, ni se podrá absorber el aumento de la población activa que se vaya produciendo, ni se podrá absorber el desempleo que las oleadas de despidos vayan produciéndose.

ilustraciónEl consumo caerá más, los precios se derrumbarán, entrarán en juego las influencias exteriores (financieras, monetarias, bursátiles), y la crisis comenzará a despuntar por el horizonte a mediados del próximo año; y a España le cogerá más peor porque ya estamos cayendo mucho más que los demás. (Por si algún periodista me esta leyendo: ¿quieren poner verdaderamente nerviosos a los políticos en el Gobierno -en este y en todos- que se ocupan de temas económicos?, ¿si?, pues en una rueda de prensa pregúntenles en qué se basan para dar por supuesto que el desempleo va a inflexar a la baja).

Bien, pues cuando la tasa de paro no sólo no se reduzca, sino que aumente, esa será la puerta por la que nos contarán que la crisis está llegando. Me imagino los titulares de Julio del 2010: “A pesar de todos los esfuerzos realizados por Gobiernos e Instituciones, la crisis ha llegado”. Y el razonamiento de todo el proceso girará en torno del empleo, y será verdad, pero no será toda la verdad.

(¿La financiación regional?, en el actual contexto simples maniobras de distracción: si algún tipo de personas, si algunos políticos se ocupan de eso no se ocupan de otra cosa).

El empleo. Se dice que es necesario un pacto: que los agentes sociales lleguen a un acuerdo. Un acuerdo, ¿de qué?, ¿sobre qué?. Un acuerdo al que lleguen todos los implicados (a pero ... ¿van a preguntar a los trabajadores?; “Están los sindicatos”, dice el del fondo). Un acuerdo fruto del diálogo social. OK, y, ¿qué es el diálogo social?.

Hago un esfuerzo y me imagino el diálogo social (este diálogo social: el de ahora; el de hace cinco años consistía en subir poco los salarios, dar crédito a los trabajadores y permitir que se hiperendeudaran). Me imagino un subterfugio en el que los participantes en una reunión acuerdan que a partir de ese momento al factor trabajo se le va a pagar menos, no se va a protestar, se van a endurecer las condiciones de permanencia en el sistema, y se van a encarecer las prestaciones contenidas en el Welfare. Es la antesala de un nuevo contrato social, solo que, así dicho, tan solo M. Nicolas Sarkosy ha tenido los testículos para decirlo (y lo dijo ya hace más de un año: cuando las cosas no estaban ni la mitad de mal que ahora). ¿A cambio de eso?, el anticipo del subsidio de subsistencia.

Aquí y allá: Consenso, acuerdo, diálogo. Aquí: que todas las partes participen, que todas las partes intervengan. (¿Se han percatado de que ya nadie habla de unos Pactos de La Moncloa II?. Entonces, a la política, aún había que darle importancia, ya no; ahora hay que hacer lo que hay que hacer; aún con consenso, con acuerdos, con diálogo, aún, mañana ya no). Allá: dicen de crear un Consejo de Seguridad Económico, ¡en el seno de Naciones Unidas!, cuando UN ha sido el vertedero en el que tradicionalmente los pobres han dicho lo que les ha dado la gana mientras los ricos decidían lo que había que hacer diez pisos más arriba.

Necesidad de acuerdo: otra antesala. Dentro de unos meses, a mediados del 2010: cuando ya quede claro que lo que llega es lo que está llegando, caerán las máscaras, las caretas, y quedará diáfano lo que es necesario y lo que no lo es. Las economías subdesarrolladas han sido necesarias, ¿para qué?. (El País del 24 de Junio, en su Pág. 33, publicó un trabajo excepcional sobre Latinoamérica: léanlo: es la realidad pura y dura). Las bolsas de empleo precario y de subempleo de las economías desarrolladas, ¿para qué se han utilizado?. (Los excedentes de capacidad productiva: sector agrario, sector industrial, sector servicios: sobra de todo; también sobran entidades financieras).

(Ayer un lector me envío un mail y un link a una entrevista que un medio de renombre en el mundo económico publicaba a un economista de renombre. La leí, le respondí y en mi comentario incluí la siguiente frase: “Lo sorprendente es que quienes decían hace nada cosas totalmente diferentes a estas, ahora las digan así, sin más, como si siempre las hubieran dicho”. Mi lector me respondió, y en su respuesta metió esto: “Efectivamente… estoy esperando a una colección de “expertos” que nos va a empezar a hablar de una “crisis sistémica” como si la hubieran visto venir hace tiempo…”. Afortunadamente aún quedan personas que recuerdan; afortunadamente).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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