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China es una bomba de relojería (2ª Parte)

Carlos Montero - Viernes, 02 de Marzo

Ayer finalizábamos el artículo de Michael Shuman, uno de los mayores especialistas mundiales en el mercado asiático, sobre la posibilidad de una inminente (2014) Crisis en China de esta manera:

China está cometiendo los mismos excesos que Japón y Corea, y algunos más. El nivel de inversión en China, en casi el 50% del PIB, es elevado incluso para los estándares asiáticos. El argumento que generalmente se hace en defensa de dicha inversión astronómica, es que China es un gran país en desarrollo que necesita todos los edificios y las carreteras que construye. Qu Hongbin, el inteligente economista jefe del mercado chino en el HSBC, analizó este argumento en un estudio reciente:

Hay un punto de vista muy popular en el mercado sobre que China está sobreinvertida y por lo tanto, ya no podrá depender de la inversión para sostener su crecimiento. No estamos de acuerdo. La relación inversión y PIB de China es muy alta (46%). Pero China está sólo a la mitad del camino en su proceso de urbanización e industrialización. Todavía tiene que invertir más para hacer frente a la creciente demanda de ferrocarril, en hospitales y plantas industriales. El reciente auge de la infraestructura ha ampliado la
capacidad de transporte del país, pero la red de tren de China sigue siendo inferior a la de los EE.UU. en 1880. En términos económicos, se estima que el stock de capital por trabajador en China es de sólo el 8% del de los EE.UU. y el 15 % del de Corea. En otras palabras, la acumulación de capital de China todavía está lejos de llegar a la etapa de rendimientos decrecientes. Creemos que el país necesita invertir más, y no menos.

Estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, la cuestión no es si China necesita más inversión. La cuestión es si China es capaz de conseguir el tipo de inversión que requiere. El hecho de que los niveles de inversión sean tan altos y, sin embargo la economía sea tan deficiente en algunos aspectos clave, me hace pensar que la respuesta es no.

Una buena parte de esta inversión parece estar mal dirigida, ya que lo hizo al sector inmobiliario. El desarrollo inmobiliario se ha convertido en el motor fundamental del crecimiento económico chino. En teoría, la rápida urbanización de China hace que la construcción sea una necesidad - pero eso depende de lo que se está construyendo. En Wenzhou, una agente de bienes raíces ofrecía recientemente un BMW gratis a cualquier persona que comprara un apartamento de alta gama - un signo claro de exceso de construcción -, mientras que hay una evidente falta de viviendas asequibles para la mayoría de chinos. Los alquileres de espacio de oficinas de alta calidad en Beijing son ahora más caros que en la ciudad de Nueva York - a pesar de que la capital de China es una gran zona de construcción. Muchos de los edificios que se alzan ahora son de una calidad inadecuada para las grandes corporaciones.

Peor aún, gran parte de la inversión en China está siendo financiada con deuda. El nivel de endeudamiento de la economía china ha estado creciendo a una velocidad aterradora. La agencia de calificación Fitch estima que el crédito bancario en 2011 fue equivalente al 185% del PIB del país - un aumento de 56 puntos porcentuales en apenas tres años. A pesar de que esto no ha tenido un impacto negativo significativo en los bancos de China, muchos analistas temen que los bancos experimentarán inevitablemente un aumento de la tasa mora. En un indicio de lo que está por venir, el Financial Times informó recientemente que el gobierno ha ordenado a los bancos refinanciar los 1,7 billones de dólares de los préstamos adeudados por los gobiernos locales. Si es verdad, esto nos dice dos cosas fundamentales:

1)  Los gobiernos invirtieron el dinero recaudado de los bancos en proyectos que no generan los beneficios suficientes para pagarlos y

2)  La calidad de los préstamos en los libros de los bancos son más cuestionables de lo que las estadísticas oficiales sugieren.

Además de eso, el hecho de que los gobiernos locales acumularan tanta deuda en primer lugar muestra una completa falta de rigor legislativo en el sector financiero chino.

Técnicamente, los gobiernos locales no están autorizados a pedir dinero prestado en absoluto. Mientras tanto, según las entidades gubernamentales ejecuten los préstamos que no pueden pagar, muchas pequeñas empresas, especialmente las privadas, serán incapaces de recaudar fondos suficientes y seguirán sin recibir el capital.

Así que podemos ver las piezas de  la crisis caer unas tras otra: Un exceso equivocado de inversión, incluyendo un auge inmobiliario gigante, impulsado por la deuda y las decisiones de los burócratas del gobierno. ¿Suena familiar?

La crisis, por supuesto, no es inevitable - si el liderazgo de China toma medidas y reorienta la dirección de la economía. La economía tiene necesidad de reequilibrar sus estrategias de inversión y las exportaciones, a un modelo de crecimiento impulsado más por el consumo, con un enfoque principal en la calidad del crecimiento, no, en las altas tasas a cualquier precio. Eso no está sucediendo, o no lo suficientemente rápido.

Sí, el consumidor chino está ganando en importancia mundial, pero el ahorro en China sigue siendo demasiado alto y el consumo como porcentaje del PIB sigue siendo demasiado bajo. Los pasos que el gobierno podría dar para impulsar el reequilibrio necesario - la reducción de impuestos en muchos productos importados, por ejemplo – no se están planteando. Más importante aún, el gobierno no hace nada para fijar los precios adecuadamente. La moneda se mantiene firmemente controlada, las tasas de interés sin reformar. Así que los inversores en China siguen actuando sobre la base de señales de precio equivocadas.

¿Por qué los políticos de China no persiguen una reforma más radical? Tienen miedo de que el crecimiento pudiera caer. El último plan quinquenal fijó en un 7% el crecimiento del PIB anual, pero a mí me parece que cada vez que el crecimiento cae por debajo de dos dígitos, a los líderes les entra el pánico y revolucionan la economía de nuevo. El PIB aumentó un 8,9% en el cuarto trimestre de 2011, pero eso no es lo suficientemente rápido para los líderes de China. Ya han empezado de nuevo a tomar medidas de relajación del crédito.

Es cierto que las autoridades chinas han hecho un trabajo superior en la gestión de la rápida evolución económica en los últimos años. Sin embargo, como cualquier inversor común sabe muy bien, los rendimientos pasados no garantizan resultados futuros.

Ya en la década de 1970 y 80, los analistas de Japón consideraban también a los burócratas casi como superhombres. Ahora, la pesada burocracia japonesa es considerada uno de los principales obstáculos para una reactivación económica. Los burócratas chinos hoy en día sufren el mismo problema que llevó a los burócratas japoneses por el mal camino - creer que la economía se puede manejar por decreto. Las herramientas de la economía clásica y la corrección de precios, son secundarias. ¿Por qué dirigir una economía con medidas abstractas, como las tasas de interés, cuando se puede decir a los bancos lo que deben hacer?

Esa actitud es lo que mató el milagro económico de Japón, y ahora China se desliza hacia el mismo destino. Japón no podía escapar de la fuerza de las matemáticas básicas. China tampoco podrá, no importa lo brillante que sus políticas puedan llegar a ser.

¿Cuándo ocurrirá una crisis? Es interesante jugar un poco con la historia. Tanto Japón como Corea sufrieron sus crisis más o menos 35 años después de que el modelo de desarrollo de Asia se iniciara – de la década de 1950 a 1989 en Japón, y de 1962 a 1997 en Corea. Eso hace que una crisis de China pueda suceder en torno a 2014-15 más o menos. No estoy prediciendo una fecha exacta. Lo que estoy diciendo es que China se está quedando sin tiempo para arreglar los problemas de su economía.

Para aquellos de ustedes que no están de acuerdo con mi análisis, el Banco Mundial publicó hoy un informe que alerta de que China podría enfrentarse a una crisis económica si no hace importantes reformas.




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