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Chipre haría mejor en dejar el euro

Carlos Montero - Miercoles, 27 de Marzo

Chipre se ha salvado…por ahora. El presidente del Banco Central del país, que por cierto dimitió ayer, afirmó que la economía de Chipre había estado al borde del abismo, y que sin ser buena, el ofrecimiento de rescate de la Eurozona, era la mejor opción disponible. ¿Seguro?

Muchos analistas empiezan a valorar como una posibilidad real que Chipre debería plantearse la opción de dejar la zona euro. Autoridades del propio país han hablado abiertamente de este escenario, que a diferencia de otros países, sería respaldado por una amplia mayoría de sus ciudadanos.

Decantarse por una opción u otra es muy complicado. Las derivadas de la posible salida del euro son difícilmente de cuantificar a priori, pero es indudable, que no está tan claro que a este país le vaya mejor dentro de la moneda única que fuera.

Así también lo cree el profesor de la escuela de negocios Robert H. Smith de la Universidad de Maryland, que en este análisis defiende porque según su opinión, Chipre debería abandonar el euro.

Chipre haría mejor en dejar el euro antes que aceptar los términos del rescate impuesto por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.

Hasta hace poco, Chipre era una próspera isla con una próspera economía por el fuerte turismo, el transporte marítimo y las actividades relacionadas con un significativo sector financiero internacional.

Sus principales bancos tenían sucursales en Rusia, Ucrania, Reino Unido y otros lugares en el extranjero y han atraído grandes depósitos foráneos. Chipre ha ganado gran popularidad como un portal para la inversión occidental en Rusia, Europa Central y Oriental, China y la India.

Al igual que Nueva York, Londres y otras ciudades con grandes bancos europeos, el sector bancario chipriota atrajo depósitos mucho más grandes de lo que podría utilizar productivamente, prestando a la economía local, o invirtiendo en otros instrumentos financieros - bancos chipriotas invertían fuertemente en deuda soberana griega.

El rescate del gobierno griego en 2012 diseñado por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo, impuso pérdidas superiores al 50% en los tenedores de bonos extranjeros - entre ellos, los bancos chipriotas. Por lo tanto, la troika, que ahora está imponiendo severas condiciones a cambio del rescate a los bancos del país, tiene una responsabilidad sustancial en el lamentable estado actual de sus balances.

Durante la reciente crisis financiera de EE.UU., la FDIC (Federal Deposit Insurance Corporation) fue adecuada para reestructurar y garantizar los depósitos en los bancos más pequeños. La Reserva Federal imprimió cientos de miles de millones de dólares para adquirir bonos en poder de los grandes bancos y el Tesoro prestó sumas similares para inyectar nuevo capital al sistema bancario. Más importante aún, los depositantes -grandes o pequeñas- no perdieron dinero durante o después de la crisis de los EE.UU.

El Banco Central Europeo carece de las herramientas para participar en tales actividades bancarias, y la Unión Europea carece de la autoridad de endeudamiento del Tesoro de los EE.UU. - y de los poderes fiscales para respaldar la compra de bonos. Por lo tanto, los bancos de Chipre, al igual que los de Irlanda y España en su crisis bancaria, carecen de un prestamista de último recurso para mantenerse a flote, mientras se reestructuran y trabajan para solventar las pérdidas a través de nuevas y sólidas actividades empresariales.

En los EE.UU. los accionistas perdieron su participación cuando los bancos quebraron, pero los bancos permanecieron abiertos y los depositantes mantuvieron su dinero. La Troika, a cambio de 10 mil millones de dólares en ayuda, es probable que imponga pérdidas de al menos el 20% de los grandes depósitos y exija a Chipre que reduzca el tamaño de su sector bancario en relación con el PIB, a la media de la Unión Europea en su conjunto.

Si tal condición se impusiera a Nueva York, su economía se derrumbaría y la Gran Manzana podría sufrir un desempleo masivo y enormes pérdidas de población, ya que los trabajadores buscarían oportunidades de empleo en otros lugares.

Los chipriotas no tienen esa opción - las oportunidades de empleo en Grecia son bastante limitadas - y la mayoría de los chipriotas carecen de los conocimientos lingüísticos para encontrar puestos de trabajo razonablemente comparables a sus situaciones actuales en otros países europeos. En cambio, el desempleo, el PIB y los ingresos fiscales se hundirán, y las normas que limitan el déficit presupuestario de la zona euro, obligarán a Chipre a imponer severas medidas de austeridad, exacerbando aún más la espiral descendente.

Chipre podía rechazar la ayuda de la UE, el FMI y el BCE, que implica la bancarrota de sus grandes bancos y retirarse del euro. Eso también impondría grandes pérdidas a los depositantes y consecuencias igualmente catastróficas para la confianza en la moneda única. Sin embargo, la ventaja comparativa del país como un portal hacia Europa oriental y Asia se mantendría.

Llevar sus mayores instituciones financieras a la bancarrota y establecer una moneda local no sería fácil, pero las medidas de austeridad - aumento de los impuestos, restricciones sobre el gasto público y así sucesivamente - que vendrán junto con la ayuda de la UE, probablemente llevarán a Chipre a la misma espiral bajista que a Grecia y España.

Islandia es también un centro financiero, pero teniendo su propia moneda se recuperó con bastante rapidez de una crisis financiera similar. Chipre es una isla similar con importantes activos económicos, y es probable que también se encuentre mejor caminado por libre.




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