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Santiago Niño Becerra - Martes, 25 de Octubre

Hace unos días recibí un mail.

“Mi nombre es (nombre de persona). Le escribo porque le tengo a usted en gran consideración, y a menudo tomo nota de lo que dice en sus entrevistas o artículos. Pues bien, como no pretendo aburrirle seré breve.

Soy un licenciado como tantos otros en este país, en mi caso por la Facultad de (nombre de una titulación) de (nombre de una localidad española). Con esto, a lo que me refiero es que realicé unos estudios superiores como muchísima gente en este país, sin plantearme la utilidad de lo que hacía, si me apasionaba y por supuesto sin aprovechar al máximo los años de universidad. Aunque podría decirse que esto es producto de nuestro sistema educativo, que en la mayoría de los casos no invita a los estudiantes a reflexionar sobre estos temas, yo prefiero hacer autocrítica y reconocer que mi situación actual es resultado de mis decisiones. Actualmente compagino un trabajo como acompañante de transporte escolar y una pasantía en un despacho de abogados, todo ello por las mañanas.

Pues bien, ahora, con 27 años, y tras haber pasado un año en Berlín después de finalizar mis estudios, donde descubrí lo poco competitivos que somos la mayoría de españoles, y tras haber vuelto e intentado opositar durante 3 años sin mucha motivación (en realidad la misma con la que hice los estudios ya me entiende), por fin me he dado cuenta que este camino no me lleva a ninguna parte y que, sobre todo, la realidad que se aproxima nos va a suponer un duro reto a los de mi generación si no estamos preparados para adaptarnos.

Por ello, he decidido intentar poner remedio ahora que la edad y mis pocas responsabilidades me lo permiten. En mi caso, actualmente cuento, como ya le he dicho, con una licenciatura en Derecho, un nivel de alemán útil como para servir cervezas en un “Biergarten” y un B2 en inglés.

El Comercio, la Logística y las Relaciones Internacionales es aquello donde considero que podría terminar siendo un trabajador competitivo y motivado, por ser estas materias que me resultan de gran interés.

Parto desde la premisa de que mi competencia serán estudiantes más jóvenes y mejor preparados que yo, y profesionales con más conocimientos y experiencia. Por ello, soy consciente de que debo olvidarme del factor económico como motivante, y estar preparado para dedicar todos mis esfuerzos en paliar o reducir esta diferencia con mis futuros competidores.

Mi intención es presentarme a la entrevista del Máster ICEX que se realizará previsiblemente el próximo Mayo, proceso al que me presentaré con la edad límite que ellos permiten. Durante este tiempo, quiero trabajar para maximizar todas mis posibilidades, dando prioridad al inglés y a la formación específica en Comercio Internacional (sopeso realizar el máster en Comercio Internacional de la EUDE en modalidad on-line), y para en caso de no pasar el proceso selectivo del ICEX poder buscar otras alternativas.

La duda que tengo es si en su opinión estos Másteres, como el de la EUDE, resultan útiles para la formación y encontrar trabajo, o si para esto resultan igual de válido los cursos de experto o los cursos que imparten las Cámaras de Comercio, todo ello intentando compaginarlo con prácticas claro. Mi intención a medio plazo, caso de que encontrase un trabajo en esto, sería continuar formándome y mejorando mis capacidades”.

Mi respuesta fue:

“Pienso que de lo menos que tiene que preocuparse es de la capacidad de adaptación de los integrantes de su generación. Ud. es un millennial y las personas que se enmarcan en ese grupo tienen una capacidad de adaptación portentosa porque son unos supervivientes natos. La prueba se halla en el mail que me ha remitido: no cesa de darle vueltas a posibles salidas profesionales y a analizar diversos enfoque sin importarle cambiar y reorientar direcciones.

En relación a las posibilidades de trabajo … Pienso que hoy, para que un joven pueda tener trabajo asegurado precisa de dos factores, dos factores que deben darse de forma conjunta. Ese joven debe ser un megacrack, es decir, debe contar con una inteligencia fuera de lo común o bien un elevadísimo nivel de conocimientos específicos obtenidos no importa a través de qué medios junto a un networking  depurado, es decir, contactos efectivos mejores cuanto a mayor nivel se hallen. Es decir, hoy, sólo con inteligencia y con capacidad tan sólo se puede optar a un puesto bajo con encadenamiento de contratos temporales que muchas horas no cobradas tras varios años pueden transformar en un contrato indefinido y en un puesto de nivel medio; siempre con una remuneración justa o incluso escasa o insuficiente. Pero con sólo con contactos hoy no se llega a ninguna parte: un contacto hoy abre una puerta, o varias, pero, a diferencia de lo que sucedía hace cuarenta años cuando un buen ‘padrino’ aseguraba canonjías, hoy si la persona recomendada no funciona su contacto no le va a servir de nada. A todo lo dicho hay dos excepciones:  1) una persona con capacidades extraordinarias para la investigación que consiga una beca (generalmente en el extranjero) y que se integre en un equipo que le permita progresar muy lentamente y siempre pendiente de las dotaciones presupuestarias –públicas y/o privadas– que su departamento pueda obtener, y 2) una persona también con capacidades extraordinarias en un campo concreto o actividad específica que se establezca autónomamente y que a través de la Red sea conocida, reconocida y valorada. Como Ud. comprenderá las excepciones apuntadas son escasas.

Logística, desde luego, es una línea de futuro porque contribuye a mejorar la productividad”.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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