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Consumo Público

Santiago Niño Becerra - Martes, 28 de Abril Los Estados, los entes territoriales, pagan tarde a quienes les suministran bienes y/o servicios. Lo ha denunciado Mr. Gу¼nter Verheugen, comisario de Industria de la UE (http://ec.europa.eu/enterprise/newsroom/cf/itemlongdetail.cfm?item_id=3000).

Primera pregunta: ¿por qué los Estados y los entes territoriales han estado pagando tarde sus suministros?. Segunda pregunta. ¿por qué se ha permitido?. Tercera pregunta: ¿qué se pretende con esta denuncia y con las medidas que se piensan poner en marcha a este respecto?. Cuarta pregunta: ¿por qué ha salido a la luz este tema ahora y no, por ejemplo, hace dos años?. Vamos por orden.

La causa por la que el primer sector paga tarde es elemental: porque los gastos que realiza o a los que se compromete son mayores que los ingresos que obtiene. Y, ¿por qué?, pues porque hacer eso ha sido una forma muy sencilla de generar PIB. Tras el último cambio sistémico -tras el crash de 1929-, el primer sector fue configurado, en Occidente, como un muy importante generador de PIB, el problema (en su momento no lo fue) es que “Estado” y “Gobierno”, siendo distintos, tendían a confundirse. En Europa a eso se añadió la puesta en marcha de un modelo de protección muy potente, es decir, muy consumidor (en USA no, pero en USA consumía la población y el resto del mundo les financiábamos).

A medida que se fue haciendo más necesario que el crecimiento aumentase, tanto el primer sector como el segundo fueron aumentando su consumo, lo que se exacerbó desde la recesión del 91, pero lo que no se paga al contado se paga a plazos y las recaudaciones fiscales, lejos de aumentar fueron disminuyendo impulsadas por la tendencia imperante de ir rebajando impuestos a medida que las demanda de votos impulsaba los gastos. La salida natural de esta historia ha sido el creciente retraso en el que han caído los entes del primer sector en el pago de lo que han ido consumiendo.

La opción, por parte de las compañías suministradoras, era dejar de vender a ese primer sector, pero entonces se entraba en una situación fea: se infrautilizaba una capacidad productiva instalada, lo que es pecado mortal, por lo que se adoptó la estrategia de producir mucho a fin de diluir costes fijos. De una forma o de otra esto ha pasado en todos los países más o menos capitalistas, es decir, en prácticamente todos los países; la manifestación ha sido -está siendo- el déficit público.

Ahora la situación es completamente diferente a como era hace unas décadas, hace unos años: ya no hay que ir-a-más, ya no hay que consumir a mansalva, ya no hay que aumentar el PIB de forma continuada, ahora a lo que se tiende es a fabricar lo necesario, a generar el PIB conveniente, no hay que desperdiciar recursos, en consecuencia, ahora hay que vigilar, controlar, exigir, que el primer sector pague religiosamente dentro de los 30 días siguientes a que se le suministre lo que solicite; y si no puede pagar, que no pida; y si tiene poca pasta, que se piense bien lo que pide.

¿Qué una actitud como esa tiene consecuencias?, ¡evidentemente!. Aunque los entes del primer sector paguen escrupulosamente a 30 días fecha suministro, va a haber un porrón de empresas que van a tener que bajar la persiana: aunque se quejen, no son pocas las compañías que prefieren vender y cobrar tarde que vender muchísimo menos y cobrar prontísimo, o no vender nada en absoluto.

Los impagos se reducirán, pero el PIB lo hará también; las ineficiencias caerán, pero el desempleo del factor trabajo crecerá; la productividad se disparará y gran cantidad de factores productivos se guardarán para utilizarlos en mejor ocasión para mejor fin (el trabajo no: no se puede meter en un armario y esperar a utilizarlo el mes que viene, pero bueno: para eso está el subempleo). Es lo que pasa: todos los modelos tienen puntos débiles.

De ahí el refrán: “ojo con lo que deseas”. Pronto, en lo referente a los retrasos en los pagos que han de realizar los entes públicos, se cumplirá.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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