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Cualquier taxista puede ser tan bueno en los mercados como Warren Buffet…durante un tiempo

Carlos Montero - Lunes, 03 de Septiembre

Antes de nada tengo que señalar que utilizo la figura profesional de un taxista por una experiencia personal que me pasó cuando empecé a trabajar en los mercados. De hecho, vengo de familia de taxistas y es una profesión a la que tengo especial cariño por este motivo. Bien, ahora la historia. Cuando empecé a trabajar en los mercados financieros, a finales de la década de los 80, en la sala de inversión dónde operaba se había habilitado un espacio para que invirtieran los clientes particulares de la agencia. Un espacio de unos 80 metros cuadrados llenos de pantallas de cotizaciones, distribuidas por sectores, y en la que muchos clientes pasaban largas horas comentando entre ellos tal y cual valor, dónde graficaban con papel milimetrado el histórico de cotizaciones, y dónde vi por primera vez los análisis de Ondas de Elliot. Yo acababa de cumplir 18 años y todo aquello me parecía fascinante. 

Recuerdo especialmente un cliente, taxista de profesión, cuyos conocimientos financieros no eran muy extensos, pero que tuvo la suerte de vivir una época claramente alcista en los mercados. “Gano más en un día aquí que en un mes con el taxi”, solía decir. Y era cierto.

El hecho fue que según iba ganando en confianza, y en dinero, pasaba más tiempo en la sala de bolsa que trabajando en el taxi. Hasta el punto que terminó vendiendo la licencia del taxi para conseguir liquidez para invertir en bolsa. Fueron muchos años buenos para él. En realidad fueron años buenos para todo el mundo que invirtiera largo en bolsa. La burbuja tecnológica provocaba que una empresa subiera un 10 por ciento en un día únicamente porque anunciaba que iba a sacar una página web corporativa, y que tenía intención de vender sus productos por internet, aunque esto último no era necesario. Creánme, fue así.

El final ya lo conocen todos ustedes. La burbuja tecnológica explotó, y aquel taxista perdió gran parte de su dinero. Un día me lo encontré en el pasillo llorando porque tenía que contarle a su mujer la situación. Realmente triste.

Les cuento esto porque muchos lectores me preguntan cuánto tiempo se necesita para descubrir si uno es bueno como inversor. 

Para Morgan Housel, uno de mis analistas de referencia, el plazo probablemente estaría entre ¡20 y 30 años! Housel se explica:

Si un médico realiza una cirugía exitosa puede estar bastante seguro de que conoce la técnica. Si hace una cirugía exitosa todos los días durante un año, él sabe claramente lo que está haciendo y que se ha convertido en un experto.

La inversión es diferente. Hay miles de acciones, y en un momento dado, un buen número de ellas se dispararán al alza. Con millones de inversores, muchos obtendrán enormes beneficios en ese periodo. ¿Eso significa que tienen cualidades especiales para la inversión? Evidentemente no.

Es más, aún con un historial de 10 años de éxito, un inversor no debería considerarse como experto a diferencia de otras profesiones. Esto es porque el mundo siempre está cambiando, y la verdadera señal de éxito de un inversor es cuando es capaz de adaptarse a esos cambios.




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