Días del futuro pasado

Santiago Niño Becerra - Martes, 06 de Septiembre

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Ya sé, he utilizado este título en otras ocasiones (Moody Blues, 1967); pero es que en bastantes ocasiones encaja como un guante a su mano; como en esta.

El G20, el FMI, y todos los organismos económicos del mundo mundial están rebajando sus previsiones y diciendo lo que están diciendo porque no es posible volver al 2005, a cuando ‘el mundo iba bien’.

Aquel maravilloso y enorme crecimiento se obtuvo haciendo las cosas de una manera que ya es imposible hacer porque hacerlas como se hicieron fue posible ya que se supuso que la capacidad de endeudamiento era infinita y se definió que la solvencia de Grecia o España eran iguales que las de Holanda o Alemania, y hoy sabemos que eso no era verdad y conocemos las implicaciones de haber supuesto aquello que se supuso y haber definido lo que se definió.

Pienso que las mujeres y los hombres sabios de esos organismos económicos, que las hay y los hay, saben que es absolutamente imposible retornar a aquellos crecimientos, pero no lo dicen así porque hay a quienes les interesa que se diga que si para que las ciudadanías tengan esperanzas mientras se va implementando el nuevo modelo que dará lugar a la Nueva Normalidad.

Pienso que estamos ante un período larguísimo de crecimientos muy, muy bajos; de niveles de precios bajísimos; de ‘desempleo estructural+subempleo’ desorbitado; de concentraciones de la renta y de oligopolios; y también de productividades al alza posibilitadas por la Industria 4.0 y todo lo que ésta está trayendo y va a seguir trayendo.

Pero mientras todo eso va llegando se van haciendo cumbres, se van revisando previsiones y se van firmando compromisos a fin de limpiar las basuras que aún quedan del pasado para que todo esté en orden cuando el nuevo modelo sea presentado en sociedad. De eso de los compromisos y de sus implicaciones España sabe mucho.

Los días del pasado ya se fueron, y el futuro no será pasado porque nunca se habrá producido. ‘El futuro no es más que el pasado que regresa’, pero esta vez puede que con un hígado fabricado por una impresora 3D e implantado por un robot.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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