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Santiago Niño Becerra - Jueves, 31 de Enero Sigamos con lo de ayer.

La reunión que algunos dignatarios europeos mantuvieron en Londres el pasado díт­a 29 tendrá, aunque ahora no se vea, una importancia capital; y más por lo que en ella se habló, por lo que representa. “Y, ¿qué representa?”, Uds. se preguntarán.

La crisis que viene y en cuya precrisis ya nos encontramos, ya lo hemos dicho, es una crisis sistémica, es decir, los elementos motores y rectores del sistema se han agotado, por lo que hay que modificarlos/cambiarlos, es decir, una nueva estructura debe ser diseñada, es decir, no nos encontramos ante un cambio de modelo (como en 1979) si no en un cambio estructural. Pues bien, lo que se hizo en Londres el díт­a 29 de Enero fue cortar la cinta que inicia el cambio estructural. (El acto organizado por el FMI -el mismo díт­a- en el que se rebajaron las previsiones de crecimiento para el 2008 (lo no importante) y en el que se admitió que existíт­an “perturbaciones” -ojo al concepto- (lo importante) se encuadra en el mismo inicio del cambio estructural).

Eso fue lo realmente importante del díт­a 29 de Enero del 2008: el anuncio, el aviso: “¡Señoras y señores: el cambio de estructura está en marcha!”. “Vale”, y, ¿en qué va a consistir?”, se preguntarán. La clave está en un concepto repetido, varias veces, en Londres, y en el lema del meeting anual del World Economic Forum, concluido, curiosamente -¿curiosamente?- el pasado 27 en Davos: “The Power of Collaborative Innovation”. (En esta puesta en escena, el FMI jugó el papel de mensajero portador de malas noticias: “vamos a peor”: ¡como si no lo supiésemos!”).

¿En qué va a consistir esa nueva estructura?, pues en una nueva “partición”, en una nueva “división”, que va a ser diseñada, y en uno nuevo “rol” que unas nuevas instituciones van a desempeñar. Tres conceptos van a ser las columnas sobre las que esa nueva estructura va a sustentarse: 1) Regulación, 2) Responsabilidad y, 3) Necesidad. El “café para todos”, el “a ríт­o revuelto, ganancia de pescadores”, el “tonto el último”, el “procura para ti”, el “manipula, que algo queda”, se acabaron; ahora a formar, a hacer lo que toque hacer, a mirar en conjunto, a ser “transparentes” y a “colaborar”; pero no desde la perspectiva de unas palabras huecas, sino desde una realidad diáfana: “esto se ha acabado y estamos jodidos”.

¿Estamos jodidos?, Uds. mismas/os: la pendiente en la que nos encontramos y la crisis del 2010. Todo a peor: USA a peor: ya se dice: el 2007: el peor año de los últimos cinco, y eso que las cosas aún no estaban mal; de Europa, de momento, no toca decirlo asíт­: a finales de año; China metida en una espiral inflacionaria (cada vez resulta más caro fabricar más cosas en China) y con su población obsesionada con la especulación bursátil y con las apuestas (mi amiga que está trabajando en Hong Kong me comenta que frente al edificio en que se halla su oficina está situada una casa de apuestas y que, díт­a síт­ y díт­a también, los tumultos que se forman son de órdago); los paíт­ses productores de commodities dependiendo de los demás; Japón, una de cal, una de arena y una de enjuagues políт­ticos; ¿seguimos?. ¡Y aún no ha llegado la crisis!.

¿No ven que es un decorado perfecto para proceder a un cambio de estructura -de Estructura, ojo-?. “Ha sido bonito mientras duró, pero la cosa ya no da más de síт­; ahora toca cambiar”. Lo que sucede es que este tipo de cambios sistémicos tienen consecuencias, y muy duras; repasen la historia. (Consecuencias: ya las estamos viendo: ¿dónde operaba Northern Rock? (¡jolines!, ya hablo en pasado), pues en una zona, digámoslo asíт­, no-rica: las cosas siempre empiezan de este modo).

De momento nos darán cuerda: unos meses. Por un lado, recordatorios: “que vamos a peor” (más y cada díт­a más); por otro, caramelitos: inyecciones de liquidez, rebaja de tipos (como la de ayer), nacionalización de algún banco, promesas a mansalva donde toquen elecciones, !., caramelitos para endulzar la espera y para que nos vayamos haciendo a la idea: serán los últimos. Nos darán cuerda: mientras se acaba el diseño de la nueva estructura, mientras se va preparando su implementación.

¿Y España?. (Insisto: yo no hablo de políт­tica). Pues ya ven: no fue invitada al Congreso de Londres (tampoco fue invitada al Congreso de Viena de 1815: cuando se decidió poner en marcha el actual sistema). (“Congreso de Londres”, suena bien: ¿prosperará el término?). España, a marchas forzadas, irá situándose donde le corresponde: ha estado de moda; ya está dejando de estarlo. (Por cierto si extrapolan la rebaja que el FMI ha hecho para el crecimiento de la UE a España, el crecimiento del reino será, en el 2008, del 2,2%, que será menos, pero no lo digo por eso, sino por la previsión del Gobierno en Octubre; ¿recuerdan cual fue?: el 3,3%: la base con la fueron elaborados los presupuestos).

Pero estábamos en el Newport Yacht Club, ¿recuerdan?: “Otro Lagavulin, por favor”.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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