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Dos mil veintitrés

Santiago Niño Becerra - Lunes, 04 de Marzo

Imprescindible leer la entrevista que al Dr. Hans-Werner Sinn, Presidente del Instituto IFO, publica El País del 03.03.2013 en su Pág. 31. ¡Im-pres-cin-di-ble!. Analiza qué sucede, y hacia dónde apuntamos: Europa, y el Sur. En un 75% estoy de acuerdo porque es lo que vengo diciendo. 

Dice que el Sur tiene una deuda que no puede pagar y que la única salida es llevar a cabo una quita (la deuda externa de España, apunta es de 1 B €, y que el rescate no es una opción porque los rescates no arreglan nada).

Eso tendrá consecuencias y en la práctica sólo una salida: lo que el Dr. Sinn también denomina una ‘devaluación interna’ que él cifra del 30% en España, Grecia y Portugal, del 20% en Francia y del 10% en Italia, a fin de eliminar las ineficiencias y ganar competitividad. (‘Devaluación interna’ = ‘Empobrecimiento’). En esta línea apunta que el Gobierno debe afrontar una nueva reforma laboral que reduzcan los salarios y las cotizaciones sociales a la vez que el IVA es incrementado, aunque eso le haga perder las elecciones. Todo esto hará que hacia el 2023 las cosas ya pinten de otro modo al haberse adaptado las economías del Sur al escenario propio del momento.

Evidentemente, explicar en una página algo tan complejo e interconectado como es la Economía europea es muy, muy complicado, casi imposible; por ello hay que entrar en el análisis de las palabras del Dr. Sinn más allá de lo que dice en la entrevista. De entrada y como más visible: el retroceso de España a niveles de PIB de comienzos de los 2000 cuando la crisis finalice (se alcance la estabilización en los alrededores del 2023).

Las crisis sistémicas como la actual, ya lo hemos comentado, históricamente, han tenido una duración de entre diez y doce años desde el momento de su estallido y, en nuestro actual caso, desde el fin de la precrisis. Lo que sucede es que si en el 2023 España vuelve a tener un PIB de 0,7 B tras una poda como la que puede suponerse, ni la distribución de ese PIB, ni el estándar de vida, ni el nivel de infraestructuras, ni nada será como lo eran a principios de la década pasada.

Lo que veremos será una población empobrecida con niveles de renta media equivalentes a los existentes a principios de los 80, con un desempleo estructural -ojo: estructural- de entre el 14% y el 18% y la precarización contractual de la mayoría de la población activa que se halle ocupada, la concentración de producción en muy pocos grupos y en muy escasas zonas, y una distribución de la renta muy sesgada que un Estado mínimo ni se planteará en compensar.

Lo que el Dr. Sinn no dice, pero insinúa, es que a España en su conjunto no le va quedar otra vía que la reducción de costes para ganar competitividad … porque su estructura de PIB y su modelo productivo no le permite hacer las cosas de otra manera, de ahí que sea inevitable esa austeridad que a España le espera en la próxima década. Y lo que tampoco dice -ni insinúa- el Presidente del IFO, es cómo va a poder España disminuir su actual y creciente nivel de desempleo del factor trabajo. Probablemente no pueda.

La austeridad es inevitable, vale, pero lo es del mismo modo que lo fue la generación de la megaburbuja que ha desembocado en la situación actual: si no se hubiese actuado como se actuó: Alemania, Francia, España, … no se hubiese crecido lo que se creció. Eso no lo dice el Dr. Sinn, como tampoco que la canalización de excedentes de liquidez hacia la Europa del Sur fue algo planeado a fin de conseguir una rentabilidad que de otro modo los países del Norte no hubieran obtenido. Eso también fue inevitable por que la raza humana es como es; pero, en cualquier caso, eso se lo calla.

En lo que estoy en total descuerdo es con la dinámica que pinta para el futuro. El Dr. Sinn dice que, junto a esa austeridad en el Sur, en Alemania, por ejemplo, debe acometerse una burbuja: construcción, salarios más elevados, consumo creciente, exportaciones a la baja… a fin de acometer un crecimiento basado en el interior. Estoy en absoluto desacuerdo porque ello supondría seguir con el mismo modelo que nos ha llevado a esta crisis (sistémica) pero en otras latitudes. No, pienso que una de las moralejas que vamos a sacar de esta crisis (sistémica) es que las burbujas no sirven, ya, para nada, y que las cosas se han de hacer de otro modo: productividad, coordinación, gasto eficiente, … lo que supone que zonas de Alemania, de Francia de España, de … serán viables y otras no lo van a ser. España no puede pagar lo que debe, ¡claro que no!, pero Berlín tampoco puede pagar su deuda de 63 mM€.

Muy astutamente, el Dr. Sinn no dice nada de USA, aunque más astutamente aún lo insinúa cuando dice que por los riesgos que comporta imprimir dinero infravalorado hacerlo no es una solución a largo plazo, que no es más que lo que USA lleva haciendo desde siempre y que el resto del mundo le ha tolerado porque le ha convenido.

Y supongo que por no meter ningún dedo más en ninguna otra llaga dice que el problema de esta crisis no es tanto ni financiero ni fiscal sino de competitividad, básicamente de los países del Sur de Europa. Bueno, doy por sentado que el Dr. Sinn a lo que se estaba refiriendo es al enorme exceso de capacidad productiva que a base de deuda se ha creado en todas partes pero que en los países del Sur derivó hacia el colapso irreversible actual. (En esto Alemania, por ejemplo, lo tiene menos mal ya que es más sencillo, aunque no menos doloroso, reconvertir actividades que ya generan alto valor que otras que lo generan bajo).

Va a ser la bomba, ya; pero por encima de todo, lo más importante es que la ciudadanía (de todas partes) se mentalice que ‘aquello’ no va a volver jamás. Nos dijeron que lo más era tener un BMW, y que podíamos tenerlo, lo que llevaba a que BMW tuviera que fabricar más automóviles, a que la ciudadanía se endeudase, por lo que la economía crecería y el mundo iría bien. Eso ya no será más así, porque no puede serlo, y eso también es inevitable.

(Lo que no sé es si el Dr. Sinn es consciente de que BMW es una compañía alemana y que en este nuevo escenario va a diseñar, fabricar y vender bastantes menos automóviles de los que diseña, fabrica y vende hoy. Claro que, ¿por qué no puede BMW diseñar tecnología para la trazabilidad del movimiento de lo que sea; es decir, reconvertirse, lo que muy pocas empresas españolas pueden llevar a cabo).

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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