La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Dr. Rato (II)

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 31 de Octubre Ya lo dije, pero lo repito:

El director gerente del FMI está diciendo lo más interesante que hasta ahora ha dicho ahora que ya está prácticamente fuera de la institución.

En todo el maremagnum en el que la economíт­a mundial está metida, maremagnum que, además, va a ir a mucho más, habíт­a un aspecto que hasta ahora habíт­a sido poco abordado, un tema sobre el que se habíт­a pasado de puntillas: los efectos de todo lo que está sucediendo sobre el comercio internacional.

Cierto es que se ha advertido de las consecuencias que sobre el comercio interpaíт­ses puede tener una depreciación brutal del dólar USA, sobre todo en lo que respecta a las commodities y, concretamente, al petróleo, pero habíт­a una palabra que, mentarla, era tabú: proteccionismo. Pues bien el Dr. Rato lo ha hecho; el Dr. Rato ha dicho que el riesgo existente en los tipos de cambio puede incidir negativamente en las perspectivas de crecimiento, lo que podríт­a desencadenar acciones proteccionistas. ¡Por fin!, alguien que es realmente alguien en la economíт­a mundial ha sacado el tema; Uds. me permitirán que me retrotraiga al pasado a fin de ilustrar el asunto.

Cuando la Gran Depresión se inició en 1929, el sistema monetario internacional (digo “sistema” por llamarlo de algún modo), se basaba en al Patrón Oro; su funcionamiento era muy simple: el paíт­s que teníт­a más oro dominaba el cotarro porque, lógicamente, tenderíт­a a tener un saldo positivo en su balanza comercial, saldos que, según el sistema, debíт­an ser compensados con oro. 1929 fue terrible, sin embargo, el peor año de la Gran Depresión fue 1930; 1930 fue literalmente horroroso. El nivel de “globalización” existente en los años veinte era, en términos porcentuales, muy semejante al actual, por lo que, en base a los importes manejados, el comercio internacional de todo era bastante elevado, en otras palabras, el nivel de libertad comercial existente era alto.

La ventaja de que en un momento expansivo no existan barreras es obvio: facilita el tráfico de todo; pero esa ventaja se torna inconveniente cuando el momento es depresivo. En expansión, la inexistencia de barreras hace que por el mundo se muevan, sin trabas, cosas buenas; en depresión, la misma inexistencia hace que sean las cosas malas las que por el planeta se muevan. Intríт­nsecamente, el Patrón Oro es muy liberal, consecuentemente, lo que por el mundo se movió durante 1930 fueron cosas malíт­simas; la solución que se adoptó Uds. la conocen: en 1931 el Patrón Oro fue abolido, y el mundo entró en una era proteccionista de la que no empezó a salir hasta después de la II Guerra Mundial.

Bien. Ya no existe el Patrón Oro (ya sé, ya sé, aún hay gente que cree que nunca deberíт­a haberse ido, pero hoy no toca hablar de esto), pero desde hace 64 años existe algo que se le parece mucho, muchíт­simo, y de lo que no gusta hablar: el Patrón Dólar.

A medida que USA vaya incrementando el número y la intensidad de sus problemas, tratará de exportarlos, al igual que lo intentará el resto de las economíт­as del planeta. Además, USA lo tiene fácil para hacerlo: depende de la financiación exterior de sus déficits y exporta dólares a mansalva. Los problemas que USA va a tener (y los demás, pero en esta historia esos demás pintan muy poco) van a ser de dos tipos: externos e internos. Los externos tendrán que ver con el dólar, los internos tendrán que ver con lo que pasa en casa. USA es un paíт­s que puede ver sin pestañear como el mundo se hunde más allá de sus fronteras, pero no soporta una simple grieta más acá de ellas. Cuando los derrumbamientos comiencen dentro de USA, USA, ¿qué hará?.

Pues entrará en tromba en una dinámica proteccionista a fin de defender, lo máximo posible, el interior de su casa, y esto tendrá consecuencias, mejor dicho, incrementará las consecuencias ya iniciadas. (Recuerden que uno de los aceleradores de la Gran Depresión fue la repatriación a USA de capitales USA desperdigados por el mundo).

Mientras escribíт­a estas líт­neas me ha venido a la cabeza una frase que Abraham Lincoln pronunció durante su presidencia: “Eliminad los aranceles y aprobad el libre comercio y nuestros trabajadores serán reducidos al nivel de siervos pobres, como en Europa”. La preocupación de Lincoln no era el bienestar de los trabajadores USA, ¡que va!, sino que la naciente burguesíт­a USA no fuese aplastada por la ya bastantes desarrolladas británica, francesa, belga y prusiana. Si USA se planteó eso en un momento expansivo, ¿qué no va a plantear en uno depresivo?. En los años 30 lo hizo, y lo que viene es parecido.

El Dr. Rato ha vuelto a decir algo interesante; tal vez deberíт­a prolongar unos cuantos meses su despedida del FMI.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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