Educación
Santiago Niño Becerra - Lunes, 30 de Julio HacíÑ‚Âa tiempo que queríÑ‚Âa hablar de esto.De la educación formativa que las niñas y los niños, las jóvenes y los jóvenes de hoy están recibiendo y que se encuadra en un itinerario denominado ESO y Bachillerato. Aquellas/os de Uds. que tengan hijas e hijos que estén en él, sabrán a que me estoy refiriendo.
Hoy es un lugar común decir que las jóvenes y los jóvenes “no saben nada”, que su formación es “insuficiente” y que su educación “no está cumpliendo unos míÑ‚Ânimos imprescindibles”. Argumentos para justificar esas conclusiones, sobran: desde el nivel de fracaso escolar que padecemos en el reino, hasta los, se dice, inadecuados planes de estudio de muchas estudios universitarios. Pues bien, como conocedor del tema, no estoy de acuerdo con estas afirmaciones sobre las jóvenes y los jóvenes. Les voy a contar algo poniéndome a míÑ‚Â de ejemplo.
Tengo una amiga que tiene 17 años de edad. Tras realizar el Bachillerato tecnológico, el pasado mes de Junio se ha examinado de Selectividad obteniendo una calificación global de 9,08 puntos, lo que, convendrán conmigo, no está nada mal. Yo, para acceder a la Universidad, tuve que pasar por aquella cosa llamada Preu, ¿alguien se acuerda?, y yo fui uno de los seis alumnos de mi grupo de 250 que pasó el doble examen exigido. “Antes se exigíÑ‚Âa más”, dirán; síÑ‚Â, pero la supernota de mi amiga lo compensa (yo pasé con un 6,5 la pruba ‘de ciencias’).
En otro orden de cosas, estoy convencido de que si a mi amiga ahora se le preguntase de qué estado de USA es capital la ciudad de Montgomery, no lo sabríÑ‚Âa, y yo, a su edad, síÑ‚Â lo sabíÑ‚Âa, y, ¿por qué lo sabíÑ‚Âa?, pues porque la GeografíÑ‚Âa era una de las materias que se estudiaba hasta la saciedad. Yo a su edad, sabíÑ‚Âa mucha más geografíÑ‚Âa de la que ella sabe, pero mi amiga sabe cosas que yo ni sabíÑ‚Âa que existíÑ‚Âan; asíÑ‚Â, mi amiga, por ejemplo, es una usuaria avanzada de la suite Office.
Antes, en el cole se exigíÑ‚Âa más, lo que suponíÑ‚Âa tener que dedicar un tiempo tremebundo a estudiar que la capital de Alabama es Montgomery, lo que está muy bien, entre otras razones porque es cultura general, pero ese tiempo que se dedicaba a estudiar eso no se podíÑ‚Âa dedicar a otra cosa. Mi amiga es muy inteligente, por ello sabe administrar muy bien su tiempo y, como le ha sobrado, durante su segundo curso de Bachillerato se ha estado sacando un tíÑ‚Âtulo oficial de aeróbic que le ha convertido en profesora de tan disciplina deportiva y que le permite, en el momento que lo desee, ejercer una profesión (lo que ya está haciendo y sacándose unos buenos euros).
Mi amiga va a estudiar Arquitectura en una universidad pública, y yo estudié “Económicas”, también en una pública. A mi me fue bien durante mis estudios universitarios, a ella también le irá bien, por lo que, aquíÑ‚Â, habrá un empate. (Esto es importante por lo que viene a continuación).
Bueno, “Muy bien”, dirán Uds., “muy interesante, pero este sitio va de Mercados y de EconomíÑ‚Âa; ¿qué tiene que ver lo que hoy nos está contando con esos temas?”; pues mucho. En el fondo, detrás del fracaso escolar y de la mencionada falta de conocimiento de las jóvenes y de los jóvenes de hoy, lo que hay es pasta: la pasta dedicada a su formación, a su educación, vaya. Los jóvenes de hoy saben cosas que los de antes ni nos imaginábamos que existíÑ‚Âan, entre otras razones porque no existíÑ‚Âan, y lo mejor: muchas de esas cosas que saben las saben de forma autodidacta; el problema es que los planes de estudio están elaborados con criterios políÑ‚Âticos, pero no están adaptados a la caracterologíÑ‚Âa y a las necesidades de las jóvenes y de los jóvenes de hoy, ni a las necesidades del mundo en el que vivimos. (No me respondan pero, ¿qué es hoy más necesario, saber cuál es la capital de Alabama o dominar Excel?).
Cierto es que muchas de estas jóvenes y de estos jóvenes de hoy no tienen asumido lo que es el “esfuerzo personal” (les aseguro que mi amiga, síÑ‚Â), pero ese no es un problema ellas y ellos, eso es culpa de la educación general recibida y, también, del diseño inadecuado de los planes de estudio. Por experiencia les digo que las posibilidades de una joven motivada y de un joven motivado son enormes, lo que sucede es que para lograr eso en las jóvenes y en los jóvenes de hoy, con todos los recursos de que disponen y con las expectativas tan pobres que vislumbran en su futuro, hace falta un savoir fair especial por parte de las/los educadoras/es, e invertir en educación -no universitaria y universitaria- pasta, mucha pasta.
Lo que les decíÑ‚Âa: hacíÑ‚Âa tiempo que queríÑ‚Âa hablar de esto, y, bueno, ya lo he hecho.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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