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El desequilibrio español

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 20 de Noviembre

El título recuerda a “El laberinto español”, de Gerald Brenan, ya (“The Spanish Labyrinth: An Account of the Social and Political Background of the Spanish Civil War” Ed. Ruedo Ibérico, Paris 1943); aunque hoy no vamos a ver los antecedentes de nada.

España no crece: su modelo sustentado en el endeudamiento está agotado. Sin ajustar a la inflación (ajustando sería peor) el PIB de España en el 2007 ascendió a 1,053 B €, en el 2018, tomando las previsiones del FMI, será de 1,052 B €.

Y como España no crece su recaudación fiscal es insuficiente para atender su gasto público, por lo que el saldo presupuestario español se degrada. Dejando a un lado las carencias que los servicios públicos españoles mostraban, en el 2007 el saldo presupuestario de España fue de 20,7 mM €, en el 2018, tomando como referencia el FMI, será de -21,0 mM€.

Y como existe déficit hay que financiarlo. La deuda pública de España ascendía en el 2007 a 0,37 B €, en el 2018, siguiendo al FMI, ascenderá a 1,1 B €.

España no crece y ha de pagar -‘ha de pagar’: lo dice la Constitución- unos intereses por su deuda que superan lo que España va a crecer: entre el 2013 y el 2016 España deberá pagar 159,6 mM € en intereses y tan sólo va a crecer por valor de 25 mM €

Tremendo, ¿verdad?. Diez años tirados a la basura con el agravante de que la tendencia es terrible: otros diez años terribles según Hans Werner Sinn, Presidente del alemán IFO. Vean las últimas previsiones publicadas: las de la OCDE: ayer, y no son las peores en cuanto a PIB, ni en cuanto a déficit, ni en cuanto a desempleo, pero ponen el acento en algo malísimo: la evolución de la inflación: 0,5% en el 2014, 0,6% en el 2015:una situación deflacionaria, con todas las letras.

España tiene un modelo productivo superado porque necesita ocupar mucho factor trabajo para crecer y al crecer ocupa mucho factor trabajo. Es un modelo malo a no ser que se construyan 800.000 viviendas al año y a no ser que la capacidad de endeudamiento privada crezca hasta el Cielo. Pero además depende enormemente del exterior: energía, tecnología, commodities, … Y arrastra una deuda privada tremenda: a 1,43 B € asciende el montante de los créditos concedidos por la banca, créditos que ya apechugan una morosidad del 12,6%, una morosidad que Barklays ha estimado que puede llegar al 14% al final del año, una morosidad a la que hay que sumar la que tiene almacenada el Banco Malo: el 2,6%. Una morosidad que aún sería superior sin las refinanciaciones efectuadas: 230 mM € de las que el 42% no tiene ninguna provisión porque eran créditos ‘normales’.

¿Qué dice el Gobierno? (este, otro de otro color pienso que diría lo mismo: ‘España ha perdido su capacidad de decidir’, ¿recuerdan?), pues que hay que hacer reformas, reformas para … ¿Para qué hay que hacer reformas?. Para que los mercados tengan confianza en España y así que España pueda continuar financiándose a un precio ‘asequible’. Vale, eso España lo está consiguiendo: a España le están comprando la deuda que emite para financiar el déficit que no puede reducir porque no crece. ¿Para qué más hay que hacer reformas?.

Pues … no se sabe. España está creciendo anémicamente apostando a unas exportaciones focalizadas en tres regiones: el 49,5% lo exportan Catalunya, Madrid y Andalucía, y en un turismo creciente en número y decreciente en gasto medio real por turista y día.

La Reforma Laboral facilita a las grandes empresas reducir sus plantillas y abarata a todas los despidos que necesiten / quieren realizar, y eso que España tiene una de las tasas de actividad más reducidas de Europa: el 59,59% a 30 de Septiembre. A pesar de eso el desempleo, nadie que hasta ahora hace previsiones, lo baja del 25% hasta el 2016, ni el Gobierno. (Ya: el empleo sumergido, vale: metan el subempleo).

Y luego está lo otro. Todo bicho viviente echa la culpa a la banca por no dar créditos (y eso que mucha gente ignora que, de una forma u otra, España lleva comprometidos con su sector bancario el 25% de su PIB). Las culpas. Pónganse la gorra de banquero y respondan: ¿puede darse crédito con este panorama?. ‘Es que, acusan desde del BCE, con la pasta que estamos dando a la banca española están haciendo negocio porque compran deuda pública’. Vale, prohibamos a la banca de España comprar deuda pública del reino, ¿quién hubiese comprado los 300 mM € de deuda española que la banca de aquí tiene en sus cajones?.

Pero las cosas se olvidan: el Premio Nobel Cristóbal Antoníu Pissarides manifestó el pasado mes de Mayo que los españoles debían estar preocupados por sus ahorros, y el periódico The Telegraph calificó de ‘insolvente’ a España por las mismas fechas. Exageraciones, algo de ello puede haber; pero Intermón Oxfam, una organización que no suele ser acusada de exagerar apunta que si la tendencia sigue como hasta ahora, en el 2025 el 42% de la población española puede ser pobre; no, no es un error: el 42%.

España es un país desequilibrado respecto a un cierto orden económico y social que debería tener, un desequilibrio que, pienso, las reformas que el Gobierno está abordando: las reformas que desde fuera se están dictando y reclamando, no van a corregir porque tal desequilibrio se halla incrustado en el modo de hacer de España.

España está de desguace. Llega liquidez de fuera, si, para comprar entidades y actividades problematizadas aunque viables: por poco y por un poco que es un excedente. En el interior un objetivo único: pagar los intereses de la deuda: con el crecimiento que se logre y con recortes; sin olvidar la reducción comprometida del déficit: entre 32 y 37 mM € en tres años.

Puede hablase del túnel, de la luz que hay a su final, de los destellos que puedan atisbarse en su interior o de las flores de invernadero que en su transcurrir puedan encontrarse, pero lo cierto es que eso que se tiene enfrente NO ES una recuperación, y hacia donde apunta España no es hacia una recuperación. ¡Y eso que hemos hablado de España, no de lo que pasa dentro de España!.

Lástima que Mr. Brenan falleciera. Seguro que escribiría la segunda parte de “El laberinto español”. Desgraciadamente la primera sigue siendo bastante válida.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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