La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

El mundo del Factor Trabajo

Santiago Niño Becerra - Martes, 24 de Marzo

“Hay mucho paro. La economía está estancada. Esto no marcha”. Quien eso dice se refiere a Francia. Es Philippe Martínez secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), el principal sindicato francés. Por favor, comparen las cifras de la economía francesa con las de la española: desempleo, productividad, riqueza, salario medio real, tasa de pobreza, …; y aquí el Presidente del Gobierno dice que la crisis ya es historia.

“¿Y cómo valora las reformas que se están poniendo en marcha?”, pregunta el periodista que entrevista a M. Martínez. “La política que desarrolla el Partido Socialista francés no parece propia de un partido de izquierdas. Hace una política de austeridad, con ellos aumenta el paro, el país no crece… La gente ve que no son capaces de solucionar los problemas”. Pero la respuesta, pienso, debería ser otra: ‘el Gobierno tiene que hacer lo que los mercados le dicen que tiene que hacer: los mercados votan cada día, y las consecuencias van en otra dirección; y eso no importa’.

Dice el sindicalista: “En Europa dicen todos los gobiernos lo mismo: no hay otro camino que el que hemos elegido. Y nosotros les decimos que sí hay otros caminos”. Pero, ¿lo hemos elegido?. ¿Qué otras opciones habían?. Ahora, y antes: ¿ya nadie recuerda la postura de M. Mitterrand en Mayo del 68?.

Y sigue: “Ellos insisten en que el problema está en los salarios, en el nivel de protección social, en la competitividad… No. El problema es el coste del capital, el beneficio del capital. Cada vez hay más pobres en Europa y, en cambio, los dividendos de las grandes empresas crecen”. Pienso que es necesario ir más allá: quienes perciben los salarios medios, quienes precisan de la protección social, ¿son quienes poseen los medios de producción?; la respuesta es negativa. Luego, como el Capitalismo, por principio, tiende a la concentración de la renta, de la riqueza, de la producción, del capital, … y la función compensadora del Estado ya no está de moda …

Y continúa: “(…) los sindicatos europeos tenemos que coordinarnos, tenemos que conseguir que los trabajadores tengan más derechos”. De una lógica aplastante, y más hoy, el problema es que la demanda de trabajo es muy inferior a la oferta de trabajo; sobra población activa; y en ese escenario lo que impera es el ‘Y yo, por menos’; y las revoluciones tampoco están de moda.

Y la competitividad: siempre sale: el entrevistador pregunta: “También está abierto el debate sobre el límite laboral de las 35 horas por semana”. Y la respuesta es: “Yo defiendo que no hay que aumentar esa cifra, sino todo lo contrario: hay que reducirla. Yo apuesto por las 32. En Francia hay cinco millones de personas que no tienen trabajo o tienen trabajos muy esporádicos o precarios”. El único problema es que con el reparto del tiempo de trabajo la productividad cae, el empleo se precariza, los ingresos salariales se hunden. Se reparte lo escaso, pero la demanda de trabajo no aumenta. (Por cierto: la tasa de paro española más que duplica a la francesa; y encima la tasa de actividad de España es bastante menor que la de Francia).

Y puntualiza: “Hay que lograr que todo el mundo tenga un trabajo. Hay que repartir el trabajo. El consumo aumentaría y la producción crecería”. Suponiendo que se impusiera, sería un consumo de bajo valor porque baja sería la renta al ser menor el tiempo trabajado. El tiempo de trabajo es elástico en cada momento, pero la demanda de trabajo no.

Yo, a M. Martínez, le hubiese formulado otra pregunta: ‘¿Qué opina sobre lo que dijo la Canciller Angela Merkel en relación a que la alternativa a que los jóvenes tengan un trabajo peor pagado y con menos derechos es que no tengan ningún trabajo?’.

No tiene desperdicio

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]
Lo más leído hoy en La Carta