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Entre ayer y mañana

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 29 de Agosto

Entre ayer y mañanaPienso que quieren equivocarse quienes dicen que se ha reproducido la recesión, se equivocan y lo saben perfectamente pero decir lo otro sería tremendo: que el que aún es nuestro modelo ya estaba agotado en el 73, agonizante en el 91 y muerto en el 2000, y que ahora sólo se están componiendo monigotes con sus despojos como vulgares aprendices de forenses que no tienen ni idea de lo que hacen.

Analicen someramente las interpretaciones que se están dando a los datos que van apareciendo, las explicaciones que se van hilvanando a los sucesos que van aconteciendo, las soluciones que se van proponiendo a todo lo que está pasando. Son meros pedazos de información sin sucesión de continuidad: ¿alguien puede creerse que el mismísimo FMI se equivocase hasta el punto de prever para España, para el 2013, un crecimiento del 0,6% en Mayo del año en curso y que menos de tres meses después diga que el crecimiento va a ser del -1,4%?. ¡Por favor!.

Europa era la mala por sus desequilibrios, USA la buena porque estimulaba su economia, Asia la genial porque crecía, los emergentes los maravillosos porque suministraban las conmodities que posibilitaban el proceso y crecían como un cohete. ¡Vaya, ya se han olvidado quienes eso decían que nos hallamos en un mundo postglobal?. ¿Ya se ha perdido la referencia de que si un banco en Sydney va mal Boeing en Seattle puede tener problemas y la deuda pública de Finlandia puede sufrir una pérdida de confianza?.

Alemania ha ido bien porque durante años ha sido un Estado potente en gran medida porque el resto de Europa financió su potencia: parte de la reunificación alemana (lo que posibilitó que empresarios y financieros alemanes realizasen pingües beneficios) fue financiada por Europa vía aumento de los tipos de interés, y los incumplimientos del Pacto de Estabilidad de Alemania (y Francia) del 2003 repercutieron muy negativamente en toda Europa; pero, vale, está bien: Alemania, en gran medida tiró de Europa. A eso añadan la morigeración luterana, y la estructura de PIB del país basada en bienes y servicios de valor medio y alto, y los recortes de la Agenda 2010 que dieron lugar a una serie de distorsiones (7 millones de subempleados, por ejemplo) financiados por un Estado con  una hucha muy grande.

Algo así, pura y simplemente, no es sostenible, no lo es estructuralmente: el 55% del PIB de Alemania procede de lo que el resto del mundo le compra, un resto del mundo, integrado por USA, una economía que ha vivido de que le financiase también el resto del mundo; China, una economía que tiraba de fabricar para exportar (60% de su PIB), unas compras de otros que ella misma se dedicaba a financiar; Brasil, una enorme megaburbuja que ya no se sostiene; un UK que es capaz de desarrollar muy buenas ideas pero que le pesa demasiado su propia historia y que le sobra población por los cuatro costados; unos países escandinavos que son oro en paño pero cuya fuerza global es nula; un Japón que cuenta con la enorme ventaja de que prácticamente no debe nada a nadie; y un montón de países con una economía de monoproducto que viven de que otros les compren las commodities que producen y que creen que a partir de eso puede montarse un modelo de crecimiento que alimente a una población desmesurada. Y poco más.

Y luego va el Gobernador del Banco de Inglaterra y el Ministro de Economía británico y dicen que no entienden que no den los resultados esperados el maremoto de recortes que el actual Gobierno lleva alimentando desde que llegó. ¡Evidentemente que no funciona!: la palabra 'austeridad' no tiene cabida en el que aún es nuestro modelo: el que aún es nuestro modelo estaba basado en el ir-siempre-a-más-como-sea; es decir, en el despilfarro; y que nadie se rasgue las vestiduras, fue así, y punto.

Y luego va el BCE y dice (http://www.ecb.int/pub/pdf/mobu/mb201208en.pdf, Págs. 59 y sgtes.) que hay que bajar salarios, abaratar el despido y reducir las coberturas por desempleo para conseguir que el paro disminuya. Haciendo eso bajará la demanda, el consumo interno de los países que lo hagan caerá pero el país ganará competitividad y podrá ... ¡exportar más!. Simplemente absurdo porque el que aún es nuestro modelo se basa en maximizar todo el consumo, el interno y el externo, primero a través del pleno empleo y después concediendo endeudamiento a todo bicho viviente. Agotada esa capacidad de endeudamiento el modelo se cae y si aquí no se consume, allá no podrán consumir, y acullá menos aún.

Pienso que todo lo que se está diciendo es para ir preparando un recorrido sin vuelta atrás. Existe un exceso de capacidad productiva que no se puede consumir, alimentando por un consumo de commodities cuya oferta es finita; financiado por meros bits que valen lo que se quiera que valgan; y manejado por una población activa de la que sobra un montón. Eso, así, no se ha dicho (aún).

Pero pienso que es lo que quieren Mr. Mervyn King, Mr. George Osborne y Mr. Mario Dragui: que ya se vaya entendiendo cuando dicen lo que dicen.

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Curioso, ¿o no?. El pasado Lunes se supo que la confianza del empresariado alemán está cayendo, lo que viene avalado por informes de servicios de estudios de bancos alemanes, pero, a la vez, el mismo día Alemania vendió deuda a un año vista a un precio negativo, es decir, que quienes la querían pagaron para que se la vendieran. Algo parecido sucede con Francia: aumento récord del desempleo en Julio, un crecimiento ridículo esperado para el año en curso y con M. Ayrault diciendo que habría que bajar ‘un poco’ la previsión de crecimiento para el 2013, y va y le pagan para comprar su deuda a tres y seis meses.

Ante esto la alternativa es obvia. O todo está tan rematadisimamente más que mal que por mal que se espere que vayan a ir Alemania y Francia irán menos mal que los demás, o bien, como sobran bits se meten en economías potentes porque aunque van a caer al final se quedarán en una posición menos mala que otras más débiles. Exacto sería lo de malo-peor-pésimo.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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