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España sigue yendo bien

Santiago Niño Becerra - Martes, 02 de Octubre ¡Claro!.

Da exactamente igual que partido políт­tico sea el que gobierne y quienes sean las personas que ocupan los puestos del Gobierno, el mensaje siempre es el mismo: “España va bien”. Cambiarán las palabras, claro, y quienes las pronuncian, pero el mensaje siempre será idéntico. Ahora le toca a este partido y a este Gobierno, antes le tocó a otro partido y a otro Gobierno. Con ser esto muy malo, muy negativo (el bochinche siempre lo es), no es lo peor; lo peor es que, en la operación, se involucre a terceros o que esos terceros se involucren ellos solos. Pero, lo más peor, tampoco es eso, lo superpésimo es que se engañe a la gente con mensajes que, en el menos malo de los casos, son difusos y poco claros y, en el peor, falsos.

Con el reino está sucediendo lo mismo que sucede con muchos pacientes aquejados de una enfermedad grave. En muchíт­simos casos, aparecen familiares bienintencionados (?) que, unilateralmente y sin encomendarse a nada ni a nadie, deciden que, “por el bien de (nombre de la persona), mejor no decirle como está”. Comienza entonces una sucesión de mentiras, de verdades a medias, de tergiversaciones, de falsas esperanzas, de ocultaciones; y si alguien se atreve a cuestionar tal proceder es acusada/o de insensibilidad. Con la economíт­a española está sucediendo esto mismo.

La economíт­a española, como las de todos los paíт­ses, ya ha comenzado una crisis muy profunda que se desarrollará en varios actos; ahora estamos empezando el primero; pero las causas de tal crisis vienen de atrás, de muy atrás. Sin embargo, esto que sé yo, que saben Uds. y que saben quienes se han preocupado en saberlo, está siendo ocultado, camuflado, tergiversado a la opinión pública y a la mayoríт­a de los actores de la vida económica de una forma sistemática; el motivo, se dice, es no provocar “falsas alarmas”. El colmo (de momento) ha sido la participación de una organización como la CEOE en este montaje.

No he tenido el gusto de conversar con el Sr. Gerardo Díт­az Ferrán, el presidente de la organización empresarial, pero estoy absolutamente convencido de que alguien como él no comparte lo que se dijo el Lunes 10 en la reunión previa a la junta directiva. ¿Por qué estoy tan convencido?, porque seríт­a ilógico que lo estuviese. El Sr. Díт­az Ferrán -también estoy convencido-, al igual que otros prohombres de empresa que en los últimos díт­as han salido a la palestra quitando hierro a la situación, saben que ya está llegando una debacle económica y social (si lo se yo, ¿cómo no lo van a saber ellos?), pero su mensaje está orientado a mantener (?) la confianza; ¿por qué?, si lo que ya está llegando va a llegar digan lo que digan; ¿para qué?, ¿para que aún sea peor cuando llegue?.

Por otra parte, si Uds. analizan lo que se está diciendo (aquíт­ y en todas partes), no por ser tremendo, deja de ser jocoso. El Gobierno y su órbita van a piñón fijo: España va bien y los fundamentos de la economíт­a son sólidos (quiero pensar que no se lo creen, porque si no !). El principal partido de la oposición (los restantes no dicen prácticamente nada) proclama que España está en recesión, pero se quedan ahíт­ y no dicen, ni lo que va a pasar, ni que sus Gobiernos contribuyeron profusamente a esta particular situación. Otros dicen que el ajuste que va a venir va a ser favorable; lo dicen sabiendo que ellos van a seguir degustando langosta a la americana cuando les venga en gana, claro. Incluso Mr. Alan Greenspan se autoinculpa de lo pipiolo que fue al no darse cuenta del follón que se estaba liando con las subprime y similares cuando ocupaba la presidencia de la FED (no se si sabíт­an que el presidente de la FED está considerada la persona mejor informada del planeta). Y, por personalizar aún más, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, el Sr. Jesús Caldera, ha dicho que la salud financiera de la Seguridad Social es excelente, pero se calló que España es uno de los miembros de la UE que menos dedica a gasto social.

A todo esto, antes, se le llamaba “intoxicación informativa” o, incluso, “desinformación”. Se están diciendo cosas no verdaderas a la población a fin de no generar una situación de pánico, se dirá, y no estoy de acuerdo. Lo que habríт­a que hacer es explicar a la gente, muy clarito, con palabras sencillas y utilizando conceptos fácilmente comprensibles, donde estamos y a donde nos dirigimos. Habríт­a que decir a la población que reduzca su nivel de deuda, que modere el hiperconsumo en el que se les ha metido, que van a tenerse que repartir los recursos porque no va a haber para todo ni para todos, que ese reparto se hará con criterios técnicos, no políт­ticos. Habríт­a que decir a las gentes de todos los paíт­ses que vienen tiempos muy duros, y habríт­a que empezar a decíт­rselo ya e independientemente de que sean votantes o de que no lo sean.

Yo, a la que tengo ocasión, lo hago. ¿Será por eso que, últimamente, me convidan cada vez menos a coloquios y tertulias?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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