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España, aunque no sólo

Santiago Niño Becerra - Jueves, 24 de Agosto

Cada crisis sistémica produce cambios irreversibles que implican modificaciones sociales radicales; la Depresión supuso el fin de la familia compacta y el paso a la familia dispersa; esta crisis va a suponer el fin de la búsqueda del igualitarismo y del crecimiento generalizado.

Es cierto que en el PIB de España hay hoy más millones de los que había en el 2015 y en el 2016, y también lo es que más personas están trabajando hoy que en Agosto del 2016, pero esos millones de PIB han ido a parar a lugares muy concretos: hoy, con respecto al 2007, se han volatilizado en España 35 mM de su masa salarial; y ese trabajo tiene una estructura sustentada en la precariedad: de cada tres contratos de trabajo firmados en Mayo, uno tuvo una duración de quince días o menos.

Si el optimismo se sustenta en que el PIB tiene más millones y que más personas trabajan, vale, es una forma de medirlo, pero eso supone cambiar de patrón de medida y pasar a utilizar otro en el que la desigualdad se asume y la pobreza se acepta. Y ojo, siempre he dicho que el problema no residen en lo que tienen 'los de arriba' sino en lo que no tienen 'los de abajo': en España 3,3 millones de personas tienen unos ingresos menores que el salario mínimo porque están trabajando menos de la jornada máxima legal queriendo, la inmensa mayoría, que eso no fuese así.

Y aquí hemos llegado a las razones de la recuperación de España. España, básicamente, se está 'recuperando' porque su competitividad aumenta a base de precarizar el empleo y subremunerarlo; ¿porque los empresarios españoles son unos sádicos? no, que va, porque la economía de España, en su 99%, no tiene otra forma de lograr ser competitiva; de ahí que esos motores de generar más millones en el PIB sean las exportaciones y el turismo. Y hay que añadir otra cosa: el consumo interno, que está creciendo a un ritmo paralelo a la caída del ahorro familiar.

¿Es España una excepción? No, que va. Como muestra las palabras de Mario Draghi en la cumbre de Sintra de Junio cuando hizo referencia a dos temas que nunca jamás había mentado un banquero central: el desempleo en Europa está enquistado en la frontera del 10% y el subempleo en el 18%.

¿Qué está sucediendo? Pues que nos estamos encaminando hacia un lugar en el que el factor trabajo y todo lo que con él tiene que ver es cada ve menos necesario. Es la Industria 4.0 y toda su galaxia sustentada en las grandes corporaciones, claro, pero esa galaxia no se hubiese instalado con un poder sindical y con una política fiscal como la de los años 60; un poder sindical y una política fiscal que ya no existe porque ya no es necesaria.

¿Reversible? En absoluto. Es imposible retroceder en la dinámica histórica: nunca volveremos al 2005, ni a 1968 cuando las expectativas individuales se creían ilimitadas; por ello es preciso paliar las consecuencias y por ello es precisa la Renta Básica, un mecanismo que cuando se implante certificará el final definitivo del modelo que entró en crisis en el 2007.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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