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Evolución

Santiago Niño Becerra - Jueves, 13 de Septiembre ¡Vamos a más!. ¿Vamos a más?.

En lacartadelabolsa ya lo hemos comentado: en los últimos cincuenta años todo el mundo, to-do-el-mundo, ha pensado -siempre- que la economíт­a, siempre, teníт­a que ir a más; que, siempre, iba a más; y que, siempre, iríт­a a más. Y asíт­ fue, de verdad, de verdad, entre 1950 y 1973; luego ! a saltos.

En díт­as pasados Uds. han estado leyendo aquíт­ lo que va a venir a partir de este Septiembre, y, de hecho ya están apareciendo señales, algunas muy evidentes: que muchas/os que son alguien en alguna organización internacional o Gobierno no cesen de decir lo bien que van las cosas y que otros lo maticen, ojo: cuando eso sucede hay que desconfiar. Otras señales son concretas, pero de alcance no totalmente calibrado (¿llegará a estarlo alguna vez?), como la crisis hipotecaria USA.

La construcción es, siempre y en todas partes -en unos momentos más que en otros y en unos lugares mucho más que en otros- , un sector locomotora, con múltiples vinculaciones hacia atrás y bastantes hacia adelante, pero lleva asociada una caracteríт­stica fundamental: es un subsector cíт­clico; cierto es que existen otros subsectores que también lo son, como el textil, pero el problema -ahora- es que en USA la construcción está generando el 25% del PIB y es responsable del 15% del descenso de los beneficios esperados por las compañíт­as que componen el tejido económico USA. Pero eso, con ser malo, no es lo peor.

Eso es malo porque cuando se pare la construcción puede llegar a volatilizarse una parte muy significativa del PIB de USA, con la implicación que tendrá sobre empleos y consumos; pero este sistema nuestro que ya se halla en fase de desaparición podríт­a soportarlo ya que el desempleo de los factores hace tiempo que ha dejado de ser, por si mismo, un drama (Uniliver: 16% de aumento en beneficios sobre el año anterior y una reducción de su plantilla de más del 11%).

El superproblemón reside en el montaje financiero que se ha montado sobre las hipotecas, un montaje que, a modo de red que se va realimentando a síт­ misma, va transfiriendo recursos desde los compradores de los inmuebles que se construyen hacia los nodos de esa red, multiplicando los beneficios financieros de cada nodo y acrecentándolos a medida que el volumen de créditos aumenta. Paralelamente, las cesiones de créditos, las participaciones cruzadas, las obligaciones y los bonos emitidos por cada nodo y la internacionalización del proceso con nodos partíт­cipes de todo el planeta, extiende, exponencialmente, el montaje, montaje que tiene efectos en las cotizaciones de las divisas, en la confianza y en las deudas públicas de los paíт­ses. Para completar el panorama, una legión de expertas/os y de empleadas/os desempeñan una actividad profesional en ese montaje, y unas y otros ya están empezando a sufrir las consecuencias de lo que está sucediendo: en USA, casi 103.000 despidos en el sector financiero en lo que va de año . Pero aún queda un elemento más.

En los últimos años, la construcción ha dejado de ser una actividad que construíт­a casas para la gente para convertirse en un “algo” financiero, y eso ha sido asíт­ porque se ha permitido que la capacidad de endeudamiento de la gente se disparase; eso se inventó en USA en 1991, durante la recesión de dicho año. Si la actividad constructora se paraliza, y lo hará, incluso si se enlentece por debajo del nivel considerado asumible (y ese es muy reducido porque las expectativas de aumento de los negocios, hasta ahora, siempre han sido al alza), los efectos sobre la economíт­a serán devastadores.

Aumentará el desempleo del factor trabajo; disminuirán las rentas; se reducirá la capacidad de endeudamiento de las personas y, por tanto, su consumo; las cotizaciones de las acciones de las compañíт­as involucradas en el montaje caerán, al igual que las de sus bonos; las instituciones bancarias y financieras se resentirán tremendamente; las divisas acusarán el proceso, por lo que la actividad económica en los paíт­ses y entre los paíт­ses decrecerá reimplantándose elementos proteccionistas. La pregunta: ¿tiene vuelta atrás esa concatenación de hechos?.

La respuesta es negativa: no, no la tiene porque “el problema” no es un problema que esté sucediendo en un sitio en concreto ocasionado por un elemento en concreto; “el problema” en el que estamos inmersos es un problema sistémico que afecta al sistema en su conjunto.

En todas las crisis de este tipo, siempre se dan un par de elementos que disparan el proceso de crisis. Ahora ha sido “la construcción” y “la especulación financiera”; en 1929, ¿qué elementos fueron los que dispararon The Great Depression?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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