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Globalización

Santiago Niño Becerra - Lunes, 14 de Abril A estas alturas se sorprenderán por el tíт­tulo; no se sorprendan.

En el fondo, fondo, lo que la globalización supone es la eliminación de todo tipo de barreras a fin de que “todo” se mueva por donde quiera y, en consecuencia, pueda ir a donde quiera; ¿OK?; pero eso, sin entrar en valoraciones de ningún tipo, tiene consecuencias.

En la crisis que se está gestando y en cuya precrisis ya estamos inmersos, la globalización está jugando un papel fundamental, de hecho, si la cadena de situaciones que se están produciendo, se están produciendo como se están produciendo, es debido al fenómeno globalizador: globalizar implica eliminar las barreras al tránsito de cosas buenas, pero también al de cosas malas, o incorrectas, o ineficientes; pero lo mejor viene ahora: la globalización, a pesar de sus críт­ticos, era inevitable, ya que era el paso que le tocaba dar al sistema cuando lo dio.

Follón financiero, follón alimentario. ¿Por qué sucede lo qué está sucediendo?. Hasta Septiembre del 2007 todo parecíт­a transparente y despejado: ¿qué sucedió entonces?.

En 1991, se puso en marcha la maquinaria hipercrediticia, en 1999, se inició el proceso hiperfinanciero. A lo largo de los años, el PIB ha aumentado, pero ha sido un PIB que, en gran medida, no se ha pagado; a la vez, se ha generado una hipermasa de fondos financieros virtuales que, para operar, han necesitado ciertos anclajes en la economíт­a real: en el mundo real. En Septiembre del 2007 todo ese montaje explotó, no por nada en concreto, sino porque se llegó a un líт­mite fíт­sico coincidiendo, a la vez, con el agotamiento de la capacidad de procesamiento del sistema. Llegados a este punto, la crisis sistémica estaba servida.

Que haya cada vez más personas que no pueden pagar sus deudas, que el precio de los alimentos se esté disparando, que la depreciación del dólar parezca no tener fin, que de la sensación de que la inflación en Europa es irreducible, que las commodities escaseen, que la volatilidad se haya enseñoreado de las Bolsas, no son fenómenos aislados ni separados, son, todos, fruto del mismo proceso: el cambio sistémico en el que estamos inmersos desde 1995, y la globalización es juez, jurado y parte de ese proceso.

Partamos de un hecho: hemos llegado a un momento de la evolución en el que el binomio “planeta - sistema económico”  ni precisa, ni puede proveer las necesidades de 6.300 millones de personas. A partir de aquíт­, y teniendo en cuenta el tipo de montaje monetario que se decidió construir, la oferta y el precio de cualquier bien o servicio en el que de algún modo lo monetario intervenga -es decir, todos los bienes y servicios que en el planeta se producen- estarán sujetos a oscilaciones que, dependiendo del momento, pueden ser muy, pero que muy violentas: se deprecia el dólar USA, subirán los precios de las commodities; se aprecia el dólar, caíт­das de actividad en todas partes.

Los precios de las commodities no descenderán hasta que la demanda no decrezca y/o la oferta no aumente y/o el tipo de cambio del dólar no se estabilice. A medida que vayamos aproximándonos a la crisis, cuando esta estalle, la demanda de commodities descenderá; en las alimenticias cuya demanda se verá muy poco reducida, la crisis supondrá la aceptación de la biotecnologfíт­a en su producción por parte de sectores de la población aún reticentes.

La oferta de commodities, no aumentará, de entrada porque la crisis que viene será una crisis de recursos, además, y entre otros motivos, los niveles de sus reservas están dados; por ello todo apunta a que la oferta de commodities sea regulada, no ya por los mercados, sino atendiendo al uso que vaya a darse a cada una.

Paradójicamente, el tipo de cambio del dólar es el menor de los problemas. Acuerdos entre divisas, coordinación de políт­ticas monetarias, creación de unidades de valor monetario mundial, pueden resolver ese problema, ! siempre y cuando, claro está, que las renuncias de soberaníт­a políт­tica que esos acuerdos suponen sean aceptadas por los Estados implicados; y a eso, los problemas generados por la crisis favorecerán.

En esta pelíт­cula, la UE juega con sus particulares reglas. En la UE se están manteniendo los tipos de interés porque la UE cuenta con su Modelo de Protección Social, por lo que hasta ahora, al menos, pueden paliarse los efectos que supone la caíт­da de la actividad económica; hasta ahora; al menos. La respuesta a la pregunta de por qué esa inflación en Europa, la respuesta es automática: por la filosofíт­a que subyace en el Modelo de Protección Social: igualitarismo social ! mientras dure. Por ello, la búsqueda de la productividad y la eficiencia que la crisis va a suponer a fin de ahorrar recursos, acelerará la desaparición de esa filosofíт­a social que caracteriza a Europa.

En este contexto, el G -7 dice ahora -ahora- que el “todo vale” ya se acabó (está diciendo, pienso, que se agotó); ya no funciona: lo hizo mientras duró. Estamos como estuvieron en los años 1762 - 1777: definiendo una nueva estructura, de ahíт­ la nueva estructura de la FED y esta nueva estructura de las finanzas internacionales apuntada estos díт­as por el Grupo. OK, genial, pero lo que tiene que pasar, pasará: la crisis.

Pensaron -aún hay quien lo piensa- que una parte de la economíт­a está mal y otra bien; no, ¡que va!: todo está contaminado porque todo está vinculado a todo, y para generar todo, todo se utilizó. La crisis sistémica ha de pasar para que lo que ahora está empezando a ser diseñado pueda ser implementado, para que pueda ser implementado todo lo que vaya diseñándose: la nueva estructura del nuevo sistema.

En este contexto, hoy, ayer, los del G - 7 dijeron que se ha tocado fondo; de nuevo: no, ¡que va!. No me creo que se lo crean, aunque ! se imaginan que también estuviesen imbuidos por ese deseo que a todas/os afecta: que todo vaya bien: la frase estrella de las pelis. Dr. Rato, ¿cuál seríт­a su discurso ahora?.

Y en este contexto tenemos que meter al Reino de España. (Bueno, el Gobierno lo tiene claro: la inflación descenderá si lo hace el precio del crudo; es sólo un ejemplo).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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