La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“Hablo con mis colegas y todos coinciden: ni una sola orden. Nos hemos planteado cerrar la sociedad”

Moisés Romero - Lunes, 26 de Septiembre

"Llevo preocupado más de un mes, porque la evolución de la Bolsa se me ha ido de las manos, una vez más. Treinta años en este negocio y no he aprendido nada ¿O sí? Me desvelo por las noches al comprobar que las inmobiliarias han caído en picado en un abrir y cerrar de ojos. Que los bancos se han convertido en auténticos chicharros. Que los valores que llevan la marca de lo renovable, de lo verde, de la energía alternativa, son humo. Que los índices no se detienen y, por eso, se han ido al garete, aunque con enorme volatilidad. Eso es lo que preveíamos que iba a suceder y ha sucedido. Pero ni un euro en la caja ¿Miedo? No, no hay negocio. Ese es el gran miedo, porque nos hemos planteado cerrar la sociedad de valores..."

“...Hemos hecho un seguimiento de los sucesos en los mercados de acciones en agosto y lo que va de septiembre. Hemos hablado con una docena de colegas y más de lo mismo: ni una puta orden y cero comisiones por corretaje. Muchos días nos hemos ido a almorzar sin haber cursado una sola operación. Argumentos suficientes para cerrar y dedicarnos a otra cosa…”

 

“...Tal es la gravedad del momento, que nuestros clientes, gentes inquietas, adoctrinadas en este mundo y con cultura financiera de alto nivel, ni siquiera nos han llamado para preguntarnos cómo vemos las cosas. O por qué los índices saltan y caen con fuerza. O por qué Europa está a punto de irse al garete. El dinero, en el colchón y nuestro negocio, una ruina. En el resto de sociedades de valores y Bolsa sucede lo mismo…”

 

“...¿Por qué no llaman los clientes? Porque no hay inversor final. Además parece que tienen muy clara la idea, el sentimiento de que hay tendencia bajista para rato y que los últimos tejemanejes políticos, como abordar el cambio de la Constitución en un par de horas, como el que escribió grandes operaciones financieras en una servilleta de papel, sólo sirven para encrespar los ánimos de los que creen en el orden constitucional establecido…”

 

“...Son las máquinas, sin alma, sin corazón y sin sentimientos, las que mueven los mercados ¿Quiénes mueven las máquinas? Párvulos veinteañeros que no tienen ni idea de economía real ni de economía financiera. Sólo han aprendido la cultura del pelotazo. Y así nos luce el pelo”, me cuenta el consejero delegado de una importante sociedad de valores y Bolsa.

 

***

 

Respecto a las máquinas y su poder de influencia en los mercados, el siguiente enlace

http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/ya_se_por_que_las_bolsas_manifiestan_una_insensibilidad


Y en este encuadre ¿cuáles son la leyes que debe cumplir el inversor privado? Carlos Montero ha escrito en lacartadelabolsa que James Montier, reputado ex-gestor y estratega global en Societe Generale y ahora en el prestigioso equipo de GMO, señala las leyes siguientes:

 

1. Insista siempre en un margen de seguridad
2. Esta vez no es diferente
3. Sea paciente y espere el campo fértil
4. Sea contrario
5. El riesgo es la pérdida permanente de capital, nunca un número
6. Desconfíe de apalancamiento
7. Nunca invierta en algo que no entiende


Montier examina brevemente cada uno de los postulados:


1. Insista siempre en un margen de seguridad.


La valoración es lo más parecido a la ley de la gravedad que tenemos en finanzas. Es el determinante principal de los rendimientos a largo plazo. Sin embargo, el objetivo de la inversión (en general) no es comprar a valor razonable, sino comprar con un margen de seguridad. Esto refleja que cualquier estimación del valor razonable es sólo eso: una estimación, no una figura precisa, por lo que el margen de seguridad proporciona un colchón muy necesario contra los errores y desgracias. Cuando los inversores violan la Ley 1 invirtiendo sin margen de seguridad, corren el riesgo de tener un capital en letargo durante un gran periodo de tiempo.


2. Esta vez no es diferente


Sir John Templeton definía “esta vez es diferente”, como las cuatro palabras más peligrosas de la inversión. Cada vez que oímos hablar de una nueva era, debe comportarse como cuando Ulises y su tripulación se acercó a las sirenas: tenga a un amigo que le ate a un mástil.


3. Sea paciente y espere el campo fértil


La paciencia es parte integral de todo enfoque basado en el valor. Como Ben Graham escribió, “infravaloraciones causadas por negligencia o prejuicios pueden persistir por un tiempo incómodamente largas, y lo mismo se aplica a los precios inflados causados por un exceso de entusiasmo o estímulos artificiales”.


4. Sea contrario


Keynes también dijo que “El principio central de la inversión es ir en contra de la opinión general, sobre la base de que si todos estaban de acuerdo acerca de su mérito, la inversión es, inevitablemente, demasiado cara y por lo tanto poco atractiva.” Adherirse a un enfoque de valor tenderá a provocar ser contrario.


5. El riesgo es la pérdida permanente de capital, nunca un número


En esencia, y lamentablemente, la obsesión por la cuantificación del riesgo (desviación beta, estándar, VaR) ha sustituido a un enfoque más fundamental, intuitivo, e importante para acercarse al mundo de la inversión. El riesgo claramente no es un número. Es un concepto multifacético, y es insensato tratar de reducirlo a una sola cifra.


6. Desconfíe de apalancamiento


El apalancamiento es una bestia peligrosa. No siempre puede convertir una mala inversión buena, pero sí puede convertir una buena inversión en una mal. Simplemente una acumulación de apalancamiento en una inversión con un retorno de pequeño no lo convierte en una buena idea. El apalancamiento tiene un lado más oscuro desde la perspectiva de valor: tiene el potencial de convertir una buena inversión en una mala!


7. Nunca invierta en algo que no entienda


Esto parece ser algo ya conocido, puro sentido común. Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo es. La industria de la financiera ha perfeccionado el arte de convertir lo simple en complejo, y al hacerlo, logró extraer honorarios por sí misma! Si no puede ver a través del concepto de inversión y llegar al corazón del proceso, entonces probablemente no deberías invertir.

 

James Montier concluye comentando que justo en estos momentos las leyes señalan precaución: la ausencia de los activos a precios atractivos, con buenos márgenes de seguridad debería llevar a los inversores a elevar sus posiciones en efectivo. Sin embargo, en la actualidad parece como si los inversores estén siguiendo el dicho “mientras suena la música, hay que levantarse y bailar”.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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