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#hagamoscomoIslandia… ¿Debe España dejar caer a la banca y no dar dinero público?

Redacción - Miercoles, 09 de Mayo

Tras el reconocimiento por parte de Mariano Rajoy de que habrá más dinero público para el sistema financiero, concretamente para Bankia, #hagamoscomoIslandia se ha convertido enseguida en trending topic. Una corriente pide que no haya dinero público para la banca, como se hizo en la pequeña isla nórdica, escribe elEconomista.es Pero, ¿se puede hacer algo parecido en España? Islandia: el éxito de dejar caer a la banca y no salvarla con dinero del contribuyente.

La historia de Islandia es relativamente conocida. En 2008 su sistema financiero, en conjunto, quebró y el país se encontró con la tesitura de que era imposible rescatarlo. Se tomó la decisión de nacionalizar la banca, reestructurar la deuda extranjera, proteger los depósitos nacionales, controlar los capitales para evitar una huida y no poner ni un euro del contribuyente para cubrir las pérdidas. Incluso se ha conseguido que la banca perdone parte de las hipotecas a sus ciudadanos, aunque de manera muy limitada.

La estrategia funcionó, e incluso las agencias de calificación apoyaron a Islandia, valorando positivamente sus "heterodoxas" medidas. Pero tampoco se debe olvidar que tuvo que recapitalizar a sus nuevos bancos y necesitó para ello la colaboración del FMI, que le otorgó un préstamo de 2.100 millones de dólares y de otros países (2.5000 millones de Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca y 6.300 millones de Reino Unido, Holanda y Alemania). El país vuelve a crecer sólidamente y, pese a los agoreros, ha vuelto a los mercados internacionales. Además, ha reducido el tamaño de su banca, que ahora es solvente. Es la parte "bonita" de la historia.

Pero no todo ha sido de color de rosa. Especialmente si se analiza desde el punto de vista económico y dejando fuera el componente político, como los juicios a banqueros o al exprimer ministro Geir Haarde (que no cumplirá condena por nada).

Islandia: una recuperación muy dura

Entre las medidas que tomó el Gobierno, destaca una devaluación de la moneda. La consecuencia inmediata fue una fuerte inflación, que llegó al 19% en enero de 2009. Hoy en día, este problema no ha desaparecido, ya que en abril se encontraba en el 6,4%. Asimismo, su PIB cayó un 7% en 2009 y un 3,5% en 2010, una brusca caída que puede tardar años en compensarse, a pesar de que se espera que este año crezca alrededor de un 3%.

El efecto empobrecimiento en la población por culpa de ambos factores ha sido enorme, un ajuste de la economía mucho mayor que en España, donde la inflación ha permanecido controlada y el PIB ha caído mucho menos.

No se puede olvidar al sector financiero. Aunque sus tres grandes bancos (Kaupthing, Glitnir y Landsbanki) fueron nacionalizados y se crearon unos bancos saneados con los restos de ellos, estos nuevos bancos han quedado controlados por los acreedores extranjeros. Asimismo, se impusieron fuertes planes de reducción de plantilla en las entidades.

Además, el programa del FMI que acompañó los créditos Islandia también debió presentar un programa de austeridad y subir el impuesto de Sociedades, el IVA y el IRPF, además de reintroducir el Impuesto de Patrimonio. También subió los impuestos especiales (alcohol, tabaco, gasolina) y frenó proyectos de infraestructuras, como el plan de mejora de las carreteras.

Bien es cierto que retrasó las medidas más duras un año para que diera tiempo para que la economía se recuperar del shock financiero y consiguió que se le permitieran repartirlas durante cuatro años. Islandia, además, consiguió que la mitad del ajuste fuera vía subida de impuestos y la mitad vía ajuste del gasto para mantener su Estado del Bienestar. 

Las consecuencias de que España dejara caer a la banca

El sistema financiero español, con todos sus problemas, está lejos de ser lo que fue en Islandia, donde los activos bancarios llegaron a ser 11 veces el PIB, lo que lo hacía, a todas luces, insalvable. Habría que valorar si merece la pena seguir una receta tan dolorosa cuando el diagnóstico, a pesar de las similitudes, no es el mismo.

En resumen, la parte mala del camino islandés: empobrecimiento, inflación, banca controlada por acreedores extranjeros. Ahora bien, a pesar de todo, ¿podría buscarse un camino similar en España?

En un análisis rápido, surgen varios problemas. Para empezar España no tiene una moneda que poder devaluar para impulsar la economía y mejorar las exportaciones por la partencia al euro. 

Otro punto importante es que dejar caer la banca traería un problema colateral muy importante: podría suponer la voladura del sistema bancario de la Eurozona. Los grandes acreedores de la banca española son los bancos franceses y alemanes, que probablemente no podrían soportar la caída de la banca española, y las consecuencias de la desintegración del sistema bancario europeo serían desconocidas.

Islandia tomó una solución heterodoxa que ha dado resultado, aunque con duras consecuencias para su población. España tiene cierto margen de maniobra para arreglar su sistema financiero, algo de lo que carecía la isla nórdica, cuyo colapso bancario se considera el mayor de la historia en comparación con el tamaño de la economía.

Ahora parece que el Gobierno español, limitado por las ataduras del euro, ha decidido dar más dinero a la banca, después de que España haya ido retrasando el necesario saneamiento del sistema con la esperanza de que vuelva el crédito.




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