La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“Humildad, humildad y humildad. Por eso siempre pensamos en cada inversión en forma de apuesta y huimos de quienes dicen tener el toque de Midas”

Moisés Romero - Miercoles, 20 de Octubre

No se crea el más listo de la clase y desconfíe de los vendehúmos, de los vendedores de crecepelos y demás especies, que abundan por estos lares. Por ejemplo, de los chiringuitos financieros, que prometen el oro y el moro y lo dejan en pelotas en un santiamén. "El proceso de asignación de capital es un ejercicio de humildad y humildad, y finalmente uno termina aceptando que el futuro no se puede predecir. Por eso siempre pensamos en cada inversión en forma de apuesta y huimos de quienes dicen tener el toque de Midas", dice Tiho Brkan@TihoBrkan. "El libro de inversiones más poderoso e importante debería llamarse “Cállate y espera”. Es solo una página con un gráfico de crecimiento económico a largo plazo ". [La psicología del dinero] @morganhousel Son tiempos de fuerte presión económica, social, política, geopolítica. Tiempos de gran agitación financiera, ambiental, mediática. 

"Dicen los sabios, alguno de ellos lo ha dejado escrito, que los tiempos de presión coinciden siempre con la parte final del ciclo bajista y que nunca hay que olvidar lo siguiente para saber de bolsa: Sentido común, Humildad, Disciplina, Paciencia, Prudencia, Serenidad y ¡poco más! Cuando retomo estas claves trato de ajustarlas al tiempo y de encuadrarlas en el momento actual. En la debacle de  2009 hubo escaso Sentido Común en lo que afectó a las valoraciones de muchas compañías (pero ¿cuáles?). Lo mismo sucedió con el Brexit. Ahora, la pandemia lo ha dinamitado todo y los bancos centrales han cambiado el curso de la Historia. Solo algunos inversores osados, se apalancan hasta las cejas, creyendo que la fiesta será eterna...", me dice uno de mis gurus favoritos.

Tomeu Ramón @TomeuRamon

"¡A ver cómo acaba esto!. La Paciencia ha saltado por los aires y la Prudencia, también, principalmente en Wall Street. Tras los excesos anteriores, que dio paso al cerrojazo en lo financiero y económico, que contagió durante unos años al tejido social, a la economía real, los bancos centrales tiran dinero desde los helicópteros..."

"¡Qué decir de la Serenidad cuando todos hemos perdido la compostura! Vuelta, de nuevo, a los orígenes. Hay que analizar media docena de claves de importancia vital que han sido destruidas y que hay que volver a poner sobre las mesas de operaciones ¡Casi nada! Vuelvo a recordar a Lord Overstone una vez más. El banquero pronunció y dejó escritas siete palabras mágicas sobre el discurrir de los ciclos bursátiles, que entroncan con las enunciadas antes: tranquilidad, mejora, confianza, prosperidad, excitación, convulsión y presión ¿en qué estadio nos encontramos? Depende de la actitud de cada uno de los participantes en el mercado. Lo que está demostrado es que ganar dinero en Bolsa es cada vez más difícil", me dice uno de mis gurús favoritos, que añade:

"Hemos repetido que el inversor tiene que asumir el triple de riesgo para ganar lo mismo que antes de la Gran Crisis: Ganar dinero en los mercados nunca ha sido una tarea sencilla, pero hoy en día se ha convertido en toda una odisea. Para obtener rentabilidades decentes, el inversor tiene que hacer malabarismos con su cartera, jugando con múltiples tipos de activos, y asumir el triple de riesgo que en 1995...."

"La economía y los mercados atraviesan un momento atípico en el que al inversor conservador le está resultando casi imposible obtener rentabilidades decentes. Los depósitos en España no rentan nada; el valor de los bonos con intereses negativos equivale casi al PIB de EEUU; y los expertos advierten de que ni el inmobiliario ni las bolsas de los países desarrollados están especialmente baratas. Las oportunidades aún existen, pero son cada vez más difíciles de encontrar..."

"Ante este panorama, el inversor solo tiene dos alternativas: o bien ir a lo seguro y apostar por activos que quizá ya estén caros y ofrezcan modestas rentabilidades o bien jugársela para tratar de arañar algo de rentabilidad a los mercados. Por desgracia esto tampoco es particularmente sencillo, ya que para ganar lo mismo que antes de la Gran Crisis es necesario asumir el triple de riesgos y hacer malabarismos con toda clase de activos financieros..."

"La vida del inversor se ha complicado en exceso. Hace dos décadas, un ahorrador estadounidense podía obtener un 7,5% de rentabilidad si tenía el instinto, el acierto o la suerte para contar con una buena cartera de renta fija. Para lograr esta proeza, la desviación estándar (riesgo asumido) no habría superado el 6%, una cifra razonable. Hace 10 años, el mismo inversor habría tenido que diversificar su cartera para obtener buenos retornos, pero sin asumir riesgos excesivos. Hoy es misión imposible..."

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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