La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Impresiones

Santiago Niño Becerra - Martes, 13 de Agosto

Me escribe un mail una joven a la que conozco desde hace tiempo. Es de esos mails que plantean cosas de las que, habitualmente, no se habla.

“Hola Santiago, me alegro de leerte. ¿Cómo va todo? Yo estoy tratando de darme al pluriempleo.

Fíjate, a mí lo de Chipre y cosas por el estilo me repercuten inconscientemente, cuando veo que la gente está mal me siento culpable por tener trabajo agradable y me pongo a buscar más opciones por lo que pueda pasar...

El miedo a perder el empleo es una constante y eso que me han educado en ello. Encima últimamente me doy cuenta de que apenas tengo nada propio: ni casa, ni coche, ni ahorros y en la última mudanza dejé mis pertenencias al mínimo por si había que emigrar.

Es un poco rollo no poder pensar nunca en el futuro y eso que ahora que me acerco a los 30 me apetece hacerlo. Me encantaría devolverle a mis padres todo lo que han hecho por mí pero el tiempo corre muy rápido. Aún así estoy siempre contenta eh...”

Mi respuesta:

“¿Culpable?. ¿Por qué?. Vives de forma responsable, ¿no?.

Sí, es una sensación de vivir en un presente continuo, lo que choca con eso que te apetece: pensar en el futuro. Eso tiene un nombre para los sociólogos: 'la Crisis de los Treinta' que no es nada malo simplemente eso: que te apetece pensar en el futuro porque ya has estado viviendo mucho el día a día en una especie de proceso de prueba y ensayo. El problema es que tal y como están las cosas y hacia adonde apuntan: flexibilidad total, 'pensar en el futuro' será cada vez más complicado, sobre todo, y aunque parezca un contrasentido, para las personas con mayor proyección profesional.

¿Lo de Chipre?, pienso que un experimento y un inicio: las cosas van a ir de forma diferente a partir de ahora. ¿Devolver a tus padres?: pienso que los padres de tu generación tienen bastante asumido que el retorno de la inversión que hicieron en sus hijas/os va a ser prácticamente nulo”.

‘Pensar en el futuro’. La mayoría de estos jóvenes que rondan los 30, que están próximos a ellos o que acaban de superarlos, ¿qué expectativas de futuro tienen?. Expectativas de futuro, ya saben: asentarse, establecerse, sentir que se tiene algo cierto y concreto … Lo cierto es que muy pocas, y no sólo aquí, sino en cualquier parte. Ahora todo tiene que se flexible, líquido adaptable; y lo chusco del tema es que cuanto más cracks estas y estos jóvenes sean, menos estabilidad, tal y como hasta ahora ha sido entendida, tendrán.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]