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Inflación: ¿Es la enfermedad o el síntoma?

Carlos Montero - Lunes, 19 de Junio

Inflación: ¿Es la enfermedad o el síntoma?La inflación, como se usaba este término en todas partes, significa aumentar la cantidad de dinero y billetes en circulación y la cantidad de depósitos bancarios sujetos a control. Pero hoy la gente usa el término "inflación" para referirse al fenómeno que es una consecuencia inevitable de la inflación, es decir, la tendencia a subir que tienen los precios y los salarios. 

El resultado de esta lamentable confusión es que no queda ningún término que signifique la causa de este aumento de precios y salarios. Ya no hay ninguna palabra disponible que signifique lo que hasta ahora se llamaba inflación.

En resumen, lo que hoy se llama inflación es el aumento general de los precios, que en realidad es sólo el resultado de la inflación.

En consecuencia, todo lo que contribuye a los aumentos de precios se llama ahora inflacionario. Por otra parte, se sostiene que si esta inflación sube por encima de un objetivo fijado arbitrariamente (por ejemplo, el cerca pero no por encima del 2 por ciento del Banco Central Europeo), entonces esa inflación "excesiva" se debe de controlar.

Así, una caída en el desempleo o un aumento de la actividad económica parecen catalizadores inflacionarios. Algunos otros factores desencadenantes, como el alza de los precios de las materias primas o los salarios de los trabajadores, también se consideran amenazas potenciales si la inflación supera la tasa "objetivo".

Si la inflación es sólo un aumento general de los precios, ¿por qué preocuparse por ello? ¿Qué daño hace?

De acuerdo con la forma popular de pensar, los aumentos de precios causan compras especulativas, que genera residuos.

También se sostiene que la inflación de precios erosiona los ingresos reales de los pensionistas y de los trabajadores de bajos salarios y provoca una mala asignación de recursos.

A pesar de todas estas afirmaciones con respecto a los efectos secundarios de lo que definen como inflación, el pensamiento popular no nos dice cómo se producen todos estos efectos secundarios negativos.

¿Por qué un aumento general de los precios perjudica a algunos grupos de personas y no a otros? ¿Por qué un aumento general de los precios debilitaría el crecimiento económico real? ¿O cómo la inflación provoca una mala asignación de recursos?

Además, si la inflación es sólo un aumento de los precios, seguramente es posible compensar sus malos efectos secundarios ajustando los ingresos de todos en la economía de acuerdo con este aumento general de precios.

Sin embargo, una vez se establece que la inflación trata de aumentos en la oferta de dinero, entonces todas las preguntas anteriores se responden fácilmente.

Tenga en cuenta lo que no estamos diciendo. No decimos que la inflación es el alza de los precios causada por los aumentos de la oferta monetaria. Lo que estamos diciendo es que - correctamente entendido - un aumento en la oferta monetaria es lo que constituye la inflación.

Observe que los aumentos en la oferta monetaria pusieron en movimiento un intercambio de nada por algo. Desvían la riqueza real de los generadores de riqueza hacia los poseedores del dinero recién creado.

Este aumento de la oferta monetaria - sin cambios en los precios - es lo que pone en marcha la mala asignación de los recursos.

Por otra parte, los beneficiarios del dinero recién creado (es decir, el dinero que sale de la nada) son siempre los primeros que reciben el dinero, y así pueden desviar una gran parte para sí mismos.

Obviamente, aquellos que no reciben nada del dinero recién creado, o son los últimos en recibirlo, encontrarán que lo que les queda es una porción disminuida del fondo de la riqueza real.

Además, la caída de los ingresos reales no se debe a los aumentos generales de los precios como tales, sino a los aumentos de la oferta monetaria, que dan lugar a un consumo no productivo. En otras palabras, la inflación (es decir, el aumento de la oferta monetaria) socava la producción de riqueza real, que con el tiempo disminuye el nivel de vida de las personas.

Los aumentos de los precios, que siguen a aumentos de la oferta monetaria, indican, por decirlo así, que se ha producido una erosión del poder adquisitivo de las personas.

En este caso, no son los síntomas de una enfermedad, sino la propia enfermedad, la que causa el daño físico. Del mismo modo, no se trata de un aumento de los precios sino de un aumento de la oferta monetaria (inflación) el que inflige el daño físico a los generadores de riqueza.

 

Fuentes: Mises Wire




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