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Irlanda - y 3

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 05 de Septiembre Estábamos con las casas.

Investigué eso, lo de las casas grandes, y, hablando con la gente de a pie, obtuve lo siguiente. Resulta que al irlandés medio le gustan las casas grandes y que, por lo que deduje, una casa grande es signo de bienestar (aquíт­, supongo, mucho influirá la historia que desde hace siglos el pueblo irlandés arrastra). Como desde hace unos quince años la renta ha ido creciendo y la capacidad de endeudamiento aumentando, la familia irlandesa media se ha lanzado a la compra masiva de viviendas “más grandes” y mejores, pero para comprar una casa hay que vender la que se tiene.

El proceso ha ido a bastante buena velocidad hasta Noviembre del 2006. A partir de dicho mes el mercado inmobiliario irlandés, pura y simplemente, se ha detenido, de tal modo que hoy, en Irlanda, parece ser que es archicomplicado vender una casa. (¿Les suena?). Me comentaron que hoy, en Irlanda, hay familias que lo están pasando francamente mal ahogadas por las deudas hipotecarias que arrastran, familias que achacan sus males al alza de los tipos de interés. (¿Les sigue sonando?).

Pregunté a las personas con las que estuve hablando si se habíт­an planteado que podríт­a pasar, 1) si se producíт­a un enlentecimiento económico (no me atrevíт­ a hablar de crisis) y el empleo se reducíт­a, y 2) con la población inmigrante -polaca y rusa, en el caso de Irlanda- que mayoritariamente se halla trabajando en la construcción. Nadie me dio / supo dar una respuesta.

Aún queda otro elemento para explicar el avance económico que ha experimentado Irlanda en estos años, un elemento del que el reino se ha beneficiado mucho, muchíт­simo: los fondos comunitarios; un elemento que siempre levanta recelos al ir su concesión y gasto asociado a una pregunta: esos fondos; ¿son bien empleados?. No digo -ni quiero decir-, que síт­ no que no, pero, al respecto, voy a contarles algo.

Mountshannon es una pequeñíт­sima localidad junto al lago Derg situada a cinco Km. de Tuamgraney, sita, ésta, en la carretera que une Ennis y Killaloe. Lugar con un encanto especial, ultranquilo, con una Main Street y nada más, con un pub -The Village Inn-, un Hotel y una tienda de cerámica que vale la pena visitar. Y, en medio del pueblo, una estructura sorprendente, una estructura grande, a medio camino entre un laberinto de canales de piedra a distintos niveles y jardines, con paneles explicativos de la historia de la zona distribuidos por el conjunto. Tres personas, literalmente, descansaban en su explanada principal mientras cuatro o cinco niños jugaban al escondite.

Pues bien, a la entrada del recinto, un cartel de considerables dimensiones anunciaba que la construcción era un proyecto de la FAS, sigla en gaélico de la Training & Employment Authority irlandesa y que habíт­a sido financiada por el NDP, el National Development Plan, a partir de los European Union Structural Funds. Por favor, no estoy diciendo que tal construcción no haya sido necesaria, lo que me pregunté, y aún me pregunto, es si ese gasto -ignoro su importe- era una de las cosas más necesarias que Irlanda precisaba en el momento en el que su construcción fue decidida, sobre todo si existen comunidades que han de realizar una colecta pública en plena carretera a fin de conseguir un desfibrilador cardíт­aco. Seguro que todos sabemos de ejemplos como este, pero, especialmente este, a mi me impresionó.

(Podríт­amos, en relación al tema de los fondos europeos, hablar de otros destinos, como la rehabilitación de iglesias de, a mi modo de ver, dudoso valor histórico, pero mejor no nos metemos con un tema ultrasensible y ultraimportante en ese paíт­s).

Tras un par de semanas pateándome Irlanda, a la conclusión que llegué es que Irlanda, más que “el tigre celta” ha sido “la China de Europa”. A Irlanda le permitieron bajar los impuestos sobre los beneficios porque a todo el mundo le convino, lo que ha generado PIB; pero la población, de verdad, de verdad, es decir, no virtualmente, no se ha beneficiado especialmente y, lo que es más importante, estructuralmente, de ese incremento de PIB. La renta de la población ha crecido, fundamentalmente porque partíт­a de una posición atrasadíт­sima, y la capacidad de endeudamiento de esa población también lo ha hecho porque alguien lo ha permitido.

Por si alguna duda quedaba, el BCE ha publicado, recientíт­simamente, datos sobre la competitividad de las exportaciones de una serie de paíт­ses. Pues bien, entre 1999 y Julio del 2007, la competitividad de Irlanda se ha reducido 19,8 puntos. ¿Se corresponde ese dato con la fiereza de un tigre?. (Uds. se preguntarán que ha sucedido con la española, se lo digo: ha bajado 12,6 puntos).

Y, como colofón, la pregunta definitiva: ¿qué conclusiones puede sacarse de un paíт­s que ostenta el segundo PIB pc de la UE y que, a la vez, el 20% de su población está sumida en la pobreza?. (Curiosamente (?) España muestra idéntica tasa). ¿Tigre celta?; ¡por favor!.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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