La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“La argentinización de la economía española es una hipótesis que no hay que descartar…”

Moisés Romero - Lunes, 10 de Octubre Es la primera vez en los últimos cuatro años, que uno de los gurus más reputados de la Bolsa española menciona el término argentinización de la economía española en una entrevista. No obstante, en los últimos cuatro años se ha hablado mucho de este asunto a pie de obra, en la calle, en los bares, en las salas de operaciones. Estuve con este guru, en concreto, hace unos días y me insistió en la conversación que mantuve con él el pasado mes de julio: "lo que ocurre en España me recuerda cada vez más los sucesos de antaño en Argentina. Caminamos inexorablemente hacia una argentinización de la economía española ¿corralito? No lo sé. Todo es posible, aunque de producirse no sería tan atroz como el vivido en Argentina en su momento", me dice.

“Los primeros pasos, en cualquier caso, ya los hemos dado. La política española sigue en la poltrona, con todos sus abalorios y colaterales, aunque digan lo contrario: sueldos de por vida para ex presidentes, derramas para Diputados, Senadores, Alcaldes de cualquier pedanía, presidentes de Dipuitaciones y autonomías; coches oficiales, conductores oficiales que llevan los hijos de los políticos al colegio y a sus mujeres (las de los políticos) de compras; hermanos, primos, cuñados y amigos del Alcalde o del político de turno, que pasan a la nómina de la Política, a la sopa boba”¦Teléfonos móviles y gratis para los de la cuadrilla…Comidas regadas con buen vino y pagadas con dinero del erario público…La red de mangoneo político es ahora muy grande en España, porque abarca Instituciones del Estado, Autonomías, Ayuntamientos, Corporaciones. Una red de despropósitos que llega hasta el pueblo más recóndito y pequeño de España. El expolio de las cajas de ahorro es la punta del iceberg de una España más corrupta (en muchos casos la Ley permite la Trampa) de lo que creíamos”¦”, añade.

“¿Solidaridad? Ninguna. La economía sumergida campa de nuevo, pero suma, a la vez, ingresos del paro. Hay enfermos que cobran pagas para siempre sin estar enfermos. Hay chapuzas para dar y tomar y una juventud, de cuarenta años para atrás, tocándose los huevos durante esos cuarenta años. Es una situación insostenible. No sé por dónde va a estallar, pero va a a estallar”¦”, continúa.

 

“Los sistemas de protección social siguen vigentes, pero no por mucho tiempo, porque es a costa de un déficit impagable, monstruoso. El famoso Plan B ¿lo recuerdan? contribuyó a aumentar el proceso de deformación y de corruptelas de una geografía deformada como un monstruo de siete cabezas. Mientras, la Seguridad Social pide más seguridad y más solidaridad, porque está abocada al caos”¦”, añade.

 


“Junto con la clase política acomodada, de uno y otro color, convive una núcleo de empresarios, que se niegan a dejar los derechos adquiridos: mantienen viva la política de bonus y sueldos mil millonarios”¦como en la Argentina de aquellos años. Esta es, en fin, la fotografía actual: una clase política que se agarra a un clavo ardiendo; una clase empresarial, que va a lo suyo y multitud de desempleados, que deambulan de aquí para allá a la búsqueda de algo, de lo que sea, y si es en dinero negro mejor ¿Solidaridad? Ese término no existe en la España actual. Sí, más cerca de la argentinización…” sentencia.

 

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En diciembre de 2001 el gobierno argentino restringió la extracción de dinero de las entidades financieras, con el fin de evitar la fuga de capitales a los EEUU, el pánico bancario y la quiebra del país.

 

El gobierno Menem dejó en 1999 dos bombas de relojería: a) un déficit fiscal muy elevado, de 7.350 millones de pesos y b) una enorme deuda externa, que aumentaba aún más el déficit fiscal. Además, se mantenía una paridad fija peso-dólar que perjudicaba a las exportaciones argentinas.

 

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El corralito y la Bolsa se explica muy bien por Eduenca Inversiones.Siempre es interesante intentar extraer conclusiones estudiando el comportamiento de la bolsa durante acontecimientos atípicos. Vamos a ver lo que sucedió en la Argentina del corralito, y lo que hizo la bolsa por aquel entonces.

 

Una breve cronología sería la siguiente:

 

Mediados de 1998: Argentina entra en recesión al final del segundo mandato de Carlos Menem.

Diciembre de 2000: El ministro de economía José Luis Machinea negocia un paquete de 40.000 millones
de dólares para retrasar pagos del estado, que se encontraba asfixiado. El sector exportador estaba muy perjudicado por el tipo de cambio fijo ligado al dólar (como España ligada al euro, cuando con la peseta se devaluaba en cuanto las cosas se ponían un poco feas).

Marzo de 2001: Comienza la fuga de depósitos.

Junio de 2001: De la Rúa pide ayuda al FMI y a los bancos.

Agosto de 2001: Ley de “Intangibilidad de los depósitos”.

Octubre de 2001: Paro del 16,3%.

Noviembre de 2001: Caída del 11,6% en la industria, 18,1% en la construcción, 27,5% en la industria automotriz.

Diciembre de 2001: Decreto 1570/2001, según el cual no se pueden retirar más de 250 dólares o pesos por semana del total de cuentas que se tengan en cada entidad financiera. No se puede transferir dinero al exterior, salvo operaciones de comercio exterior. Los argentinos se temían una salida de la convertibilidad, y se pretendía detener un crack bancario, (igual que hoy hay españoles que temen una salida de España del euro). Como es lógico, con estas medidas se paralizó la economía de Argentina y llegó el default de la deuda pública de Argentina.

Enero de 2002: Eduardo Duhalde deroga la convertibilidad. Se establece el tipo de cambio oficial en 1,4 pesos por dólar. Por contra, se mantiene el cambio de un dólar por peso para las deudas.

Febrero de 2002: Se transforman los depósitos de dólares a pesos, a razón de 1,4 pesos por cada dólar. Las deudas también se convierten a pesos, pero con el cambio de un peso por dólar. Los bancos fueron compensados por la asimetría.

 

Para España sería complicado volver a la peseta debido a que la enorme burbuja inmobiliaria patria se ha financiado con euros que se deben en gran parte a entidades europeas, y una devaluación de la nueva peseta dificultaría la devolución de esos préstamos, salvo si el Estado lo compensara. Estamos hablando de una deuda hipotecaria española de 700.000 millones de euros, lo que hace prácticamente inviable la compensación por parte del Estado a los bancos extranjeros. Y para el ciudadano hipotecado, una deuda en euros creciente cada devaluación sería inasumible en muchos casos.

 

Más que establecer paralelismos entre Argentina y España (que los hay), mi intención en esta entrada es mostrar el comportamiento de la bolsa argentina, a través de su índice Merval, durante aquellos años convulsos.

 

 


Tras llegar a 869 puntos, el Merval tocó los 300 puntos durante la recesión de 1998. Llegó a subir después ¡el 100%!, hasta que en 2000 y 2001 los problemas de la economía se hicieron más evidentes. Y así se llegó al default de la deuda pública argentina a finales de 2001, con el Merval perdiendo los 200 puntos.

 

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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