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La aritmética de pensar acerca de las acciones es la misma que la aritmética de pensar en el sexo.

Carlos Montero - Viernes, 30 de Diciembre Diariamente leo decenas de informes financieros, de análisis de mercado, recomendaciones de valores a nivel mundial, y les debo reconocer que en la mayoría de los casos, o son bastante aburridos o son reiterativos. Todo el mundo dice lo mismo, aunque con distintas palabras. Evidentemente hay excepciones. Muchas de ellas se encuentran en el ámbito universitario, que tienen un enfoque más lúdico y más creativo de los mercados financieros. A estas páginas les he traído algunos estudios de profesores reputados de Harvard, Cambridge, Oxford, Stanford, y lo seguiré haciendo en un futuro.

Hay otra vertiente de analistas que de vez en cuando suelen proporcionarnos algunas reflexiones interesantes, cómo son los analistas que escriben en grandes medios como Wall Street Jornal, Financial Times, NewYork Times… Estos artículos están dirigidos para el gran público, por lo que adolecen de la terminología especializada que a veces nos pierde. Y también son más entretenidos, que no está reñido con un análisis sólido de los mercados.
En este sentido hoy les traeré un curioso análisis realizado por John Kay en FT, con el sugerente título: En el amor como en la renta variable, nos dejamos engañar por la aleatoriedad.
A medida que el año termina, el autor de una columna semanal debería mirar atrás y reconocer las cosas en las que se equivocó. Yo al menos tuve un grave error. Escribí que si los hombres piensan en el sexo en promedio cada siete segundos, el último pensamiento sobre sexo se tendría en promedio cada tres segundos y medio.  Yo debería haber consultado a la poeta Wendy Cope, quien escribió: “Los hombres son como los autobuses. Tú los puedes esperar alrededor de un año, que tan pronto como uno se acerca a su parada, dos o tres más aparecen”.

Su analogía es útil. Si el autobús llega a intervalos fijos de siete minutos, tú esperarás en promedio tres minutos y medio. Pero, como la Sra. COPE sabe muy bien, el intervalo es impredecible: dos autobuses pueden llegar a la vez y después hay una larga espera hasta el próximo. La frecuencia media de los autobuses todavía es cada siete minutos. Pero si los intervalos son alternativamente cero y 14 minutos, el tiempo de espera será de siete minutos. Si alguien está de pie en una parada de autobús, es más probable que sea víctima de un autobús que se retrasa que el beneficiario de uno que llegue temprano.

Usted puede pensar que esto no importa mucho, pero este verano el secretario de negocios del Reino Unido,  Vince Cable, me pidió que dedicara un año entero a pensar en los mercados de valores. Descubrí que la aritmética de pensar acerca de las acciones es la misma que la aritmética de pensar en el sexo.

La duración media de tiempo que los compradores mantienen hoy en día sus acciones es muy corta. Sin embargo, la duración media de tiempo durante el cual las acciones han sido mantenidas por sus actuales propietarios es mucho más larga. Hay muchos más traders de frecuencia operativa alta que inversores pasivos, pero los inversores pasivos mantienen una alta proporción de las acciones en circulación.

La gente que está haciendo cola para el autobús son aquellas personas cuyo autobús no ha llegado.  Los resultados se verán influenciados por las formas en que se selecciona la muestra estudiada.

Los traders que entrevistamos han tenido éxito en su operativa en la mayoría de los casos, porque sólo aquellos que han tenido éxito siguen negociando - y este éxito en el pasado puede que no garantice resultados futuros. Como el ensayista Nassim Taleb ha observado, nosotros regularmente nos dejamos engañar por el azar, identificando habilidades donde sólo hubo suerte, encontrando patrones en los datos cuando no existe realmente.

Y es esto último lo que considero interesante del artículo, y les explicaré por qué. En conferencias o charlas con inversores particulares me comentan más o menos: A pesar de las caídas de los últimos años (van para diez de tendencia lateral/bajista), yo estoy tranquilo con mi cartera. Se ha demostrado históricamente que las bolsas tienden a subir en el largo plazo, por lo que es simplemente un ejercicio de paciencia.

Bien, pues eso es cierto y no lo eso. Es cierto que los índices generales históricamente mantienen una tendencia alcista. Hasta el japonés, que lleva más de dos décadas perdidas, en un contexto de muy largo plazo, se mantiene alcista. Y esto es básicamente por lo que decía el autor de la parada del autobús, o de los traders a los que preguntaba. Los índices generales se componen de las acciones de las empresas exitosas. Las empresas que desaparecen, o que entran en “desgracia empresarial”, o bien salen de los índices generales, o su peso en ellos son residuales.

Pero ahora supongamos que usted tiene compradas acciones de la Inmobiliaria Colonial por encima de 1 euro (conozco muchos casos reales). A usted le dará igual que el Ibex 35 lleve a los 16.000, que es poco probable que usted recupere la totalidad de la inversión. Las bolsas mantendrán su tendencia alcista de largo plazo, pero su cartera seguirá en pérdidas.

Pongamos otro ejemplo. Normalmente se tiende a destacar a tal o cual gestor mundial, cuya rentabilidad promedio anual en los últimos 30 ejercicios ha sido del 15% por ejemplo, y se los compara con otros inversores que no han podido superar al mercado, y la rentabilidad anual de sus carteras se ha situado en el 4% por ejemplo. Hay muchos artículos publicados en este sentido. Pero esa es una comparación viciada, y que podría llevar a una falsa percepción de la realidad. Se compara el mejor de los casos, y los gestores más exitosos, con otros gestores que no lo han hecho también, pero que no son los que menos éxitos han tenido. Los que peor lo han hecho son aquellos que el mercado les ha sacado fuera, y créanme cuando les digo, que estos inversores, profesionales y particulares, son muchos más que los de gran éxito.

Cómo decía el autor anterior, los resultados del estudio variarán según la muestra que elija para el análisis. Si escoge a los inversores de bolsa que fruto de sus malas inversiones han tenido que dedicarse a cultivar hortalizas, puede que acuda con mayor precaución a los mercados, y que destierre de su cerebro lo de “la bolsa en el largo plazo siempre sube”.




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