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La autoridad monetaria USA tampoco parece tener mucha prisa por aclarar su posición de tipos

José Luis Martínez Campuzano - Sabado, 25 de Julio

Me comenta un buen amigo que ha leído un artículo que le ha aclarado las ideas sobre Grecia y el Euro. Rápidamente le pregunto de qué se trata (falto de ideas, siempre estoy a la búsqueda de cualquier pista que pueda hacer más fácil mi trabajo). Me habla de las ventajas que tuvo Islandia al devaluar su moneda, al mismo tiempo que protegía a sus nacionales, establecía controles de cambios y dejaba caer a sus bancos. Yo le opongo que, además, tenía pesca y otros recursos naturales para ir tirando. Qué el "éxito" sigue siendo coherente con el mantenimiento del control de cambios y limitada incorporación a los flujos financieros internacionales. Además de un problema de credibilidad que tardará mucho en corregirse, pese al éxito de sus últimas colocaciones de bonos (dinero hay mucho en los mercados, con remanente siempre dispuesto a colocarse en activos de mucho, muchísimo riesgo). Pero, le entiendo: la devaluación de la moneda ha sido clave para que Islandia ahora se ponga como ejemplo para otros países, muchos países, con graves problemas financieros. Y especialmente de competitividad. 

En definitiva, hundir la moneda y no devolver la deuda (o no asumirla, en el caso de la banca, que es lo que hizo Islandia) puede parecer una solución fácil. Pero, ¿de verdad lo es? De hecho, más o menos es lo que le ha ofrecido el Ministro de finanzas alemán al Gobierno griego. Y este último no lo ha aceptado, advirtiendo que la alternativa al Acuerdo firmado (terrible acuerdo para algunos) era el caos. Pero, ¿por qué en Islandia no ha sido así? La cuestión entonces es que Islandia tenía problemas que a corto plazo se han reducido y su Gobierno ha tomado medidas para limitar sus perjuicios en la economía a medio plazo.  ¿Estaría dispuesto el Gobierno griego a tomar estas medidas?.


El EUR es para algunos una cárcel en la que se puede sobrevivir; pero otra cosa es vivir bien. Además, si no se toman medidas de ajuste estructural puede ocurrir que todo vaya a peor con el tiempo. Y lamentablemente, no todos los países tienen recursos naturales para ir viviendo.

Pero, creo que ya todos tenemos claro que la Crisis de Grecia es "historia". Una historia dolorosa, con cicatrices que probablemente ya no tendrán cura. Una historia probablemente que no ha finalizado. Ya saben lo que pienso: en un futuro, lejano o probablemente cercano, las autoridades griegas, las actuales u otras, aplaudidas por la población,  se van a replantear seriamente que el país se mantenga en el Euro. Y quizás, probablemente en mi opinión, optarán por la solución islandesa. Pero, sin pesca y recursos naturales. Aunque a corto plazo es lo menos costoso, con el tiempo descubrirán que es lo más caro. Que se lo digan a los argentinos que, tras más de diez años de una estrategia con evidentes similitudes (al margen del FMI),  aún presentan enormes claroscuros sobre su futuro. Y en este caso con enormes recursos naturales. Naturalmente, el desarrollo posterior de los acontecimientos no depende tanto de la decisión inicial como de las decisiones estructurales que la acompañen. Y aquí sí hay enormes diferencias entre países como Islandia y Argentina. Pero, siempre recuerden que la opción de Islandia no fue tanto una decisión libre como la única opción viable. Y con un banco central que la respaldó.

Pero, al margen a corto plazo de Grecia y con la tensión en los mercados chinos contenida,  sólo resta hablar de la Fed. Y la autoridad monetaria norteamericana tampoco parece tener mucha prisa por aclarar su posición sobre la próxima subida de tipos. ¿Qué nos queda entonces para los mercados a corto plazo? Bueno, los resultados empresariales pueden mantener la ilusión del accionista pese a que proliferen los ajustes de gastos más que los ingresos, al mismo tiempo que con perspectivas de beneficios tan deterioradas que lo más probable es que las sorpresas si las hay son positivas. Pero, no de suficiente magnitud para mantener un mercado al alza con fuerza. Y sin embargo, todo apunta a que veremos unos mercados dominados por la inercia compradora. Todo va bien, nos dirán. Y los inversores, ávidos de rentabilidad, se apuntarán a tomar riesgo en su cartera. ¿Cómo evitarlo?.

¿Y el futuro? Incierto, claro. Pero, esto ya lo sabemos desde hace mucho tiempo.

José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España




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