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La calle

Santiago Niño Becerra - Jueves, 25 de Octubre No, no me voy a referir a "hacer la calle", pero !

Uds. ya lo sabrán, pero voy a recordarlo. Si, de verdad, de verdad, se desea saber lo que pasa en el mundo, en el entorno económico y social, hay que saber lo que pasa en la calle. Leer sesudos informes y elaboradíт­simos estudios confeccionados por reputadas/os (¿qué mal suena lo de “reputadas”, ¿no?) expertas/os, está bien y es necesario, pero para conocer el díт­a a díт­a, hay que salir a la calle, y, una vez en la calle, lo primero que hay que hacer es hablar con tres colectivos: taxistas, camareras/os de bar (de barra, no de mesa) y con empleadas/os de instituciones financieras que realicen su trabajo en la calle. Estos colectivos constituyen el mejor termómetro económico y social que hoy puede encontrarse.

Ya les he hablado de una amiga, licenciada en ADE el pasado año, que se halla en la plantilla de una importante institución financiera española, y, de ahíт­ el interés, que trabaja en la calle como gestora de pymes; pues bien, hace unos díт­as coincidimos y estuvimos charlando un rato; bueno, la verdad es que quien habló fue ella, yo me dediqué a escuchar.

De entrada su aspecto: mucho más cansado que unos meses atrás. (Cuando coincidimos eran las 21:30 h, y acababa de abandonar una reunión de trabajo; y era la enésima ocasión en que le daban esas horas trabajando). Miméticamente, me repitió lo que semanas atrás, en otro encuentro, me habíт­a dicho, pero añadió cosas. Me dijo que hoy, en el reino, ya hay instituciones financieras que no conceden un crédito hipotecario ni a su madre; a promotores inmobiliarios, por descontado y sin paliativos, pero, tampoco, a particulares. En la institución en la que ella trabaja, se miran con una lupa de 1.000 aumentos al promotor que solicita financiación, y con una de 500 al particular que pide un crédito. (¿Y a alguien le extraña que el presidente del Gobierno haya ¿suplicado? a la banca que no cierre el grifo de las hipotecas?).

Me dijo que en su institución financiera habíт­a nerviosismo, que para mover un eurito se analizaban papeles y papeles y más papeles, que entre los jefes habíт­a preocupación, que, por descontado, hoy la solvencia de las operaciones primaba por encima de todo lo demás, sin embargo, los objetivos fijados a las empleadas y a los empleados que se hallan en producción -mi amiga- no cesaban de subir y subir (me dijo la cifra media de captación de nuevo negocio que en este ejercicio teníт­a como objetivo; es, pura y simplemente, una exageración, un despropósito, tanto, que ni siquiera es una utopíт­a).

En la calle, entre las pymes con las que trata cada díт­a, en los políт­gonos industriales, se percibe una creciente desazón, pero, también me habló de un mantra que puede oíт­rse en oficinas y despachos: “si se dice que va a venir una crisis, la crisis llega”; ¡como si una crisis, como si la crisis que ya está llegando, dependiese de que se diga que va a llegar, o no!; que quien esto dice recuerde lo feliz que la gente vivíт­a en Agosto de 1929.

Esto en la calle, pero en las alturas, al nivel de los pisos cuadragésimo séptimos de los rascacielos de las poderosas corporaciones financieras, también están llegando los ecos de la calle. Si no, ¿de qué el Citi, el America y el Morgan iban a constituir un fondo para afrontar (¿afrontar?, ¿qué se piensa que se va a poder afrontar con 80.000 cochinos millones de dólares?) consecuencias derivadas de las subprime que van a llegar en el 2008?. En los pisos altos, hasta ahora habíт­a incertidumbre, hoy hay temor; esas personas que con un chasquido de sus dedos mueven 5.000 millones de dólares han leíт­do el libro de Galbraith y saben que en 1928 sucedieron muchas de las cosas que hoy están sucediendo.

Y en la calle y en los pisos altos, las commodities, y destacando entre ellas, el crudo. Hace un par de años, Goldman Sachs habló de un barril a 150 dólares y las carcajadas se oyeron en Sumatra, hoy, con toda naturalidad se está hablando de un barril a 100 dólares. Un barril a 100 dólares supone tener que pagar el litro de super a 1,5 euros, ¡terrible!, pero, ¿a cuánto supone tener que pagar el kilowatio de energíт­a eléctrica?.

En USA -aquíт­ no, ¡faltaríт­a más!: la economíт­a española sigue sólida- ya se está empezando a hablar de estanflación, puede leerse, pero, cuando esto escribo, estoy pensando en una charla que tuve hace un par de semanas con un alumno que ha estado varios meses allíт­: su información, de nuevo, la recogió en la calle: el díт­a a díт­a.

Y ahora que el Dr. Rato se está yendo del Fondo y está bajando a calle, está empezando a decir cosas, no demasiadas, pero algo es algo, ¡por fin!. (Por cierto, inadmisible el chistecito que el Presidente del Gobierno del Reino de España se permitió con el apellido del director gerente del FMI; ¿se habrá preguntado el Sr. Rodríт­guez Zapatero por el motivo de las pasadas “equivocaciones” del organismo?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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