La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

La “CIA en las sombras” teme la vuelta del Fascismo en Europa - Parte I

Carlos Montero - Jueves, 14 de Marzo

La crisis financiera mundial de 2008 ha dado lugar poco a poco a una crisis de desempleo mundial. Esta crisis de desempleo, con bastante rapidez, dará paso a una crisis política, según comenta George Friedman, el reputado presidente de la prestigiosa firma de inteligencia americana Stratfor - llamada algunas veces la "CIA en las sombras". La crisis involucra a los tres pilares principales del sistema económico mundial: Europa, China y Estados Unidos. El nivel de intensidad es diferente, es diferente la respuesta política y también la relación con la crisis financiera. Pero hay un elemento común, que es que el desempleo está sustituyendo, cada vez, más a las finanzas como el problema central del sistema financiero.

Europa es el punto central de esta crisis. El mes pasado Italia celebró elecciones generales, y el partido que más avanzó (sumando cerca de una cuarta parte de todos los votos) fue un grupo nuevo llamado Movimiento Cinco Estrellas que está dirigido por un comediante profesional. Hay dos cosas que son de interés en este movimiento. En primer lugar, uno de sus pilares fundamentales es el llamamiento a un impago de la deuda italiana como el menor de los males. La segunda es que Italia, con un 11,2 por ciento de desempleo, está lejos de ser el peor de los casos de desempleo en la Unión Europea. Sin embargo, Italia es un nido de partidos radicales profundamente opuestos a las políticas vigentes de austeridad.

El debate central en Europa ha sido la forma de resolver la crisis de la deuda soberana y la consiguiente amenaza a los bancos de Europa. La cuestión era quién iba a llevar la carga de la estabilización del sistema. El argumento que ganó la batalla, sobre todo entre los líderes europeos, fue que lo que Europa necesitaba era austeridad, que el gasto público tenía que ser drásticamente restringido y así pagar la deuda soberana, aunque podría haber sido reestructurada.

Una de las consecuencias de la austeridad es la recesión. Las economías de muchos países europeos, especialmente los periféricos de la zona euro, se están contrayendo, ya que la austeridad obviamente hace que haya menos dinero para comprar bienes y servicios. Si el objetivo principal es estabilizar el sistema financiero, tiene sentido. Pero si la estabilidad financiera puede seguir siendo el objetivo primario depende de un consenso al que tienen que llegar amplios sectores de la sociedad. Cuando el desempleo aumenta se producen cambios de consenso y el enfoque se desplaza con él. Cuando el desempleo se vuelve intenso, entonces todo el sistema político puede cambiar. George Friedman, presidente de Stratfor - una compañía líder de pensamiento - cree que las elecciones italianas fue el primer paso, pero esperado, de un temblor que recorrerá el mundo.

Surge un patrón en Europa

Tenga en cuenta la geografía del desempleo. Sólo cuatro países de Europa están en o por debajo del 6 por ciento de desempleo: los países geográficamente contiguos de Alemania, Austria, Países Bajos y Luxemburgo. La periferia inmediata tiene un desempleo mucho más alto; Dinamarca un 7,4 por ciento, el Reino Unido en el 7,7 por ciento, un 10,6 por ciento en Francia y Polonia en el 10,6 por ciento. En la periferia lejana, Italia tiene el 11,7 por ciento, Lituania se encuentra en el 13.3 por ciento, Irlanda está en un 14,7 por ciento, Portugal se encuentra en el 17,6 por ciento, España se sitúa en el 26,2 por ciento y Grecia lidera el desempleo con el 27 por ciento.

 

Alemania, la cuarta economía más grande del mundo, está en el centro de gravedad de Europa. Las exportaciones de bienes y servicios son el equivalente del 51 por ciento del PIB de Alemania, y más de la mitad de las exportaciones de Alemania van a otros países europeos. Alemania ve a la zona de libre comercio de la Unión Europea como algo esencial para su supervivencia. Sin libre acceso a estos mercados, sus exportaciones se contraería drásticamente y el desempleo se dispararía. El euro es una herramienta que Alemania, con su enorme influencia, utiliza para gestionar sus relaciones comerciales - y esto pone a la a otros miembros de la eurozona en situación de desventaja. Los países con salarios relativamente bajos deben tener una ventaja competitiva con respecto a las exportaciones alemanas. Sin embargo, muchos tienen saldos negativos de comercio. Por lo tanto, cuando se desató la crisis financiera, su capacidad para gestionarla era insuficiente y dio lugar a una crisis de deuda soberana, lo que a su vez socavó aún más su posición por las medidas de austeridad, ya que su pertenencia a la zona euro no les permite aplicar sus propias políticas monetarias.

Esto no quiere decir que no fueran pródigos en su gasto social, pero la causa subyacente de su fracaso fue mucho más compleja. En última instancia, se basa en el raro caso de una zona de libre comercio que se construye alrededor de una enorme economía que dependía de las exportaciones. (Alemania es el tercer exportador más grande del mundo, ubicándose después de China y Estados Unidos.) El Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte fue construido alrededor de un importador neto. Gran Bretaña era un importador neto del Imperio. El poder alemán desequilibra todo el sistema. Comparando la tasa de desempleo del bloque alemán con la del sur de Europa, es difícil imaginar que estos países sean miembros del mismo grupo comercial.

Incluso Francia, que tiene una tasa de desempleo relativamente baja, tiene una historia más compleja. El desempleo en Francia se concentra en dos grandes polos norte y sur, con el sureste de Francia siendo el más afectado. Por lo tanto, si nos fijamos en el mapa, la zona sur de Europa se ha visto afectada extraordinariamente por alto nivel de desempleo y la Europa del Este no ha salido del todo mal parada, pero Alemania, Austria, los Países Bajos y Luxemburgo han quedado relativamente indemnes. Cuánto tiempo puede durar esto, dada la recesión en Alemania, es otro asunto, pero el contraste nos dice mucho acerca de la geopolítica emergente de la región.

Portugal, España y Grecia se encuentran en una depresión. Su tasa de desempleo es más o menos la de los Estados Unidos en medio de la Gran Depresión. Una regla que usa Friedman es que por cada persona desempleada, hay otras tres que están afectadas, cónyuges, hijos o quien sea. Eso significa que si un país tiene un 25 por ciento de desempleo, prácticamente todo el mundo se ve afectado. Con un desempleo del 11 por ciento, el 44 por ciento se ve afectado.

Se puede argumentar que los números no son tan malos como parecen, ya que hay muchas personas que están trabajando en la economía sumergida. Eso puede ser cierto, pero en Grecia, por ejemplo, los productos farmacéuticos son escasos, ya que el dinero en efectivo para la importación de bienes se ha secado. Los gobiernos locales en España están a punto de despedir a más trabajadores. Estos países han alcanzado un punto de inflexión a partir del cual es difícil de imaginar una recuperación. En el resto de la periferia de Europa, la crisis del desempleo se está intensificando. Las cifras exactas importan mucho menos que el impacto visible en una sociedad que se tambalea.

Tras esta exposición de la situación actual, mañana, en la segunda parte de este artículo, Friedman analiza las consecuencias políticas de este alto desempleo y como el fascismo podría volver a dominar Europa.

Fuentes: George Friedman (Stratfor)




[Volver]